Inseguridad en Barcelona: ¿Una mala racha?

Un aumento significativo en los robos y otros delitos este año ha puesto en alerta a una de las ciudades que recibe más turistas en el planeta.

redacción internacional
27 de agosto de 2019 - 02:00 a. m.
Inseguridad en Barcelona: ¿Una mala racha?

Las calles de la ciudad de Barcelona, en España, hace tiempo que dejaron de ser seguras tanto para los turistas como para sus vecinos. Desde hace meses, las autoridades de Cataluña ven con preocupación e impotencia un alarmante incremento en los hechos violentos en las calles de la capital catalana, muy similar a los que ocurren en los países del “tercer mundo”. Empresarios, hosteleros y operadores de turismo temen que esta espiral delictiva dañe gravemente la imagen de Barcelona.

Los robos violentos han aumentado un 30 % en lo que va del 2019 y se han registrado más de un centenar de incidentes con arma blanca. La cifra de homicidios también se ha incrementado y la sensación de inseguridad se ha disparado en las calles. Impresión que se ha agravado por la gran cantidad de sucesos en el centro de la ciudad condal, a menudo la zona más frecuentada por el turismo.

“Barcelona ya no es lo que era y lo digo como alguien que conoce muy bien la ciudad”, cuenta a este diario Elena Usó, mujer catalana y residente de la ciudad desde hace más de 20 años. “Puede que lo que estemos viviendo sea solo una mala racha, pero es claro que la seguridad ha empeorado este año”, dijo otro residente.

El tema de la inseguridad en Barcelona ha cobrado relevancia a partir de dos sonados casos en los que se vieron afectados dos altos funcionarios diplomáticos. La semana pasada, el embajador de Afganistán en España fue víctima de un robo cuando un grupo de jóvenes lo rodearon y tiraron al piso para robarle un reloj. El otro, más trágico, ocurrió en junio, cuando la vicepresidenta de la Comisión Presidencial de Cultura para Asia de Corea del Sur falleció como consecuencia de una caída tras ser víctima de un intento de robo del bolso por el método del ‘raponazo’.

De acuerdo con varias voces catalanas, este aumento en la inseguridad de la ciudad está relacionado con la impunidad en la mayoría de los casos de hurto. “Los ladrones violentos eluden la cárcel en el 90 % de las detenciones, ya que los jueces no dictan prisión provisional para ellos y al cabo de poco tiempo vuelven a estar en la calle delinquiendo”, denuncia el editorial de El Periódico de Catalunya, el diario con mayor circulación de la ciudad.

Otro tema que ha llamado la atención no es solo el incremento del hurto, sino de la violencia. Los carteristas en Barcelona, como en cualquier otra gran capital del mundo, siempre han existido. El problema es que ahora el hurto viene acompañado con intimidación, algo que no sucedía con frecuencia en España, uno de los países tradicionalmente más tranquilos de la Unión Europea.

“Había robos por descuidos, pero no la violencia de ahora”, añadió Eliana Guerrero, colombiana que vive en esta ciudad.

La inseguridad en Barcelona no ha sido ajena para las autoridades extranjeras. Hace poco, los gobiernos de Reino Unido y EE. UU. emitieron una advertencia para los ciudadanos que deseen visitar la ciudad, uno de los destinos preferidos por los europeos, con cerca de 30 millones de visitantes al año. La actividad turística supone cerca del 15 % del PIB de la ciudad y genera miles de puestos de trabajo.

El director general del Gremio de Hoteles de Barcelona, Manel Casals, en declaraciones a Efe, reclamó a las administraciones que tomen medidas inmediatas para evitar que la capital catalana sufra “una pérdida de reputación” como destino turístico de primer nivel.

“Nos preocupa no sólo por el efecto sobre el turismo sino como ciudadanos, y exigimos medidas para darle la vuelta a la situación actual”, señaló Casals a Efe.

Muchos culpan al ayuntamiento de la izquierdista Ada Colau, a quien acusan de ser demasiado tolerante desde su llegada en 2015. Sus críticos la acusan de no haber reforzado la presencia de los Mossos d’Esquadra (la policía catalana), que desde hace años sufre un déficit de agentes para una ciudad de 1,5 millones de habitantes en su área urbana y de 4,5 millones en la metropolitana.

Frente a esta impresión, el ayuntamiento de Barcelona anunció un aumento en el presupuesto para combatir la delincuencia y el gobierno regional comprometió un mayor despliegue de efectivos, incluso unidades antidisturbios.

Pero estos esfuerzos a veces son inútiles ante el sistema judicial español que no suele mandar a la cárcel a los delincuentes condenados por primera vez, ni castiga la reincidencia en hurtos inferiores a 400 euros (440 dólares), que solo se sancionan con una multa.

Por eso, el gobierno de Cataluña ha propuesto también el endurecimiento del Código Penal, para hacer frente a estos casos de hurto. Según cifras de la policía catalana, hasta agosto de este año han sido detenidas un total de 1.529 personas por este tipo de delito, de las que solamente 165 han ingresado en prisión.

El periódico catalán El Ara encontró otra razón para el repunte del crimen durante este verano: resulta que el 40 % de la guardia ciudadana está de vacaciones. Así, la seguridad es menor en las calles.

“Barcelona continúa siendo una ciudad muy segura. Hay un repunte pero no me parece suficiente para generar la alarma que se está creando”, afirmó, por su parte, a la AFP la experta en políticas de seguridad, Sonia Andolz.

Sin embargo, el surgimiento de patrullas ciudadanas llaman la atención. En la línea 3 del metro de la ciudad, varias personas se juntan para “cazar” carteristas.

Ana Altamonte, mujer chilena, actualmente en Barcelona asegura que, “la inseguridad depende con qué se la compare. Yo hago cosas acá y me siento más segura de lo que podría en Santiago o en cualquier otra ciudad latinoamericana”, le dice a este diario.

Pese a que esta crisis ha saltado ya a los periódicos extranjeros, hasta el momento no se han resentido las reservas de los meses de julio, agosto y septiembre, temporada de verano en Barcelona. Algunos turistas, aunque más prevenidos, tampoco han sentido la inseguridad de primera mano.

De hecho, una periodista de Efe entrevistó a una docena de turistas en Barcelona y la mayoría no siente que la capital catalana sea más insegura que cualquier otra gran ciudad, aunque toman precauciones como colgarse las mochilas por delante porque han leído sobre los carteristas que operan en algunas zonas.

Por redacción internacional

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