El Ejecutivo de Brasil informó en un comunicado que establecerá un nuevo centro de acogida en el empobrecido estado de Roraima, al norte del país, que es la puerta de entrada del éxodo venezolano, y mandará un batallón de 120 miembros de la Fuerza Nacional para reforzar la seguridad.
También decidió enviar 36 voluntarios del área de salud para una mejor atención a los inmigrantes venezolanos, que llegan a Brasil para huir de la crisis económica, política y social que atraviesa su país.
Las medidas fueron acordadas en una reunión que mantuvo hoy el presidente de Brasil, Michel Temer, con varios de sus ministros, entre ellos los de Defensa, general Joaquim Silva e Luna; y Seguridad, Raul Jungmann, con motivo de los incidentes registrados en Pacaraima.
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Vecinos de esta localidad de unos 12.000 habitantes se manifestaron este sábado 18 de agosto en contra la presencia de inmigrantes venezolanos, los expulsaron de las precarias tiendas de campaña en donde sobreviven y prendieron fuego a sus objetos personales.
La ola de violencia ha provocado que al menos 1.200 venezolanos hayan abandonado, en las últimas horas, el país suramericano por cuestiones de seguridad, según informó el Ejército brasileño.
"El Gobierno está comprometido con la protección de la integridad de brasileños y venezolanos", indicó la Secretaría de Comunicación de la Presidencia brasileña en la nota. Asimismo, anunció que redoblará los esfuerzos para acelerar el llamado proceso de interiorización, que es una medida mediante la cual transfiere inmigrantes desde Roraima, uno de los estados más pobres de Brasil, a otras regiones del país.
Hasta el momento unos 800 migrantes ya han sido trasladados a otras ciudades como Sao Paulo, Brasilia o Río de Janeiro.
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Temer declaró el pasado 15 de febrero "situación de vulnerabilidad" en Roraima ante el intenso flujo migratorio de personas procedentes de la nación petrolera e impulsó una serie de medidas de asistencia humanitaria con el apoyo del Ejército y de organismos internacionales.
El Ejecutivo recordó que esas iniciativas alcanzan ya los 200 millones de reales (unos 50 millones de dólares) e incluyen la creación de una fuerza especializada de trabajo, la construcción de diez centros de acogida -más otros dos que están próximos a su conclusión- y la puesta en marcha del proceso de interiorización.
No obstante, el Gobierno regional de Roraima considera estas medidas insuficientes y ayer divulgó dos notas en las que denunció la falta de recursos federales y reiteró su solicitud de "cerrar temporalmente la frontera", algo que ya fue negado por la Justicia y rechazado por el Ejecutivo.
Las autoridades brasileñas estiman que en el último año y medio han entrado a Brasil unos 50.000 venezolanos y que cerca de 400 cruzan diariamente la frontera.