La sangrienta "reconquista" de Idlib por parte de Siria y Rusia

Desde el 16 de diciembre, las fuerzas del presidente sirio Bashar al Asad, con el apoyo de la fuerza aérea rusa, han intensificado sus bombardeos sobre la región de Idlib, controlada por los rebeldes. En cinco días, los combates dejaron alrededor de 340 muertos, incluidos 80 civiles, 110 miembros de las fuerzas leales a Damasco y casi 150 yihadistas y rebeldes. Se estima que más de 40.000 personas han sido desplazadas.

redacción internacional con información de agencias
26 de diciembre de 2019 - 05:07 p. m.
Dos niños observa un camión cargado de muebles y pertenencias, a unos siete kilómetros al sur de la ciudad de Idlib el 24 de diciembre de 2019. Los combates en los últimos cinco días han dejado más de 40.000 personas desplazadas.
Dos niños observa un camión cargado de muebles y pertenencias, a unos siete kilómetros al sur de la ciudad de Idlib el 24 de diciembre de 2019. Los combates en los últimos cinco días han dejado más de 40.000 personas desplazadas.

La guerra civil en Siria se ha concentrado en el noroeste del país. Desde el 16 de diciembre, las fuerzas del presidente sirio Bashar al Asad, con el apoyo de la fuerza aérea rusa, han intensificado sus bombardeos sobre la región de Idlib, último bastión de los rebeldes al gobierno sirio y dominado por estos grupos desde que el régimen perdió su control a principios de 2015. 

Alrededor de 80 civiles fueron asesinados en la nueva escalada, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que estima que más de 40.000 personas han sido desplazadas. Una cifra que preocupa, pues en agosto se había anunciado un alto al fuego.

El último de los ataques ocurrió el 24 de diciembre, cuando al menos ocho civiles, entre ellos cinco niños, murieron en un bombardeo ruso contra una localidad cercana a Idlib, que alberga a desplazados de guerra.

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Los aviones tomaron por blanco la aldea de Jubass, cerca de Saraqeb, en el sur de la provincia de Idlib, y en el bombardeo murieron civiles que se habían refugiado en una escuela y sus alrededores.

El ejército sirio dijo que había tomado más de 320 km2 en los últimos días, incluidas "más de 40 ciudades y pueblos", y aseguró que continuará su ofensiva hasta que recupere toda la provincia de Idlib "limpia del terrorismo y sus partidarios".

En cinco días, los combates dejaron alrededor de 260 muertos, incluidos 110 miembros de las fuerzas leales a Damasco y casi 150 yihadistas y rebeldes, según el OSDH. 

Las reacciones internacionales ante esta nueva avanzada no se han hecho esperar. Uno de los primeros en manifestar su descontento fue el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien pidió a los gobiernos de Rusia, Siria e Irán que detengan la violencia contra los civiles. 

"Rusia, Siria e Irán están matando, o en camino a matar, a miles de civiles inocentes" en ese territorio del noroeste sirio dominado por los yihadistas, tuiteó Trump. "¡No lo hagan! Turquía está trabajando duro para detener esa matanza", agregó. 

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El gobierno de Turquía, liderado por Recep Tayyip Erdogan, manifestó el martes, poco después del ataque de Jubass, que está en conversaciones con Moscú para acordar un nuevo alto el fuego en Idlib, y pidió el fin "inmediato" de los ataques.

"El bombardeo debe detenerse de inmediato", sostuvo el portavoz de la presidencia turca, Ibrahim Kalin, en una conferencia de prensa. 

Francia también pidió un retroceso "inmediato" de las acciones, acusando a Damasco y sus aliados rusos e iraníes de "empeorar la crisis humanitaria". 

La escalada de violencia se produce después de que Rusia y China vetaran el viernes una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que habría extendido por un año las entregas de ayuda transfronteriza a cuatro millones de sirios, muchos de ellos en Idlib. 

La medida aumentó los temores de que la asistencia vital financiada por la ONU podría dejar de ingresar desde enero a las partes de Siria controladas por la oposición, salvo que se alcance un acuerdo alternativo. 

La guerra de Siria ha matado a más de 370.000 personas y ha desplazado a millones desde 2011 con la brutal represión de las protestas antigubernamentales.

 

La región de Idlib está dominada por yihadistas del grupo Hayat Tahrir al Cham (HTS), exaliado de Al Qaida, y otros movimientos rebeldes.

El líder del grupo instó a los yihadistas y los rebeldes aliados a dirigirse al frente y luchar contra "los ocupantes rusos" y el régimen. 

Su campaña "feroz" "requiere que hagamos más esfuerzos", dijo el martes el líder de HTS, Abu Mohammed al Jolani, en un comunicado.

Pero el gobierno sirio no se ha quedado de brazos cruzados. En comunicado esta semana, prometió continuar su puja hasta recuperar Idlib, pidiendo a los civiles que salgan de las áreas bajo control yihadista. 

Idlib alberga a unos tres millones de personas, incluidos muchos desplazados por años de violencia en otras partes del país.

El régimen, que ahora controla más del 70% del territorio sirio, ha dicho repetidamente que está decidido a reconquistar Idlib.

Por redacción internacional con información de agencias

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