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Mollie Tibbetts, de 20 años, desaparecida desde el pasado 18 de julio, fue encontrada muerta el 21 de agosto. Tras 34 días de búsqueda, la policía descubrió su cadáver en un maizal cercano a su vecindario. El principal sospechoso del crimen se llama Cristhian Baena Rivera, mexicano de 24 años, indocumentado en Estados Unidos.
Según las autoridades, Rivera testificó que persiguió a Tibbetts en su carro mientras corría. Ella le advirtió que llamaría a la policía si no se alejaba y luego, según su relato, ella se desmayó. Rivera llevó el cuerpo a un maizal y lo cubrió con hojas de maíz. Los hechos que rodean la muerte, sin embargo, no se han esclarecido y la investigación continúa.
Pese a que, al conocer la noticia, la familia de Tibbetts pidió no politizar su muerte, el caso se volvió un debate nacional. El sector republicano, en oposición a los migrantes, aprovechó el momento para alentar políticas migratorias más fuertes. El presidente estadounidense, Donald Trump, culpó de este hecho a las leyes migratorias, a su parecer, débiles. “¿Han escuchado sobre el migrante ilegal que vino y vieron lo que le sucedió a esa joven increíble y bella? Esto nunca debió haber pasado en nuestro país”, afirmó el mandatario. A la sentencia de Trump se unieron otros republicanos que exigieron leyes migratorias más estrictas.
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El senador por Arkansas, Tom Cotton, concluyó que Tibbetts “estaría viva si el Gobierno hubiera tomado medidas de inmigración serias hace años”. Chuck Grassley, Joni Ernst y Kim Reynolds, también miembros del Partido Republicano, reaccionaron igual: “Estamos enojados porque nuestro sistema de inmigración permite que un depredador como este viva en nuestra comunidad”.
Los medios allegados a Trump también alentaron medidas más fuertes. La periodista Tomi Lahren, de Fox News, aseguró que se deben endurecer las patrullas en las fronteras. Y agregó que “la migración ilegal mata a los estadounidenses”. “Es por eso que necesitamos un muro”, concluyó Tom Homan, también colaborador de Fox.
Germán López, periodista de Vox, señaló que la cadena Fox está tratando de hacer de esta historia un asunto migratorio, pero en realidad “los inmigrantes tienen menos probabilidades de cometer crímenes en el país”.
“La historia principal en Fox se enfocó en el estado migratorio de Rivera, con el titular ‘Inmigrante ilegal arrestado por asesinato de Mollie Tibbetts’”, señaló López.
“Quienes migran, documentados o no, generalmente van a Estados Unidos a mejorar sus vidas. Eso crea un sesgo en la selección. Si los inmigrantes están tratando de llegar para encontrar trabajo o escapar del crimen y de la violencia de América Latina, es menos probable que estén interesados en cometer delitos que, por ejemplo, en encontrar trabajo o crear un mejor ambiente para sus hijos”, afirmó López.
El caso de Tibbetts revive el de Kate Steinle, asesinada en 2015 por José Inés García Zárate, indocumentado. Tras el homicidio, los republicanos llamaron a un fortalecimiento de la ley migratoria y se entró en un debate nacional que originó varios proyectos, como la Ley Kate, que aumentaba el castigo a los migrantes delincuentes que trataban de reingresar a Estados Unidos.
En plena época electoral (en noviembre se renueva una parte del Congreso), el caso Tibbetts, como el de Steinlem, es aprovechado para capturar electores. El mismo presidente Trump lo dijo en un trino: una ola azul (demócrata) significa crimen y fronteras abiertas. Una ola roja (republicanos) significa seguridad y fortaleza. En su campaña a la Presidencia en 2016, Trump cultivó una estrecha relación con Angel Families, una organización de víctimas de migrantes ilegales, para acompañar su discurso contra la migración.
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Estudios confirman que la migración no está relacionada con la criminalidad. En los últimos 24 años, la población indocumentada en EE. UU. se triplicó, de 3,5 millones a 11,3 millones, pero en el mismo período los crímenes violentos se redujeron a la mitad, señala una investigación de la Universidad Purdue, en Indiana.
“El uso de Mollie Tibbetts como otra excusa para insistir en este tema, a pesar de los deseos de algunos miembros de la familia, puede parecer insensible. Pero también revela la insistencia de la Casa Blanca: cree que la muerte de la estudiante blanca de la Universidad de Iowa presuntamente a manos de alguien que carecía de estatus legal justifica todo lo que podría hacer para mantener a distancia a otras personas que carecen de estatus legal”, escribió la periodista de Vox, Dara Lind.