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El mandatario estadounidense, Donald Trump, adelantó algunos detalles de su nuevo plan de reforma migratoria en medio de la escalada de tensión con los demócratas y la implementación de nuevas restricciones de asilo para los migrantes centroamericanos.
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El proyecto legislativo sobre inmigración, que ha sido una de las prioridades del gobierno de Trump desde que asumió la Presidencia, y en el que los asesores del mandatario han venido trabajado, mantiene los lineamientos de lo que ha sido su política migratoria en estos dos primeros años de mandato. Principalmente se centra en mayores controles en la frontera y un sistema de méritos para el solicitante de visas y residencias.
Aunque el texto del proyecto de ley no ha sido revelado completamente, el yerno y asesor de Donald Trump, Jared Kishner, fue el encargado de presentar las líneas generales del plan.
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A gran escala, lo que se busca es limitar la llegada de inmigrantes de baja cualificación priorizando un sistema de mérito profesional por encima de las solicitudes por parentesco. Asimismo, el proyecto contaría con la inclusión de un programa llamado E-Verify, que permitiría que las empresas accedieran a una base de datos para comprobar el estatus legal de los solicitantes de empleo.
Lo que no se dijo
Hasta el momento, lo que se publicó del proyecto no hace referencia a la situación de los extranjeros indocumentados que viven en Estados Unidos, (cifra que supera las 10 millones de personas), ni tampoco expone un plan para regularizar a los soñadores (dreamers): jóvenes que llegaron de manera irregular siendo niños, pero que han obtenido unos beneficios para trabajar y estudiar en el país.(Le recomendamos: Dreamers: todo lo que necesita saber para entender el lío del DACA)
Intencional o no, la presentación del proyecto llegó en momento de fuertes tensiones en EE.UU. por el tema migratorio. Por un lado, con la implementación de las anunciadas redadas con las que busca “deportar a miles” de inmigrantes sin papeles, y el endurecimiento de las reglas en torno a las solicitudes de asilo; y por otro, por sus recientes comentarios racistas en contra de congresistas del partido demócrata que desencadenaron la reacción de la Cámara de EE.UU. con una resolución en contra de las declaraciones del mandatario.
Trump había arremetido contra cuatro congresistas mujeres del ala más radical del partido demócrata y que pertenecen a minorías étnicas a través de su cuenta de Twitter. Se trata de Alexandria Ocasio-Cortez, de ascendencia portorriqueña; Ilhan Omar, estadounidense nacida en Somalia; Ayanna Pressley, afroestadounidense y Rashida Tlaib, de ascendencia palestina.
En sus trinos el mandatario las invitaba a “volver a los lugares llenos de crimen de donde vienen”, lo que generó la reacción y el rechazo inmediato no solo del partido Demócrata, sino también de senadores del mismo partido de Trump.