"Brasil está preparado. Tenemos programas y financiación, tenemos transferencia de renta y todo eso es un éxito extraordinario para reducir la mortalidad infantil en un 44 por ciento y la desnutrición infantil en un 4 por ciento", dijo en su programa de radio semanal.
Los datos citados por Lula aparecieron en una encuesta difundida la semana pasada por el Gobierno, que indicó una serie de mejoras en todos los indicadores sociales registradas en los últimos diez años, especialmente en la deprimida región del noreste del país.
Según Lula, esas mejoras sostienen su tesis de que Brasil "está en el camino correcto" para mejorar la vida de los más pobres.
"Creo que en el Siglo XXI el pobre dejará de ser pobre y se convertirá en un ciudadano con derecho a vivienda, a educación, a diversión, a cultura y a comer tres veces por día", declaró Lula en su programa, grabado el domingo antes de viajar a Japón para asistir a la Cumbre del Grupo de los Ocho (G8) .
Lula también reafirmó la intención de su Gobierno de aumentar la producción agrícola del país, para atajar la amenaza inflacionaria desatada por la crisis mundial de alimentos.
"La palabra de orden es productividad", afirmó, e insistió en que la actual crisis supone para Brasil "una extraordinaria oportunidad" para dar un "salto de calidad" en el sector agrícola.
"Tenemos tierra, agricultores, tecnología, agua y sol y solo nos faltaba la financiación, que la acabamos de aprobar", indicó en alusión a un programa de apoyo a la agricultura familiar anunciado la semana pasada, mediante el cual serán ampliados los créditos para la compra de maquinaria agrícola y semillas.
Lula reiteró que su Gobierno "hará el mayor esfuerzo para que la industria produzca todas las máquinas que los pequeños agricultores puedan comprar" y "dotar así a la agricultura familiar de toda la tecnología que tienen los grandes empresarios".