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La despenalización total del aborto es una lucha que durante los últimos años se libra con fuerza en distintas partes del mundo. Latinoamérica no ha sido la excepción, sin embargo, en Ecuador todavía no ha sido posible. El último recurso de los que están a favor ha sido desarrollar, apoyados en una agencia de publicidad, un dispositivo de realidad virtual para dar a conocer historias de mujeres para convencer a los 137 legisladores que actualmente abordan el debate cuando la gestación es fruto de una violación.
La campaña se desarrollará el próximo 2 de julio en la Asamblea Nacional (Parlamento) e invitará a los propios legisladores a que se coloquen las gafas de realidad virtual y conozcan los testimonios, una "forma de que los tomadores de decisión puedan conectarse con la realidad".
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Media docena de mujeres en un círculo relatan testimonios espeluznantes sobre cómo sufrieron violaciones a manos de sus propios padres, padrastros o empleadores cuando eran niñas, de embarazos y partos obligados. Entre estas mujeres, al menos una no sobrevivió a un aborto clandestino y otra menor con discapacidad intelectual explica que fue agredida sexualmente en múltiples ocasiones y su gestación fue de riesgo.
Los relatos concluyen con cada una de las narradoras sosteniendo una fotografía en las que aparecen sus dulces rostros a la edad en la que sufrieron las violaciones.
"Es un poco fuerte que hayamos tenido que hacer realidad virtual para conectar a la gente con la realidad real, pero creemos que esa es la forma para llegar", explicó a Efe Marcelo Echeverría, director creativo de la agencia La Incre, creadora de la iniciativa.
Con una apuesta impactante, el directivo aspira a "cambiar mentes y corazones, porque una cosa es leer estadísticas y otra oír los testimonios directamente de las víctimas", a fin de poder contribuir a "crear un debate informado".
En Ecuador, el aborto está permitido solo en caso de que el embarazo ponga en riesgo la vida o salud de la embarazada y si es consecuencia de una violación a una mujer con discapacidad mental.
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Pero la despenalización del aborto por violación retornó a la palestra pública recientemente a raíz de las cifras que las propias autoridades reconocen como "escandalosas" sobre violencia machista y embarazo infantil y adolescente en el país.
De acuerdo a datos oficiales, 17.448 niñas menores de 14 años parieron entre 2009 y 2016, embarazos que son considerados violaciones según la legislación ecuatoriana, siendo en el 80 por ciento de los casos fruto de abusos sexuales en el seno familiar, en la escuela o en su comunidad religiosa.
América Latina y Caribe es la única región del mundo donde los partos de menores de 15 años aumentaron. En paralelo, la Fiscalía General del Estado ecuatoriano reporta unas 4.000 violaciones anuales en los últimos cuatro años, datos que tienen un subregistro muy amplio puesto que al menos una de cada cuatro víctimas nunca denunció.
Desde finales del año pasado se han desarrollado varios debates en el Legislativo de Ecuador en torno a un proyecto de reforma de la ley para incorporar nuevas causales para la despenalización del aborto, entre ellas, cuando la gestación sea producto de violación, inseminación artificial no consentida o cuando el feto presente anomalías genéticas y patológicas.
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Por su parte, Jéssica Jaramillo, abogada y presidenta de la asociación Contra la Violencia y sobreviviente de violencia de género, consideró que no solo la parte visual, sino los testimonios y las fotografías de las niñas sensibilizan y generan un impacto fuerte.
"Creo que más que nunca debemos pelear y luchar para que se despenalice el aborto en casos de violencia sexual" y abogó porque los asambleístas vean la problemática "como un asunto humano y no de fe ni religioso".