La paradoja de que la Conferencia Mundial sobre el Clima se celebre en Madrid

Tras la oleada de protestas en Chile, la COP25 se celebrará en la capital española entre los días 2 y 13 de diciembre. El alcalde de la ciudad, investido el pasado mes de mayo, quiso revertir el plan anti-contaminación promovido por el anterior gobierno, que al final tuvo que frenar por un fallo judicial y las amenazas de multa por parte de la Comisión Europea.

Marta Moya Domínguez /@martamdom
04 de noviembre de 2019 - 04:39 p. m.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante un mitin electoral en Sevilla / AFP
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante un mitin electoral en Sevilla / AFP

La secretaria general de Acción contra el Clima de las Naciones Unidas, Patricia Espinosa, confirmó el viernes en un mensaje a través de la red social Twitter que España -Madrid, en concreto- asumirá la sede alternativa de la Conferencia Mundial sobre el Clima (COP25) luego de las movilizaciones que están teniendo lugar durante estos días en Chile en contra del gobierno de Sebastián Piñera. El país latinoamericano era el que en un principio iba a acoger la importante cumbre.

"Nos complace anunciar que la Mesa de la COP ha acordado que la #COP25 tendrá lugar del 2 al 13 de diciembre en Madrid, España", comentó Espinosa. El mensaje ha sido muy bien recibido por el presidente en funciones, Pedro Sánchez, quien se mostró dispuesto a trabajar desde ya para “garantizar el desarrollo de la cumbre”.

El pasado miércoles, el presidente chileno anunció la suspensión tanto de esta importante cita mundial como la de la APEC, el Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico, que además iba a ser escenario del deshielo de la guerra comercial entre Estados Unidos.

Inmediatamente, el presidente español en funciones propuso España como alternativa. Lo hizo justo al tiempo que daba comienzo la nueva campaña electoral que llevará al país europeo de nuevo a las urnas el próximo 10 de noviembre. Sin embargo, el Ejecutivo de Sánchez ya se había mostrado partidario a ofrecer Madrid como sede en una ocasión anterior, cuando las condiciones de seguridad impidieron que la Final de la Copa Libertadores 2018 entre Boca Junior y River Plate se disputara en Argentina.

Ahora, Madrid tendrá que trabajar a contrarreloj para preparar un evento cuya producción se demora al menos un año en condiciones normales y que acogerá a unos 25.000 asistentes. Chile, no obstante, mantendrá la presidencia y tendrá un papel relevante en el desarrollo de la Conferencia.

Madrid, capital cuyo alcalde quiso revertir un plan anti-contaminación

El alcalde de Madrid, el conservador José Luis Martínez Almeida, se mostró favorable a la nueva sede de la COP25. En un tuit publicado en la mañana del viernes, el regidor expresaba así su satisfacción: “Buena oportunidad para manifestar nuestro compromiso en la lucha contra la contaminación y demostrar que estamos preparados para acoger a sus 25.000 asistentes.

Sin embargo, cuatro días antes, el alcalde, junto a su equipo de gobierno, había desmantelado una de las pocas vías exclusivamente para ciclistas que exisstía en el centro de la capital. Al tiempo, Martínez Almeida defendía su apuesta por la sostenibilidad, que, junto a la movilidad, son los temas que más controversia han generado desde que llegara al gobierno.

El pasado 15 de junio, tomó posesión como alcalde. Pese a no haber ganado los comicios locales, la coalición ente el Partido Popular (conservador), Ciudadanos (liberal), y VOX (ultraderecha) fue suficiente para alcanzar la alcaldía de la ciudad de Madrid, desterrando así a la corporación de Manuela Carmena (alianza independiente de izquierdas), al frente del consistorio la pasada legislatura.

Durante la campaña electoral, Almeida se presentó como el líder para terminar con el proyecto estrella anticontaminación que había aplicado su antecesora. Pese a que los datos no ayudaban a su discurso -Madrid es la ciudad más contaminante de España, con grandes niveles de CO2 en aire-, su planteamiento fue “revocar Madrid Central”, un plan que tenía por objeto la prohibición de circulación de vehículos -salvo automóviles poco contaminantes, de movilidad reducida y transporte público- en un perímetro de 10km en el centro de la capital y que fue efectivo durante los últimos meses de mandato de la anterior alcaldesa, cuando la medida entró en vigor.

Sin embargo, el hoy líder del consistorio madrileño manifestó que Madrid Central era un “modelo fracasado” y que había otras formas más eficaces de luchar contra el cambio climático. Cuando tomó posesión, llevó a cabo sus planes, aunque estos tuvieron poco recorrido: primero, aprobó una moratoria para que dejar sin efecto todas las multas que se impusieran a los vehículos que entraran en la zona restringida. Además, reabrió al tráfico las Áreas de Prioridad Residencial del distrito Centro que había establecido su propio partido hace más de una década.

La Justicia pronto le quitó la razón. A raíz de una denuncia de Ecologistas en Acción, un juzgado de Madrid revocó la medida de la alianza de derechas, que duró tan solo una semana. Así, se retomaron las multas y el funcionamiento previo de Madrid Central hasta que el juez se pronunciara en firme.

Al mismo tiempo, la Comisión Europea volvió a amenazar a España con imponerle multas económicas por incumplir sistemáticamente los límites de dióxido de nitrógeno (NO₂) fijados desde Bruselas. La sanción, concentrada para las ciudades de Madrid y Barcelona, preveía multas de entre 6,5 y 500 millones de euros según los baremos de la UE.

El entonces comisario comunitario de Medio Ambiente, Karmenu Vella, envió una misiva al Ejecutivo en la que exigía que España tomase más medidas para reducir emisiones, considerando insuficientes las adoptadas hasta la fecha. Finalmente, tanto Madrid como la capital catalana contuvieron la amenaza.

Tras unos meses de controversias sobre las medidas anticontaminación a aplicar en Madrid, ahora la capital acogerá la cumbre mundial más importante sobre cambio climático, un escenario que se presenta como una oportunidad para reforzar los pactos alcanzados en citas anteriores y proponer medidas efectivas en esta lucha global, a la que también asistirá, con total probabilidad, la joven activista Greta Thunberg, que pidió ayuda a través de las redes sociales para llegar a tiempo tras el cambio de sede: “Como #COP25 se trasladó de Santiago a Madrid, resulta que viajé por medio mundo por el camino equivocado. Ahora necesito encontrar la manera de cruzar el Atlántico en noviembre. Estaría muy agradecida si alguien pudiera ayudarme a encontrar transporte”, manifestó.

Por Marta Moya Domínguez /@martamdom

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