La amenaza de Turquía que pone a temblar a Europa

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan amenazó el jueves con "enviar 3,6 millones de migrantes" a Europa, en respuesta a las críticas que provoó su operación militar en el norte de Siria, que tiene por objetivo a una milicia kurda.

- Redacción Internacional
10 de octubre de 2019 - 11:51 a. m.
El presidente de Turquía,  Recep Tayyip Erdogan, amenazó hoy con "abrir las puertas" y enviar millones de refugiados hacia Europa. / AFP
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, amenazó hoy con "abrir las puertas" y enviar millones de refugiados hacia Europa. / AFP

"¡Oh Unión Europea, entra en razón! Lo digo de nuevo: si ustedes intentan presentar nuestra operación como una invasión, abriremos las puertas y les enviaremos 3,6 millones de migrantes", dijo Recep Tayyip Erdogan, en un discurso en Ankara, luego de recibir críticas y condenas por la operación militar que lanzó este miércoles contra los kurdos que se encuentran en el norte de Siria, y que fueron claves para detener el avance del Estado Islámico (EI).

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El presidente pidió a los países de la OTAN, de la que Turquía es miembro, y especialmente a Estados Unidos, que le apoyen en la operación militar en el norte de Siria contra las YPG, la milicia kurda hasta ahora aliada de EE. UU. en la lucha contra el yihadista Estado Islámico pero que Ankara considera terrorista.

"No aceptamos que elijan a una organización terrorista antes que a Turquía", denunció Erdogan. 

El polémico acuerdo

La amenaza de Erdogan preocupa a Europa. En 2016 acordaron con Turquía el pago de una compensación económica si ese país aceptaba controlar el flujo de refugiados hacia Europa. También le prometieron soporte financiero para atender a los migrantes en su territorio. El presidente turco acusó a Europa de mentir y de no haber mantenido su promesa de facilitar ayuda económica.

La crisis que desató la llegada masiva de migrantes a suelo europeo y la incapacidad para lidiar con ella convirtieron a Erdogan en el aliado del entonces. El acuerdo que se firmó prevé que todos los migrantes llegados desde el 20 de marzo de ese año y que se encontraran en situación ilegal serían retornados a Turquía para que pidieran refugio allí. Un número igual de migrantes serían trasladados desde Turquía hacia Europa. De ese modo, Europa controlaría la apertura de sus fronteras a los migrantes de los diversos conflictos de Oriente Medio y África.

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Turquía tiene 3,6 millones de refugiados en su territorio a cambio de una ayuda financiera de 6.000 millones de euros, pero el fracaso del acuerdo es patente: los refugiados están en el limbo y la Unión Europea se olvidó de ellos y de asumir un rol político para encontrar una solución al problema. 

Tras el acuerdo, que selló la ruta del Egeo, dicen organizaciones que se redujeron de forma drástica las llegadas de migrantes a las costas de Grecia y, con ello, las muertes. Pero  la Organización Internacional para las Migraciones, dice que el número de muertes sigue sienodo alto en el Egeo en los dos años posteriores al acuerdo, 62 en 2017 y 174 en 2018. 

El presidente turco, Recip Tayyip Erdogan, dijo cuando firmó el acuerdo que recibe a los migrantes “por piedad” y no por dinero, y recordó que desde antes del acuerdo Turquía ha abierto sus puertas a los vecinos sirios, que se enfrentan a una guerra general desde hace cinco años.

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Europa, a su vez, justificó esta decisión en el hecho de que es imposible contener la marejada de migrantes que han llegado en los dos últimos años y ha dicho que Turquía es un “lugar seguro” para quienes desean recomenzar su vida. De paso, Turquía se convirtió en la frontera entre Oriente Medio, África y Europa: el que antes era el puerto de entrada a Grecia, y de allí hacia el resto de Europa, se convirtió con este acuerdo en un punto de contención. La zona marítima y terrestre entre Grecia y Turquía se convirtió en el hogar de más de 4.000 migrantes que intentan seguir su viaje hacia el norte y el centro de Europa, pero están estancados por los requerimientos burocráticos.

Con este trato, la política entre Turquía y la Unión Europea funciona de modo simbiótico: la reputación turca depende de la aprobación internacional (en manos de Europa), mientras que la tranquilidad fronteriza de Europa depende del gobierno turco, denunciaban entonces.

El acuerdo fue muy criticado por organizaciones como la ONU y Amnistía Internacional, que desplazó el peso de la crisis migratoria a Turquìa, que ha buscado ser socio de Europa por lo menos desde 1922.  Algo que también denunció Erdogan ante las críticas por la operación militar al norte de Siria, recordó que la UE lleva 40 años diciéndole a Turquía que podrá entrar en el club comunitario.

Un tema que divide a Europa desde hace décadas. En el pasado el expresidente francés Valéry Giscard d’Estaing decía que: “Turquía jamás podrá pertenecer a la Unión Europea por tener otra cultura, enfoque y modo de vida. Su adhesión significaría el fin de Europa. Turquía no es un país europeo”.

Turquía suele amenazar con terminar el acuerdo cada vez que tiene problemas con Europa. ¿Qué harán los países ante la nueva amenaza? 

 

Por - Redacción Internacional

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