Las otras víctimas del ejército de Myanmar

Además de perseguir a la minoría Ronhinyá los altos mandos militares de este país han reclutado niños en sus filas. Esta es la historia de un exsoldado que fue condenado por contar lo que vivió cuando fue parte del Ejército.

Natasha Pentin
29 de agosto de 2018 - 10:00 p. m.
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Foto: AFP - DIBYANGSHU SARKAR

El ejército de Myanmar, señalado en un informe de Naciones Unidas, publicado el 24 de agosto de 2018, por tener “intención genocida” en contra de los Rohinyás y por haber cometido crímenes de lesa humanidad, ha cometido también violaciones en contra de los soldados que ha reclutado a la fuerza.

Exmiembros del Ejército han denunciado haber sufrido persecución. El 18 de agosto de 2017 Aung Ko Htwe, un niño excombatiente del ejército de Myanmar, fue detenido. En agosto de 2018, Amnistía Internacional exigió su liberación. En octubre de 2005, cuando Ko Htwe tenía 13 años, fue secuestrado y luego reclutado forzadamente por el ejército de Myanmar para ser soldado.

Htwe intentó huir del ejército en 2007, conocido como Tatmadaw, con otros dos niños que vivían la misma situación. Durante la fuga intentaron robar a un motociclista y en el intento lo habrían matado, según aseguró el gobierno. Los tres fueron detenidos, acusados de asesinato, declarados culpables y condenados a muerte, aunque Htwe reiteró que no participó en el asesinato.

Bajo la presidencia de U Thein Sein, su pena fue reducida a cadena perpetua. Sin embargo, cuando su caso fue llevado ante del general Min Aung Hlaing, el actual comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Myanmar, había demasiada evidencia que probaba que Ko Htwe era un soldado menor de edad, por lo que la condena volvió a disminuir a diez años de cárcel. El 7 de julio de 2017 fue liberado.  

Después de un mes, Ko Htwe concedió una entrevista a Radio Free Asia (RFA), la cual se emitió en agosto de 2017, en la que habló abiertamente de sus experiencias como soldado.

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Debido a sus declaraciones, fue detenido de nuevo el 18 de agosto de 2017 y acusado bajo el artículo 505.b del Código Penal de Myanmar, el cual penaliza a cualquier persona que publique o distribuya información que pueda causar “temor o alarma entre la población o un sector de esta por los cuales cualquier persona pueda verse inducida a cometer un delito contra el Estado o la paz pública”.

Ko Htwe fue declarado culpable y condenado a dos años de cárcel, la máxima condena dispuesta por el artículo 505.b.

Esta ley ha sido utilizada con frecuencia por el ejército para limitar el derecho a la libertad de expresión en Myanmar.

Brad Adams, director en Asia para la organización "Observatorio de Derechos Humanos” (HRW), explicó: “La persecución de Aung Ko Htwe revela lo que hace el ejército de Myanmar para esconder sus equivocaciones”.

Además, durante el juicio en el Tribunal Municipal Dagon Seikkan, en Yangón, Ko Htwe criticó el sistema judicial y se negó a participar en más instancias judiciales. Fue acusado de “insultar intencionadamente a un funcionario público en una etapa de un procedimiento judicial”, delito tipificado en el artículo 228 del Código Penal. El 14 de febrero de 2018 fue condenado a otros seis meses de cárcel por este delito.

Inmediatamente, Ko Htwe pisoteó un ejemplar de la Constitución de Myanmar de 2008. Si es declarado culpable por este delito, podría ser condenado hasta tres años más de cárcel. Actualmente Ko Htwe está detenido en la cárcel de Insein de Yangón.

Los retos internacionales en cuanto a niños soldados

Tim Molyneux, el director del programa “Soldados Niños Internacionales”, que promueve los derechos de los menores de edad, manifestó: “En vez de castigar a las víctimas, el gobierno debería apoyarlos para que se recuperen totalmente, así como debería esforzarse para hacer posible que rindan cuentas los autores de los delitos y el reclutamiento de niños”.

En marzo de 2018 una reportera especial de la ONU encargada de la situación de los derechos humanos en Myanmar mandó un informe al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.  En el documento manifestó su preocupación del caso de Ko Htwe . Para colmo porque Myanmar es conocido por su reclutamiento de niños en sus fuerzas armadas.

En 2012 Myanmar firmó un acuerdo con las Naciones Unidas para ponerle fin a esta problemática. Desde ese año, el ejército nacional ha liberado cerca de 849 niños.

Sin embargo, Amnistía Internacional publicó un informe en junio de 2018 que trata sobre el desplazamiento y abuso de ciudadanos en el norte de Myanmar, y que asegura que todavía están utilizando niños.

(Ver más: ONU afirma que persecución de Birmania a rohinyás fue "genocidio intencional")

De hecho, en los estados de Kachn y Shan, asolados por la Guerra, el reclutamiento ha aumentado. El combate se ha intensificado entre el gobierno y una parte de grupos rebeldes. 

La libertad de expresión está consagrada en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (UDHR). Por eso, el ejército está cometiendo un delito bajo las leyes del derecho internacional humanitario consuetudinario.

El presidente de la Misión Internacional Independiente de Investigación de la ONU en Myanmar, Marzuki Darusman, cree que “sin la verdad el país no tendrá un futuro estable para su población”. Además, agregó que “apenas ha comenzado su transición a un estado democrático". El encarcelamiento de Ko Htwe demuestra este hecho. 

Por Natasha Pentin

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