La desgracia de ser afro en Estados Unidos

Ahmaud Arbery fue asesinado en febrero por dos hombres blancos tras ser confundido con un ladrón simplemente por dos cosas: estaba corriendo y era negro. Este es un nuevo caso de asesinato racista falto de justicia en el país, que se suma a una extensa lista de crímenes contra los afroamericanos.

Camilo Gómez / @camilogomez8
11 de mayo de 2020 - 04:39 p. m.
Personas participan en una protesta después de la muerte a tiros del corredor afroamericano Ahmaud Arbery. / EFE
Personas participan en una protesta después de la muerte a tiros del corredor afroamericano Ahmaud Arbery. / EFE

Un nuevo caso de asesinato racista conmociona a Estados Unidos. Ahmaud Arberty, un joven afroamericano de 25 años que había salido a trotar por una carretera en Brunswick, Georgia, el pasado 23 de febrero, fue asesinado a tiros por dos hombres blancos, padre e hijo, que, solo por su color de piel y por encontrarse corriendo, lo confundieron con un ladrón. Inicialmente, las autoridades locales se negaron a arrestar a los responsables del homicidio: Gregory McMichael, padre, y Travis McMichael, su hijo, pues afirmaban que este se trató de un “homicidio justificable”.

Finalmente, tras dos meses de impunidad, el pasado 5 de mayo se subió un video del incidente en el sitio web de una estación local de radio. Las imágenes, grabadas por uno de los vecinos de McMichaels, se hicieron virales al instante y difundidos tanto por los abogados como por la misma familia Arbery, así como celebridades y atletas del país.

Gracias a este material, y a la presión de muchos ciudadanos, se logró arrestar a los implicados para procesarlos. Sin embargo, todavía falta mucho para tener justicia en este caso, que de nuevo provocó un debate sobre el perfil racial en el país.

Según la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), el perfil racial en Estados Unidos se refiere a la práctica de ciudadanos y funcionarios estatales de atacar a las personas por sospechas de que puedan cometer delitos en función de “su raza, origen étnico, religión o nacionalidad”. Y esta dependencia de asociar un grupo de características con el crimen ha llevado, desafortunadamente, a la muerte de personas inocentes. A continuación, revivimos otros casos particulares de violencia contra los afroamericanos emblemáticos en la historia de Estados Unidos.

Los afroamericanos no pueden decorar su apartamento para una fiesta

El 15 de septiembre de 1974, Claude Reese, de 14 años, fue asesinado por el policía Frank P. Bosco en Brownville, Brooklyn, luego de ser confundido con un ladrón por el hecho de ser negro. Bosco, de 24, estaba investigando un posible robo sótano en el edificio donde vivía Reese, quien, junto con otros cuatro niños y dos niñas, solo estaba preparando una habitación en esa parte de su edificio para una fiesta.

Los afroamericanos no pueden sacar su billetera

El 4 de febrero de 1999, Amadou Diallo, un inmigrante de Guinea, fue asesinado a tiros por cuatro agentes de la policía quienes lo habían confundido con un sospechoso de violación en un caso de 1998. Diallo se dirigía a su casa en la madrugada cuando fue detenido por los policías. Estos se presentaron y le dijeron que mostrara sus manos. Diallo metió su mano en su chaqueta para sacar su billetera y presentar sus documentos, pero uno de los oficiales, Sean Caroll, confundió su cartera con un arma. Tras advertir a sus compañeros, todos en conjunto le dispararon un total de 41 tiros con sus armas semiautomáticas, ocasionándole la muerte.

Los afroamericanos no pueden leer un libro en su propio carro

Keith Scott, según su familia, se encontraba leyendo un libro en su carro el 20 de septiembre de 2016, a las afueras del conjunto de apartamentos en el que vivía. Unos agentes de policía llegaron al lugar para buscar a un hombre diferente con una orden de arresto pendiente. Pero cuando vieron a Scott salir de su vehículo notaron, según dicen, que tenía un arma en sus manos. Los oficiales dijeron que Scott se negó a cumplir sus órdenes para detenerse y, por ello, le dispararon. Su asesinato desencadenó una ola de violentos disturbios en Charlotte, Carolina del Norte.

