La historia detrás de ciudadanía por nacimiento en EE.UU.

El mandatario estadounidense, Donald Trump, amenazó con quitar la ciudadanía por nacimiento en el país (un derecho consagrado en la Constitución) para desincentivar la llegada de migrantes. ¿De dónde nace esta ley?

Natasha Pentin
02 de noviembre de 2018 - 01:16 a. m.
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Foto: AFP - LOIC VENANCE

Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y algunos de sus legisladores, propusieron cambiar la legislación de la Ciudadanía por nacimiento. Pero ¿cuál es la historia detrás de la decisión de otorgar ciudadanía a quienes nazcan en territorio estadounidense?

Hace 150 años el propósito de esta nueva legislación fue integrar a los exesclavos en el país, independientemente de su raza o estatus. Por esto, su nacimiento era el requisito para obtenerlo. Con esto, todos que nacieron en el territorio de EE.UU. se hicieron ciudadanos.

El término jurídico para la ciudadanía por nacimiento es ius soli, o "derecho al suelo".

(Ver más: ¿Por qué quiere Trump acabar con el derecho a la ciudadanía para nacidos en EE. UU.?)

Para Martha S. Jones, profesora de la Universidad de Johns Hopkins, las propuestas de Trump “ignoran que en el corazón de nuestra democracia está arraigada firmemente la ciudadanía por nacimiento”, según su artículo “The Real Origins of Birthright Citizenship” elaborado para The Atlantic.

La implementación

La legislación sobre el derecho al suelo ha tenido algunos precedentes. Uno de estos, es el caso de Dred Scott vs. Sandford en 1857, de la Corte Suprema, en el que se decidió que los afroamericanos nunca podrían ser ciudadanos estadounidenses. En ese entonces gran parte del Tribunal Supremo estaba a favor de la esclavitud, e incluso el presidente de la Corte, Roger B. Taney, creía que las personas afrodescendientes no eran ciudadanos americanos.

Taney escribió antes; “los africanos negros [son] totalmente incapaces de asociarse con la raza blanca, ya sea en las relaciones sociales o políticas y…no tienen derechos que el hombre blanco esté obligado a respetar”.

(En contexto: Ciudadanía estadounidense por nacimiento, en la mira)

Sin embargo, después del fin de La Guerra, en 1865, fue adoptada la Decimotercera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos para abolir la esclavitad. Consiguiente a esta, la Decimocuarta Enmienda, que fue establecida en 1868, declaró que: "Todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos, y sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de los Estados Unidos y del Estado donde residen".

Desde su ratificación, la enmienda aseguró que ni la religión, ni la raza, ni el origen, ni la afiliación política pueden negar a alguien la ciudadanía americana.  Sin embargo, esta victoria se ve amenazada hoy.

Tres décadas después, en 1898, el gobierno de los EE. UU intentó interferir con la enmienda para negarle la ciudadanía a Wong Kim Ark, un niño que nació de dos inmigrantes chinos, cuyos padres, en sí mismos, no eran elegibles para obtener la ciudadanía. 

Por esto, más adelante, la Corte Suprema solidificó la autoridad de la Constitución frente a este asunto para establecer que la ciudadanía es un derecho que sería ofrecido incondicionalmente a todos que nacerían en territorio norteamericano.

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Frente a la propuesta del gobierno actual, algunas personas creen que sería limitar la enmienda y que, por tanto, rechazaría su espíritu democrático y la inclusión expansiva libre del racismo. Mientras que otros creen que es una ley anticuada en la constitución y que necesita ser reexaminada.

¿La ciudadanía por nacimiento en los EE. UU es poco común?

En un programa de televisión de la cadena CNN, en 2015, Sarah Elizabeth Cupp, una presentadora y comentarista política conservadora, afirmó que esta ley hace que los Estados Unidos sean un país “atípico” frente a otros países, puesto que solo 30 países en el mundo ofrecen la ciudadanía por nacimiento.

Entre esos están Canadá, México y Malasia. Y otros países como el Reino Unido y Australia en donde está vigente una versión modificada de esta ley: la ciudadanía se otorga automáticamente si al menos uno de sus padres es un ciudadano o residente permanente. 

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Según la definición del Fondo Monetario Internacional, entre los países “desarrollados” sólo EE. UU. y Canadá son los únicos que todavía tienen leyes sin restricciones para la ciudadanía por nacimiento. Mientras que la mayoría de los países similares tienen más requisitos para otorgarla.

Ningún país en Europa o en el este de Asia tiene alguna política similar.

¿Porque la ciudadanía por nacimiento se presenta más en ciertos países?

Para John Skrentny, sociólogo de la Universidad de California, en San Diego, esto tiene explicación: el colonialismo. Cuando los países europeos colonizaron las Américas crearon normas de naturalización indulgentes en las nuevas tierras conquistadas para poder crecer y superar a la población nativa.

"Fomentar que las personas se mudaran a las Américas fue una buena manera de establecer autoridad”, afirmó.

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Muchas de las leyes de derecho de nacimiento en Suramérica se han quedado debido a la poca inmigración. Mientras que otros países como Irlanda y Francia se deshicieron de la misma en 2005 y 1993, respectivamente.

¿Qué ocurría si Trump modifica esta ley?

Si la administración de Trump intentara remover la ciudadanía de los millones de americanos que se nacionalizaron gracias a esta ley, estas personas, de repente, no tendrían un Estado, ni protección legal, ni derechos de ningún gobierno.

Garrett Epps, profesor de Ley Constitucional de la Universidad de Baltimore, afirmó que estos cambios “empezarían una cacería de brujas interna mucho más grave que la que se presentó contra inmigrantes en los años 20. Nuestra Constitución es un regalo de generaciones anteriores, en particular los millones de personas que murieron en la Guerra Civil; la Decimocuarta Enmienda es el centro de mesa de la constitución.”

Por Natasha Pentin

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