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En la aldea de Alyina, 30 kilómetros al oeste de Alepo, un grupo de aviones no identificados bombardearon una mezquita mientras los feligreses estaban en plena plegaria. Según los reportes de agencias, 42 personas fueron asesinadas y más de 100 quedaron heridas. Es posible que en las próximas horas, debido a la fuerza de las explosiones, la cifra de víctimas aumente.
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El pueblo está controlado por fuerzas rebeldes que se enfrentan al gobierno de Bashar Al Assad. Este ejército suele ser blanco de los ataques de los aviones rusos y sirios, al mando de las fuerzas oficiales con el apoyo de Vladimir Putin. La mayor parte de las víctimas, de acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos —que calificó el hecho como una “masacre”—, son civiles. En la zona no se ha reportado presencia de militantes yihadistas.
Siria vive una semana de tragedia que parece cada vez más común: el miércoles, 32 personas fueron asesinadas en un atentado suicida en el palacio de justicia de Damasco. Nadie se ha atribuido el ataque, aunque se sospecha de los grupos yihaditas activos en el país, entre ellos El Estado Islámico. En distintos atentados, sólo esta semana han muerto más de 100 personas.
A este atentado se suma la muerte de tres personas por bombardeos al oeste de la provincia de Alepo. Esta semana, Siria cumplió seis años en guerra: han muerto más de 321.000 personas —casi 100.000 de ellas civiles— y más de 12 millones —la mitad de la población nacional antes de la guerra— han sido desplazadas o se encuentran refugiadas en otros países. La guerra civil ha causado una crisis de migrantes sin precedentes, que ha puesto a Europa en posición de vigilancia y ha permitido el alimento de grupos de extrema derecha.
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Las negociaciones por la guerra en Siria entrarán en su quinta ronda el próximo 23 de marzo. El gobierno sirio ha dicho que continuará con sus bombardeos, mientras que los rebeldes se debilitan cada vez más. Las fuerzas de Al Assad, según reportes recientes, sigue acudiendo a los asedios —el bloqueo de la entrada de alimentos y el corte de servicios como luz y agua en lugares bajo el dominio el rebelde— para recapturar las regiones que ha perdido desde 2011. Según datos de la ONU, cerca de 650.000 sirios viven en trece áreas asediadas.