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Estados Unidos ahoga a Bashar al-Asad con más sanciones

El secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo que el país “no se detendrá” hasta que el presidente de Siria detenga su “guerra contra el pueblo sirio” y acepte una solución política a la crisis.

17 de junio de 2020 - 02:20 p. m.
El presidente sirio, Bashar al-Asad, y los hombres con negocios cercanos al poder son el blanco de sanciones económicas estadounidenses y europeas. / EFE
El presidente sirio, Bashar al-Asad, y los hombres con negocios cercanos al poder son el blanco de sanciones económicas estadounidenses y europeas. / EFE
Foto: EFE - SANA / HANDOUT

El gobierno de Donald Trump aplicó este miércoles un nuevo paquete de sanciones contra el gobierno del sirio Bashar al Asad en el marco de la denominada “Ley César”, bautizada en honor al desertor militar sirio que consiguió sacar más de 50.000 fotografías que evidencian la tortura dentro de las prisiones sirias. Con esta ley, y con la nueva batería de sanciones contra el régimen sirio, Estados Unidos espera aislar definitivamente a al Asad y a sus aliados para que este gobierno acceda a “terminar la guerra contra el pueblo sirio” y a aceptar una solución política a la crisis que vive el país.

“A partir de hoy, las sanciones previstas por la ley César entran en vigor. Cualquiera que haga negocios con el régimen de Asad, y en cualquier parte del mundo, está expuesto a restricciones de viaje y sanciones financieras”, dijo el secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en un comunicado. “Anticipamos más sanciones y no nos detendremos hasta que Asad y su régimen detengan su innecesaria y brutal guerra contra el pueblo y el gobierno sirios no haya aceptado una solución política”, agregó Pompeo.

Según el jefe de la diplomacia estadounidense, muchas de las personas y compañías señaladas en las sanciones “jugaron un papel clave en la prevención de una solución política pacífica al conflicto", mientras que otras "ayudaron y financiaron las atrocidades del régimen de Asad” con el objetivo de “enriquecerse”. Entre las 39 figuras sancionadas por el Departamento de Estado se encuentran muchos miembros de la familia del presidente sirio. Algunos ya estaban en otras listas negras estadounidenses, pero otros, como su esposa Asma al Asad, son sancionados por primera vez desde Washington.

La Ley César fue aprobada hace seis meses por el Senado de Estados Unidos. El objetivo es ir contra aquellos que brindan "apoyo" a Al Asad, tanto sirios como internacionales, "responsables o cómplices de graves abusos contra los derechos humanos en Siria", según el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.

Con la "Ley César" se busca "aislar al régimen sirio y sus aliados", afirma a Efe Omar Alshogre, director de asuntos de detenidos para la Syrian Emergency Task Force (SETF), organización estadounidense que ha trabajado en la redacción de este proyecto de ley, para impedir hacer negocios y proveer financiación para la reconstrucción del país.

Estados Unidos busca así “hacer caer el régimen sirio suprimiendo a sus aliados en el exterior”, indica Alshogre, en referencia a Rusia o Irán, así como con individuos o empresas que hacen negocios con el Gobierno en el Líbano, Emiratos o China.

“Uno de los importantes puntos de la Ley César es prohibir la reconstrucción bajo el régimen, no dejándole reconstruir ni dejando a las compañías invertir millones de dólares (...) usados para construir prisiones políticas o comprar armas”, señala Alshogre, refugiado en Suecia tras lograr su liberación en 2015 pagando un soborno.

Esta ola de sanciones viene cuando Siria se lleva preparando para entrar en una nueva fase en el conflicto, la de la reconstrucción, tras controlar en los dos últimos años gran parte del territorio que perdió desde el inicio de la guerra, que aún continúa.

Siria ya está sancionada por Estados Unidos y por la Unión Europea (UE) por la “represión contra los civiles” en el conflicto que ha causado centenares de miles de muertos, así como millones de refugiados en el mundo.

