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Gadafi en su laberinto

El hotel Rixos de Trípoli fue escenario de uno de los últimos actos de escapismo de Muamar Gadafi.

Redacción Internacional
24 de agosto de 2011 - 10:29 p. m.

Hace algunas semanas ya, cuando los combates todavía no tocaban las puertas de la capital, el líder libio apareció en un salón del hotel sin que nadie lo hubiera visto pasar por ninguna entrada del edificio. Habló sobre la situación de su país y una vez más llamó a la resistencia. Luego se fue por donde había llegado, ¿por dónde? Nadie lo sabe. Tampoco nadie lo vio salir.

La hipótesis que tomaba fuerza entonces hablaba de la existencia de un túnel que conectaba el complejo de Bab al Aziziya con el hotel. ¿Dónde está Gadafi actualmente cuando sus cuarteles generales están en manos rebeldes? Es probable que esté bajo tierra, pero no muerto como muchos quisieran, sino escondido en algunos parajes de su ciudad subterránea. Los servicios de inteligencia de Estados Unidos dicen que pueden ser cientos de kilómetros en túneles que desde el Palacio Presidencial tienen salidas a puntos claves de la ciudad, al desierto, al aeropuerto e incluso a otras ciudades.

Los túneles existen entre el vox populi y el secreto de Estado, pero el comienzo de su construcción se fija alrededor de 1984, cuando un Gadafi amenazado por la que podría ser una invasión de Occidente puso en marcha el proyecto ‘El gran río hecho por el hombre’. La versión oficial hablaba de una serie de canales subterráneos que servirían para llevar el agua desde los depósitos del desierto a ciudades como Trípoli y Bengasi, una obra tan necesaria que justificaba la inversión de cerca de US$25.000 millones.

Por supuesto, la suspicacia de las potencias occidentales, que para entonces tildaban a Gadafi de ser un aliado del terrorismo, no tardó mucho en alimentar la teoría de una ciudad subterránea. Actualmente, mientras el líder libio es la persona más buscada del país, sus exaliados que combaten del lado de los rebeldes confirman la existencia de los túneles. “Hay tantos agujeros de ratas en Trípoli... Estamos buscándolo en los agujeros”, aseguró el coronel Ahmed Bani, portavoz de la milicia rebelde.

También, del vox populi se ha pasado a la revelación de algunos detalles: según el diario británico The Telegraph, los túneles están construidos en hormigón y se encuentran, en promedio, a cinco metros de profundidad, aunque en algunos tramos se llegue a los 180 metros. En Alemania el diario Spiegel publicó que cerca de 2.000 ingenieros alemanes participaron en la construcción.

Muamar Gadafi parece sentirse cómodo bajo tierra. En abril pasado, cuando los rebeldes se tomaron la ciudad de Al Bayda descubrieron un búnker rodeado de túneles que tenía sus propios suministros de agua y aire, además de tener la tecnología suficiente para resistir ataques nucleares. El diario El País, de España, publicó también una entrevista con un ingeniero holandés que pidió no ser nombrado y que participó en la construcción de otro búnker, esta vez en la ciudad de Brega. Era una estructura de 60 metros de largo y 20 de ancho, abarrotada de lujos que iban desde un estudio de televisión hasta un sauna: “Probablemente —asegura el ingeniero— el dictador tenga búnkers más modernos hoy. No sé de armamentística, pero seguro de que hay bombas más potentes que a finales de los 80”.

Por Redacción Internacional

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