El ultraderechista Jair Bolsonaro, presidente electo que gobernará Brasil a partir de enero, dijo esta semana que “los brasileños todavía no saben lo que es la dictadura”, omitiendo el régimen militar que gobernó el país entre 1964 y 1985.
El ex capitán del ejército brasileño, quien nunca ha ocultado su nostalgia por los años de régimen militar, hizo este comentario tras una conversación telefónica con el primer ministro húngaro Viktor Orban, conocido por sus posturas antiinmigratorias en Europa.
Hungría “es un país que ha sufrido mucho del comunismo en el pasado, un pueblo que sabe lo que es la dictadura, Brasil no sabe lo que es la dictadura, lo que es sufrir a manos de estas personas “, dijo Bolsonaro durante una conferencia de prensa fuera de su casa en Río de Janeiro este lunes.
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Al ser consultado sobre las medidas adoptadas contra los migrantes de Medio Oriente que llegan a Europa por Orban, quien cerró las fronteras de Hungría en 2015, el presidente electo de Brasil prefirió referirse a la situación de su país.
"Yo fui en contra de esa última Ley de Migración que transformó nuestro país, en un país sin fronteras. No podemos admitir la entrada indiscriminada de quien quiera, simplemente porque alguien quiere venir para acá", precisó Bolsonaro en declaraciones a la prensa este martes.
La Ley de Migración, que entró en vigor en mayo de 2017 tras ser sancionada por el presidente brasileño, Michel Temer, revocó una legislación de la época de la dictadura militar (1964-1985) que trataba a los inmigrantes como una amenaza, y les garantiza prácticamente los mismos derechos que a los nacionales.
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Para el presidente electo, si esa ley continúa vigente, cualquier persona que llegue al país "llega aquí con más derechos que nosotros".
Brasil se encuentra en medio de una crisis migratoria con la llegada masiva de venezolanos que huyen de la crisis política y económica. Pero la afluencia es menor que en países como Colombia.
La semana pasada, Bolsonaro anunció el nombramiento de Ernesto Araujo, un ferviente admirador de Donald Trump, al frente de la futura cancillería brasileña.
Bolsonaro dijo que en su gobierno las relaciones exteriores no estarán motivadas por cuestiones ideológicas, pero eso no le impidió anunciar su intención de acercarse a países como Estados Unidos, Italia, Israel o Chile, con los cuales mostró más afinidades.