La redacción de estas sanciones se dirige directamente contra Rusia e Irán, los principales aliados de Al Asad y presentes en su territorio, que pueden beneficiarse de la venta o que pueda proveerles cualquier tipo de apoyo militar para continuar la guerra.

La investigadora en The Washington Institute, Anna Borshchevskaya, manifiesta a Efe que a pesar de este proyecto de ley "Rusia continuará persiguiendo sus objetivos", aunque sí admite que "puede crear complicaciones adicionales para aquellos interesados en hacer negocios con el régimen", algo que "no hará feliz a Rusia".

La experta en la política rusa en Oriente Medio cuenta que “los años previos de sanciones no han cambiado el comportamiento” de Rusia en Siria, ya que “las sanciones pueden ser efectivas solo cuando son una herramienta dentro de una estrategia más grande”.

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Además de Rusia e Irán, otros países como China y Emiratos, que recientemente se ha acercado a Al Asad, han mostrado su intención de participar en los proyectos de reconstrucción en el país, entre ellos el lujoso proyecto de Marota City, en el suroeste de Damasco, que podrían verse afectados.

El Ministerio de Asuntos Exteriores sirio ha tildado esta ley como “terrorismo económico”, además de una "flagrante violación contra los derechos humanos más básicos y leyes internacionales" cuando los civiles ven cómo la moneda ha colapsado provocando que los precios de los productos se dupliquen.

Damasco busca echar la culpa a la “Ley César” de la crisis actual, pero "es Al Asad quien ha destrozado la economía", asegura a Efe el director de SETF, Mouaz Moustafa, quien ayudó a escribir el proyecto de ley y trabaja ahora en la implementación con una lista de sanciones que se irá publicando hasta agosto.

“El objetivo de la ley es sancionar a los millonarios que hay en Damasco (...) castigarlos por el desastre económico”, asevera, haciendo hincapié que no hay ningún tipo de sanción a medicinas, productos alimenticios o relacionado con la ayuda humanitaria. “Tras nueve años de guerra, todo el mundo está hambriento y terriblemente asustado”, destaca.

Consecuencias para la población

Damasco ha criticado la Ley César, al considerar que agrava las dificultades económicas de la población

“Desgraciadamente, los que van a sufrir más son los sirios” pronostica Edward Dehnert, analista de The Economist Intelligence Unit..

Las regiones bajo control gubernamental sufren desde hace dos años una penuria de carburante y 80% de la población vive bajo el umbral de la pobreza, según la ONU. La inflación de productos alimentarios se disparó desde mayo de 2019 a un 133%.

Hasane Toutanji, director de una clínica en Damasco, teme "restricciones a la importación de equipos" médicos y de materias primas "necesarias para la fabricación de medicamentos".

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¿Y para los aliados de Damasco?

La ley pretender mermar la influencia de dos aliados de Asad, Rusia e Irán, dos potencias sometidas ya a sanciones estadounidenses pero que tienen garantizadas inversiones en Siria en el marco de la reconstrucción del país. Pero la ley podría resultarles favorable, pues al asustar a inversores tradicionales, “Estados Unidos reduce la competencia en una carrera en la que Moscú y Teherán disponen ya de una clara ventaja”, opina Dehnert.

En el vecino Líbano, las sanciones preocupan. Este país, que fue durante tiempo fuente de divisas extranjeras para los empresarios sirios, está hoy prácticamente en quiebra.

"La ley César [...] pretender matar de hambre a Líbano al igual que pretender matar de hambre a Siria", afirmó el martes el jefe del movimiento chiita Hasán Nasralá, militarmente aliado en Siria del régimen de Damasco.

Una comisión gubernamental libanesa ha sido creada para examinar las posibles repercusiones de la ley César.

“Hacer negocios con Siria va a ser cada vez más difícil y arriesgado” resume Heiko Wimmen, del International Crisis Group (ICG).

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