Las abuelas de la Plaza de Mayo, una organización fundada para localizar a los familiares desaparecidos durante la dictadura de Jorge Rafael Videla en Argentina, celebraron este martes haber identificado y reunido con su familia a la nieta número 126.
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El turno fue para la hija de Violeta Graciela Ortolani y Edgardo Roberto Garnier, dos militantes peronistas que fueron secuestrados en 1976 y 1977, respectivamente.
Cuando despreció, Violeta Ortolani tenía ocho meses de embarazo y la bebé nació en cautiverio.
La niña creció con otra familia y en un punto se enteró que no era hija biológica de quienes la habían criado. “Yo me preguntaba si había sido abandonada. Mil historias se me venían a la cabeza (…) había tenido que aprender a vivir sin ese pedazo del rompecabezas de mi vida”, explicó la nieta que fue reunida con su familia.
El proceso empezó cuando la mujer, de 40 años, llegó al área de presentación espontánea de las Abuelas de Mayo e inició el proceso de identificación. Las pruebas genéticas probaron que era hija de Violeta y Edgardo. Allí se enteró que su abuela paterna, Blanca Díaz, la había buscado durante cuatro décadas.
“Estoy feliz, plena. No solo encontré la ficha del rompecabezas que me faltaba, sino que se armó otro, una nueva familia. La sensación es muy diferente: pensar que fui abandonada o no querida a sentir que fui y que soy una persona deseada, muy buscada y que tengo una familia hermosa”, añadió.
Las Abuelas de Plaza de Mayo buscan restituir la identidad de unos 500 niños que, se estima, fueron tomados por el régimen militar entre 1973 y 1976.
“Vamos quedando pocas abuelas”, añadió la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, quien recordó que hace poco murieron dos integrantes de la organización sin poder encontrar a sus familiares. “Con la urgencia del tiempo que corre volvemos a hacer un llamado a la sociedad que nos ayude en esta búsqueda que ya lleva 40 años”, concluyó.