Khalid Masood: un terrorista de 52 años

Nacido en el Reino Unido, el autor del atentado vivía en la región de West Midlands, donde alquiló el auto que usó en el ataque del 22 de marzo.

Juan sebastián Jiménez Herrera
24 de marzo de 2017 - 03:31 a. m.
En Londres hubo varios homenajes a la memoria de quienes murieron el 22 de marzo. / AFP
En Londres hubo varios homenajes a la memoria de quienes murieron el 22 de marzo. / AFP
Foto: AFP - JUSTIN TALLIS

Si hubiera podido, el Estado Islámico se hubiera atribuido el ataque a las Torres Gemelas en 2001. Cada vez que hay un atentado, por pequeño que sea, el EI sale a decir que el autor fue “un soldado del califato”. Eso dijo de Khalid Masood, autor del ataque del pasado 22 de marzo en Londres. Pero no es tan sencillo. Prueba de ello es el mismo Masood. (Lea: Dos nuevas detenciones "significativas" por el atentado de Londres)

Nacido el 25 de diciembre de 1964, en Kent (Inglaterra), Masood no estaba siendo investigado, ni “existía información de inteligencia” que revelara su intención de perpetrar un atentado terrorista, dijo la Policía de Londres. Es cierto: tenía antecedentes por agresión y porte ilegal de armas blancas, pero no por terrorismo.

La primera ministra, Theresa May, dijo que Masood había sido investigado hace unos años por el MI5, el servicio de inteligencia británico, por “sospechas de violencia extremista”. Pero actualmente estaba por fuera del radar de las autoridades. De hecho, llevaba años sin problemas con la justicia.

Puntualmente: desde que fue procesado en 2003 por llevar un cuchillo. Desde entonces, nada que diera para pensar que iba a matar a cuatro personas en una tarde de primavera. Era, de acuerdo con Iwona Romek, una vecina suya, un hombre “muy tranquilo” que vivía con su familia en una casa en el barrio de Winson Green, en West Midlands.

“Era un tipo amable. Lo veía a menudo en el jardín. Nunca causó problemas”, le dijo Romek a The Guardian. Sobre su familia dijo que era “amable, muy reservada”. Pero, meses atrás, Masood y su familia se habían mudado sin despedirse. Sobre su esposa y sus hijos no hay mayores detalles.

Otra información sin confirmar muestra a Masood como alguien común y corriente: profesor de inglés y fisiculturista. El caso es que en un momento, al parecer, se radicalizó. El Reino Unido, como otros países de Europa, no ha estado exento de reclutadores que convencen británicos para que viajen a Siria a apoyar a EI. Ha habido varios casos. De hecho, en agosto de 2015, un reconocido reclutador británico-pakistaní, Junaid Hussain, murió durante un bombardeo en Siria.  

Y ya radicalizado decidió alquilar un carro para cometer un atentado terrorista. El escogido fue un Hyundai 4x4 que fue reconocido luego por un empleado del lugar donde lo alquilaron. “Un empleado identificó el vehículo después de ver la placa en internet”, dijo John Davies, portavoz del establecimiento.

Y entonces Masood, a las 2:40 de la tarde del 22 de marzo de 2017, cruzó el puente de Westminster, arrollando a dos personas: Aysha Frade y Kurt W. Cochran. Luego se estrelló contra una valla, se bajó del vehículo y apuñaló a un policía, Keith Palmer, de 48 años de edad.

A los pocos metros cayó y horas después murió. Fue el fin de una historia de terror ya conocida, aunque con un protagonista distinto. Lo mismo hizo un tal Mohamed Lahouaiej Bouhlel en Niza, el 14 de julio de 2016. Ochenta y cuatro personas murieron esa vez. Lo mismo hizo un tal Anis Amri en Berlín, el 19 de diciembre de 2016. Doce personas murieron ese día.

Apenas ayer, un hombre fue detenido en Amberes tras intentar atropellar a una multitud, en un incidente en el que no hubo heridos pero que fue calificado como un “intento de atentado terrorista” por parte del alcalde de la ciudad, Bart de Wever. Aunque no se descartan otros motivos, como, por ejemplo, un intento de evadir a las autoridades.

El hombre, de nombre Mohamed, nacido el 8 de mayo de 1977, de nacionalidad francesa y domiciliado en Francia, llevaba en el maletero “armas blancas, una escopeta antidisturbios y un bidón con una sustancia aún no determinada”. Pero, en tiempos de miedo, todo puede ser considerado un atentado terrorista.

Valgan las palabras del presidente francés, François Hollande, quien dijo que el hombre pretendía “matar o en todo caso provocar un acto dramático”.

“Debemos tener una gran vigilancia y movilizar todas nuestras fuerzas”, para que, “más allá de nuestros gendarmes, militares y policías, podamos tener toda la capacidad para prevenir y reaccionar en caso de situaciones similares”, dijo el mandatario durante una visita al Salón del Libro de París.

La Fiscalía de Bélgica dijo que, debido a los primeros “elementos recogidos, y teniendo en cuenta lo ocurrido ayer en Londres, el caso está en manos de la Fiscalía Federal”.

En el Reino Unido ya se han presentado ocho detenciones por el atentado: cinco hombres y tres mujeres, de entre 21 y 58 años, que fueron detenidos en Londres y Birmingham. Asimismo, cuatro domicilios fueron registrados.

“La investigación de la unidad antiterrorista de la policía de Londres sobre el ataque terrorista del miércoles continúa desarrollándose a un ritmo rápido e involucra a cientos de agentes” , dijo Scotland Yard por medio de un comunicado.

Pero, finalmente, este ataque muestra que el terrorismo se ha transformado, que la amenaza se ha vuelto mayor y que es cada vez más difícil anticipar atentados semejantes. “Estamos indefensos ante este tipo de ataque. El atacante de Londres estaba armado con un cuchillo de cocina y un coche”, le dijo a AFP el analista Yves Trotignon.

“Este tipo de ataque, perpetrado con objetos que utilizamos a diario, como vehículos o cuchillos, se ha vuelto la norma y es extremadamente difícil de impedir. El problema es el fenómeno de imitación, que parece ser lo que pasó en Londres, tras ataques similares en Niza y Berlín”, sostuvo, por su parte, Emily Winterbotham, investigadora en el Royal United Services Institute for Defence and Security Studies.

Europa sigue en alerta. Ayer no sólo hubo incidentes en Bélgica sino también en la vecina Luxemburgo, donde un centro comercial tuvo que ser evacuado por una alerta de bomba. Y el 24 de marzo se celebran 60 años del Tratado de Roma, origen de la Unión Europea. No se descarta un nuevo ataque ese día.

“No tenemos miedo”, dijo la primera ministra, Theresa May, tras el ataque. “Nunca vacilaremos frente al terrorismo”. El problema es que éste ha cambiado radicalmente y que, aunque el EI quiera atribuirse todos y cada uno de los atentados, estos son producto, muchas veces, de lobos solitarios que, aunque inspirados por el yihadismo, no tienen nexos con el Estado Islámico.

Normalmente se trata de hombres de unos 30 años. Es la primera vez que un mayor de 50 protagoniza un caso como este. No debe verse como un hecho cualquiera: ahora hay lobos solitarios de 50.

Por Juan sebastián Jiménez Herrera

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