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La ciencia podría ayudar a liberar a la “peor asesina serial” de Australia

Kathleen Folbigg está acusada de matar a sus cuatro hijos, pero la ciencia podría determinar ahora que es inocente. ¿Cómo?

13 de marzo de 2021 - 01:14 a. m.
Los expertos esperan una mayor apreciación del método científico en el entorno legal en los próximos años a raíz de este caso.
Los expertos esperan una mayor apreciación del método científico en el entorno legal en los próximos años a raíz de este caso.
Foto: Pixabay - Pixabay

Ya han pasado 18 años desde que Kathleen Folbigg, una australiana residente de la región de Nueva Gales del Sur, fue condenada por el homicidio de sus cuatro hijos. Para ese entonces, en 2003, fue calificada en su juicio como “la peor asesina en serie” del país. Pero ahora la ciencia podría ayudar a determinar su inocencia y a convertir este en el peor error en la historia judicial de Australia.

Caleb, Patrick, Sarah y Laura, los cuatro hijos de Flobigg, murieron cuando tenían entre 19 días y 18 meses de nacidos, todos por asfixia. En el momento de la investigación se consideró Folbigg asfixió a los niños, pero los nuevos descubrimientos científicos pusieron en duda aquella conclusión y apuntaron a que probablemente estos murieron por causas naturales y no por asfixia.

Un equipo de la Universidad Nacional de Australia, dirigido por la profesora de inumnología y medicina genómica Carola Vinuesa, encontró un gen mutante en las dos niñas bautizado como CALM2 G114R, tras una investigación de 2019. Esta mutación codifica la calmodulina, una proteína ácida que regula una serie de funciones celulares, como transportar el calcio dentro y fuera de las células del corazón, y puede causar la muerte cardíaca súbita.

En el momento del juicio contra Folbigg, como estos avances no estaban disponibles, no se consideró que sus hijos murieran por causa natural. Con la nueva evidencia, un grupo de científicos encontró que las niñas pudieron tener alteraciones en los latidos del corazón que pudieron provocarles la muerte. Es decir, fue una muerte natural. Los otros dos hijos de Folbigg también tenían condiciones médicas similares que apuntan a que portaban una alteración en un gen conocido como BSN. Las investigaciones en ratones apuntan a que cuando este gen es defectuoso puede causar ataques epilépticos y la muerte.

Por esta razón, científicos de varios países han firmado una carta para la liberación de Folbigg, quien espera todavía en prisión por una audiencia de la Corte de Apelaciones de Nueva Gales del Sur. Su caso revive el de Lindy Chamberlain, quien cumplió tres años de prisión tras ser condenada a cadena perpetua por error por haber supuestamente asesinado a su hija, Azaria.

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Chamberlain le dijo a las autoridades que su hija había sido raptada por un dingo, un animal salvaje mitad lobo y mitad perro. La policía desconfió de su versión por “no llorar lo suficiente”, entre otras cosas. El prejuicio sobre ella creció al punto de ser condenada por el asesinato de su hija. Los cuestionamientos sobre su versión eran abundantes, pero, al final, su historia demostró ser cierta. Unos turistas hallaron el suéter que Azaria llevaba puesto el día que desapareció en una madriguera de dingos. Los forenses se habían equivocado y Lindy Chamberlain había sido condenada por error. La historia inspiró la película Un grito en la oscuridad, protagonizada por Meryl Streep.

“Espero que en los próximos años veamos una mayor apreciación del método científico en un entorno legal. Es probable que los casos complejos como este se vuelvan más frecuentes a medida que nuestras herramientas científicas mejoren y encuentren cada vez más la forma de salir del laboratorio y llegar a la sala del tribunal”, señaló Vinuesa en un artículo escrito en The Conversation.

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Blanca(66976)13 de marzo de 2021 - 12:07 p. m.
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