Los afroamericanos no pueden caminar junto a su padrastro

Clifford Glover era un niño afroamericano de 10 años. El 28 de abril de 1973, se encontraba caminando junto a su padrastro a las 05:00 de la mañana por South Jamaica, un vecindario de Queens, en Nueva York. Dos policías en cubierto los detuvieron, pensando que tanto el niño como su padrastro eran culpables de un robo. Al acercarse estos hombres con armas, Glover y su padrastro corrieron, pues pensaron que estaban a punto de ser robados. Los oficiales le dispararon a Glover causándole la muerte. Según los oficiales, el niño portaba un arma, pero su padrastro “la había ocultado”. Jamás fue encontrada. El asesinato generó disturbios en South Jamaica.

Los afroamericanos no pueden hacerles preguntas a los policías

Randy Evans era un adolescente de 15 años que vivía en Brooklyn, Nueva York, y era estudiante de la escuela secundaria Franklin K. Lane. El Día de Acción de Gracias de 1976 fue asesinado por un policía que atendía una llamada de urgencia en su edificio. No había una razón para dispararle, pues, según las investigaciones, solo habían intercambiado un par de palabras. Uno de los amigos de Evans dijo que este se le acercó al policía y le preguntó “¿fuiste al apartamento 70?”, a lo que el agente se le acercó y le disparó en la cabeza.

Los afroamericanos no pueden poner música a alto volumen

Jordan Davis era un estudiante de secundaria en Florida. El 23 de noviembre de 2012 fue asesinado en una estación de gasolina en Jacksonville por Michael David Dunn, un desarrollador de software de 45 años, tras tener una discusión sobre el volumen en el equipo de sonido del carro de Davis.

Los afroamericanos no pueden vender CD de música

Alton Sterling era un hombre de 37 años que vendía CD en Luisiana. Las autoridades respondieron a una llamada anónima que decía que un hombre, presuntamente Sterling, estaba amenazando con un arma a otro hombre a las afueras de una tienda. La policía que atendió la llamada llegó al lugar y detuvo a Sterling. Al requisarlo, los oficiales encontraron que portaba un arma y acto seguido le dispararon varias veces en su pecho y espalda. Según el dueño de la tienda, Sterling había comprado un arma luego de que varios de sus compañeros fueran robados recientemente, pero no había generado ningún problema. El episodio fue grabado por varias personas. Sterling nunca empuñó su arma o amenazó a los oficiales.

Los afroamericanos no pueden dormir

Aiyana Jones era una niña de 7 años que fue asesinada durante una redada de la policía mientras estaba dormida. Jones estaba descansando cuando varios agentes irrumpieron en su casa en busca de un sospechoso de asesinato. Uno de los oficiales le disparó en su cabeza causándole inmediatamente la muerte. El hecho fue filmado por el equipo de un reality show que acompañaba a los agentes en su operativo esa noche.

Los afroamericanos no pueden respirar

Eric Garner era un afroamericano de 43 años que trabajó como horticultor en la ciudad de Nueva York. Padecía problemas para respirar. En julio de 2014, fue estrangulado por un oficial de la policía por aparentemente vender cigarrillos individuales. La estrangulación está prohibida por las normas del Departamento de Policía. Lo último que Garner dijo fue “no puedo respirar”. Todo quedó registrado en un video que se hizo viral en internet. Murió luego de sufrir asfixia.

Todos estos casos han quedado en la impunidad. Los procesos de investigación han sido dilatados. Algunas veces, los ficales han desestimado los hechos y lo único que ha motivado las investigaciones ha sido la presión de la comunidad. Los agentes de la policía que han sido condenados han recibido la libertad condicional tras un breve paso por prisión. El sistema judicial en Estados Unidos ha mostrado ser completamente desbalanceado cuando se trata del asesinato de afroamericanos.

Por Camilo Gómez / @camilogomez8

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