Los fantasmas del pasado que asustan a Alemania

Los índices de violencia antisemita en el país europeo han aumentado un 30% respecto al año pasado y expertos señalan a la extrema derecha y su ascenso en la política alemana. La canciller alemana, Angela Merkel, reconoció que su país no ha podido controlar el problema como quisiera.

Jesús Mesa / @JesusMesa
05 de junio de 2019 - 02:00 a. m.
La exposición fotográfica de Luigi Toscano con retratos de sobrevivientes del Holocausto ha sido exhibida en varias ciudades del mundo. / AP
La exposición fotográfica de Luigi Toscano con retratos de sobrevivientes del Holocausto ha sido exhibida en varias ciudades del mundo. / AP

Pasados 74 años de la apertura de las puertas de Auschwitz y 75 del descubrimiento de las cenizas de Treblinka, los fantasmas del antisemitismo, que se creían derrotados en Europa, han resurgido con fuerza y preocupan a la comunidad judía que vive en el continente europeo.

Las alarmas resonaron de nuevo cuando, el pasado mes de mayo, en un parque de la ciudad de Viena, en Austria, una exposición al aire libre que presentaba retratos de sobrevivientes del Holocausto fue vandalizada por grupos antisemitas. Los retratos de las víctimas fueron destruidos en la noche. Otros fueron adornados con esvásticas y símbolos del Tercer Reich.

Luigi Toscano, autor de la exposición, describió el vandalismo como “el peor escenario posible” para su obra. “Estos sobrevivientes confiaron en mí cuando tomé sus fotos y ahora sus fotos han sido irrespetadas”, les dijo a medios locales.

Puede leer: Funcionario alemán recomienda a los judíos no usar sus gorros

Días después de lo ocurrido en Viena, Toscano trasladó su exposición a la ciudad de Maguncia, en Alemania. De nuevo, las fotografías fueron exhibidas al aire libre, aunque esta vez no fueron vandalizadas. Sin embargo, la razón para que esto no pasara fue la custodia de la policía alemana, que las cuidó día y noche.

En Alemania, como en muchas partes de Europa, el antisemitismo ha ganado de nuevo terreno en la política. Hace poco, el encargado contra el antisemitismo del gobierno alemán, Felix Klein, recomendó a los judíos del país no vestir la kipá, un gorro tradicional, en lugares públicos, “para evitar incidentes violentos”. Una declaración que fue muy cuestionada por el presidente de Israel, Reuvén Rivlin, y gran parte de la comunidad judía internacional.

En un intento por apagar el incendio provocado por su funcionario, la canciller alemana, Ángela Merkel, reconoció días después ante la Unión Europea que en Alemania no se ha podido lidiar con el antisemitismo de manera satisfactoria y agregó que su país tiene que estar más pendiente de estos hechos que otros por su pasado.

“Siempre hemos tenido una cierta cantidad de antisemitas entre nosotros”, dijo Merkel. “Pero en Alemania siempre hay que verlos en un cierto contexto, el contexto del pasado, lo que significa que debemos estar mucho más vigilantes que otros”, agregó la canciller.

Le recomendamos: ​Antisemitismo Recargado

A pesar de que la cultura de la memoria en Alemania se ha entendido como un ejemplo internacional de cómo enfrentar los horrores del pasado, esta política no ha contado con apoyo universal en casa. El ascenso de partidos de ultraderecha, como la Alternativa Democrática Alemana (AfD), que ha minimizado algunos de los crímenes que se cometieron durante el período nazi y lamentado que el país viva en una constante “vergüenza”, ha hecho que los gobernantes alerten a los ciudadanos sobre los riesgos de los extremismos.

“El antisemitismo es un virus que muta, que tiene miles de años y que ha cambiado su forma y sus métodos”, explica por su parte Marcos Peckel, director de la Comunidad Judía de Colombia.

Negar el Holocausto es ilegal en Alemania, un país con fuertes sanciones al discurso de odio. Pero sugerir que se olvide es una forma tortuosa de alcanzar el mismo fin.

En general, los delitos antisemitas en Alemania aumentaron en casi 20 % el año pasado y llegaron a 1.799. Pero aunque las autoridades les atribuyen el 89 % de los delitos antisemitas a los extremistas de derecha, algunos de los líderes de la comunidad judía cuestionan esa estadística y perciben que la naturaleza de la amenaza es mucho más variada.

Le puede interesar: Todos los alemanes a vestir kipá para protestar contra el antisemitismo 

Josef Schuster, jefe del Consejo Central de Judíos en Alemania, la organización judía más grande del país, afirma que, además de los grupos extremistas de derecha que siempre han existido en Alemania, ahora tienen que cuidarse del antisemitismo musulmán, intensificado con la llegada de millones de refugiados de Siria y otros países árabes.

“Muchos de los refugiados están huyendo del terror del Estado Islámico y quieren vivir en paz y libertad, pero al mismo tiempo provienen de culturas en las que el odio a los judíos y la intolerancia son una parte integral”, dijo Schuster a Die Welt.

Sin embargo, de acuerdo con Felix Klein, encargado contra el antisemitismo del gobierno alemán, esta tesis puede llevar a conclusiones equivocadas que pueden ser aprovechadas por sectores políticos extremistas. De hecho, movimientos como la AfD, que ha cuestionado los efectos del Holocausto, ahora dicen ser defensores de la causa judía y del "antisemitismo musulmán".

“La estrategia correcta es denunciar cualquier forma de antisemitismo, independientemente de quién lo haga”, explica Klein. “No hay que iniciar una discusión sobre cuál grupo es más peligroso que el otro”.

Por ello, y debido al pasado Nazi de Alemania, Angela Merkel afirmó que para su país es un error de los partidos tradicionales el ceder el poder a los populistas, debido a que su nación estaba moralmente obligada a seguir enseñando la historia.

"Tenemos que decirles a nuestros jóvenes lo que la historia nos ha enseñado, incluyendo estos horrores", dijo.

Por Jesús Mesa / @JesusMesa

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar