Los muros que hoy nadie quiere ver

Para muchos el muro de Berlín debió haber sido el último en construirse. Por eso el mundo entero criticó a Donald Trump cuando propuso la construcción de una barrera para contener la migración de Centroamérica. Lo grave, no es la única barrera que se levantó en las últimas tres décadas.

Nicolás Marín Navas
09 de noviembre de 2019 - 03:00 a. m.
El 12 de noviembre de 1989, la policía de Alemania Oriental y Occidental contiene la multitud de berlineses orientales que fluyen a través del muro derribado.  / AFP
El 12 de noviembre de 1989, la policía de Alemania Oriental y Occidental contiene la multitud de berlineses orientales que fluyen a través del muro derribado. / AFP

La caída del muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, fue una promesa de no repetir errores del pasado y empezar una era de cooperación y de apertura a través de las fronteras. El resultado, 30 años después, es que vivimos en un mundo entre muros. Eso sí, su concepción ha cambiado, pues si antes se buscó separar las dos ideologías más poderosas del momento, capitalismo y comunismo, ahora se las ve como una barrera segura del terrorismo y la migración ilegal. 

Si bien Donald Trump fue uno de los primeros que mediatizó la construcción de un muro, en muchos lugares ya existían o se estaban construyendo estructuras similares con el mismo objetivo. Elisabeth Vallet, politóloga de la Universidad de Quebec, cuenta que actualmente hay "75 muros construidos o anunciados", frente a unos 15 en 1989. Si se suman, "los muros existentes se extienden a lo largo de unos 40.000 kilómetros, es decir la circunferencia de la Tierra”, dice la experta. Algunos de los más importantes están en Chipre, Israel, Irlanda, Arabia Saudita, India y Tailandia. 

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Además, para el historiador existe una hipocresía por parte de las democracias europeas cuando defienden valores humanitarios y critican el accionar políticamente incorrecto de los líderes de ultraderecha. “Los gobiernos europeos tienen su propio muro, que es Turquía. Erdogan está bloqueando a todos los migrantes que quieren a llegar a territorio europeo y por eso los mandatarios lo han apoyado para que no salga del poder. Desde este punto ha habido una doble moral por las críticas que le han hecho a Trump, por ejemplo”. 

¿Funciona construir muros? Según Sánchez, el tema es más simbólico que otra cosa. “Los muros le dieron sentido a una mayoría silenciosa, por eso cuando anuncian el muro entre Estados y México si bien no había ninguna sustentación científica o lógica dentro de esa aclaración, era lo que la gente quería oír. Eso sí, las declaraciones son potencialmente falsas, porque nadie ha dicho que cuando se construye un muro se detiene la migración ilegal o el narcotráfico. Este tipo de fenómenos pasan por donde no pueden pasar, de forma camuflada”. 

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Sánchez, sin embargo, afirma que lo que han creado los muros en Israel es que se intensifique el terrorismo. “Algunos expertos hablan sobre la radicalización de la gente por hechos como la construcción de una barrera física entre dos países que tienen un conflicto tan grande. Lo que crea es que se dividan dos poblaciones y con el tiempo las divisiones son cada vez más marcadas”.

En Alemania el muro no solo es el recuerdo constante de un error que se cometió, sino de que la identidad nacional se resquebrajó. Ahora, en épocas de desesperanza y polarización, el hecho de ser conscientes de lo que ocurre por fuera de la cúpula no basta. Por eso Žižek afirma que uno de los primeros pasos para enfrentar el problema es “asumir plenamente nuestra corresponsabilidad por los horrores que hay fuera”. 

Por Nicolás Marín Navas

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