Notre Dame, un mes después del fuego

Torres de cristal, un rayo de luz y hasta una especie de nave espacial aterrizando sobre la iglesia son algunas de las propuestas de diseño para reemplazar la emblemática aguja que el fuego se llevó. ¿Qué piensan los franceses?

Alex Marshall / NEW YORK TIMES SERVICE
15 de mayo de 2019 - 02:00 a. m.
El gobierno francés no ha abierto el concurso para definir el diseño ganador.  / AFP
El gobierno francés no ha abierto el concurso para definir el diseño ganador. / AFP

El 23 de abril, casi una semana después del incendio de Notre Dame, en París, el diseñador Mathieu Lehanneur develó su plan de un nuevo chapitel para la catedral: una llama brillante de 91 metros hecha de fibra de carbono y cubierta de lámina de oro, que sería un recordatorio permanente de la tragedia.

La sugerencia, que se hizo primero en Instagram, no fue bien recibida. Algunos incluso dijeron que era blasfema, comentó Lehanneur.

El propósito era hacer una simple provocación: mostrar lo absurdo de reconstruir la aguja al estilo del siglo XIX, dijo. Sin embargo, agregó, desde entonces se ha mostrado serio respecto de llevar a cabo su plan.

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“Algunos días después de que lo puse en internet, pensé: ‘¿Por qué no?’”, dijo Lehanneur. “La llama, de hecho, es un símbolo muy fuerte en la Biblia”, señaló. “Es poderosa”.

El plan de Lehanneur es uno de entre decenas que se han vuelto públicos desde el incendio, la mayoría de ellos propuestos por pequeñas firmas arquitectónicas y de diseño. Van desde lo delirante (una locura arquitectónica que luce como si una nave espacial hubiera aterrizado sobre la catedral) hasta lo moderno (un proyecto que convertiría el techo en un invernadero).

Muchos de los diseños son torres de cristal. Pero uno, de Vizum Atelier, una firma de diseño con sede en Eslovaquia, propone un rayo de luz que sale proyectado desde una nueva aguja hacia el cielo. Sería un “faro para las almas perdidas”, dijo Michal Kovac, arquitecto de la firma, mediante un correo electrónico. Cumpliría el propósito de los arquitectos de las catedrales góticas en toda Europa que querían tocar el cielo con sus chapiteles, agregó.

Otra propuesta con alusiones religiosas provino de Alexandre Fantozzi, un arquitecto brasileño que imaginó que el techo y la aguja de la catedral se reconstruyeran únicamente con vitrales.

Un diseño más, de Alex Nerovnya, conferencista en el Instituto de Arquitectura de Moscú, sugirió un techo que se asemejara a un diamante en torno a un chapitel gótico reconstruido.

Varios diseñadores dijeron que sus diseños simplemente eran respuestas artísticas al impacto del incendio. Pero algunos también esperan que sus proyectos sean elegidos. Dos días después del incendio, Édouard Philippe, primer ministro de Francia, dijo que habría una licitación internacional para reemplazar la aguja destruida, que fue diseñada por Eugène Viollet-le-Duc. “Este obviamente es un gran desafío, una responsabilidad histórica”, comentó Philippe.

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Aún no se han publicado detalles del concurso propuesto.

El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo el mes pasado que no se oponía a “un gesto arquitectónico moderno” que pudiera volver Notre Dame “aún más hermosa”. Pero muchos en Francia han hecho un llamado a favor de que la aguja de Viollet-le-Duc sea restaurada tal como se había construido. El jueves, el diario Le Figaro publicó una encuesta que sugiere que el 55 % de los franceses querían que la aguja fuera restaurada en su forma original, y varios políticos han ejercido presión a favor de un reemplazo idéntico.

Una ley propuesta acerca de cómo se financiaría la restauración iba a presentarse ante el Parlamento francés el viernes. La ley también permitiría exenciones a las normas relacionadas con el medio ambiente y el patrimonio para el proyecto, visto como parte de las medidas que tienen como propósito hacer posible cumplir con el deseo declarado de Macron de reconstruir la catedral en cuestión de cinco años.

En respuesta, más de 1.100 profesionales de la arquitectura e historiadores del arte publicaron una carta en Le Figaro el 29 de abril para hacer un llamado al gobierno con el fin de que “se tome tiempo para encontrar la manera adecuada” de restaurar la estructura y asegurar que se respeten las leyes de patrimonio.

Franck Riester, el ministro francés de Cultura, le dijo al Parlamento el viernes que la restauración “no sería apresurada” y que el gobierno escucharía a los detractores de la ley propuesta.

Ningún arquitecto prominente ha emitido aún una propuesta acerca de cómo reconstruiría Notre Dame, pero varios dijeron que considerarían entrar a un concurso cuando se anunciaran los detalles. “En efecto lo pensaríamos”, dijo Stephen Barrett, socio en la firma arquitectónica de Richard Rogers, con sede en Londres. Rogers fue uno de los arquitectos que diseñaron el Centro Pompidou en París.

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Barrett dijo que la fecha límite de cinco años era poco realista, a menos que se construyera una nueva aguja en otra parte, usando materiales ligeros y modernos, para después colocarla en su lugar. Pero ese “no era el espíritu de una catedral medieval, cuya construcción tardaba décadas y requería mucho trabajo”, agregó.

Clément Willemin, director de una firma francesa de arquitectura paisajista, publicó en LinkedIn su idea de convertir el techo de la catedral en un jardín con vista a todo París, “dedicado a todas las especies de animales y plantas que hemos estado erradicando del planeta”.

Willemin dijo que el amor a la naturaleza y el deseo de proteger el medio ambiente eran preocupaciones que unían a la gente en todo el mundo. “De esa manera, es nuestra religión única y universal”, comentó.

Como la mayoría de los proyectos, la idea de Willemin ha recibido una respuesta mixta. No obstante, predijo que sin importar qué idea se eligiera, provocaría insatisfacción. “No hay manera de llegar a un consenso y a una idea con la que todos estén contentos. Eso no puede pasar en Francia”, comentó.

Por Alex Marshall / NEW YORK TIMES SERVICE

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