Publicidad

Las fiestas que pusieron contra las cuerdas al Gobierno de Paraguay

La respuesta del presidente Mario Abdo Benítez a la pandemia de coronavirus, que antes fue elogiada, ahora está empantanada por la reacción del Ejecutivo a dos fiestas que involucran a uno de sus funcionarios y a la hija de Horacio Cartes, expresidente de la nación. ¿Qué pasó?

24 de agosto de 2020 - 08:46 p. m.
El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, fue elogiado por su respuesta frente a la pandemia de coronavirus en un principio, pero ahora es criticado por ser relajar las normas solo para un sector de la población.
El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, fue elogiado por su respuesta frente a la pandemia de coronavirus en un principio, pero ahora es criticado por ser relajar las normas solo para un sector de la población.
Foto: EFE - Agencia EFE

Este lunes, el viceministro de Salud de Paraguay, Juan Carlos Portillo, se vio obligado a renunciar por haberse ido de fiesta con una modelo en plena cuarentena, con quien se presume habría comenzado una relación semanas atrás.

En una serie de videos que comenzaron a circular el sábado en la noche se puede ver a Portillo con varias mujeres evadiendo las medidas de distanciamiento social adoptadas para frenar el avance de la pandemia. Ninguno de los asistentes a la fiesta portaba tampoco mascaras faciales, otra de las medidas en las que ha sido enfático el Gobierno.

El hecho se produce justo cuando Paraguay ve un repunte de los casos de coronavirus en el país. Según el Ministerio de Salud, agosto se convirtió en el mes más letal desde el inicio de la emergencia sanitaria con 156 muertes registradas hasta el pasado domingo, lo que deja a país con un total de 205 personas fallecidas y más de 13.000 casos de contagio.

Portillo era muy conocido entre la ciudadanía por sus apariciones en los medios para insistir en la necesidad de respetar las normativas de prevención sanitaria, algo en lo que incidía desde las redes sociales.

"Usá mascarilla, lavate las manos, mantené distancia", fue uno de los últimos mensajes de Portillo en las redes antes de que asistiera a ese cumpleaños.

La recomendación iba en sintonía con la política del Ministerio de Salud y del resto del Ejecutivo, que llevan semanas alertando de la relajación de la población, manifestada los últimos fines de semana en aglomeraciones al aire libre y frente a lugares de venta de bebidas.

"He cometido un error y asumo las consecuencias de mis actos. Agradezco a todos los que me dieron su confianza a lo largo del tiempo. Y pido disculpas a la ciudadanía por el mensaje equivocado que he transmitido", compartió Portillo en su cuenta de Twitter.

Pero la renuncia de Portillo se produce solo una semana después de que otra reunión despertara la indignación de los ciudadanos: la boda de Sol Cartes, hija del expresidente Horacio Cartes quien es a su vez una de las personas más ricas de Paraguay.

El reclamo de la ciudadanía se produjo porque en la reunión de la familia Cartes, que contó con más de cien invitados de la elite política del país, no se cumplieron con las medidas preventivas que dictó el Gobierno, pero, en contraste a lo que sucede con el resto de la población, no hubo una respuesta tan estricta de parte de las autoridades.

La Policía de Paraguay ha usado tácticas muy estrictas para responder a las violaciones de la cuarentena que van desde amenazas con pistolas Taser o castigos físicos como obligar a quienes incumplen con las normas a realizar ejercicios en las calles. Nada de esto se vio en la boda de Sol Cartes. Por esto, se acusa al Gobierno del presidente, Mario Abdo Benítez, cuya respuesta frente a la pandemia había sido elogiada, de ser demasiado laxo por tratarse de la celebración de una familia tan influyente.

Le puede interesar: Paraguay: Hace un mes no muere nadie aquí por coronavirus

Las redes, así como columnistas de opinión de los medios, junto a referentes de la oposición, acusan a la Fiscalía de desentenderse de ese caso mientras que son miles los ciudadanos imputados por ese tipo de violaciones de la cuarentena.

Ese ambiente de indignación coincide además con el endurecimiento de las restricciones impuestas por el Gobierno para contener la expansión de muertes y positivos, especialmente este mes de agosto.

Para el Dr. Antonio Arbo, epidemiólogo y exministro de Salud de Paraguay consultado por The Guardian, esa reacción del Gobierno debilita la confianza de la ciudadanía en la dirección del presidente.

“La consecuencia de la boda ha sido que todas las medidas gubernamentales que controlan las reuniones pierdan credibilidad”, dijo Arbo.

La pandemia tiene como epicentro el departamento de Alto Paraná, frontera con Brasil, bajo restricciones especiales desde semanas atrás; el de Central, el más poblado, y Asunción, la capital nacional.

Sobre estos dos últimos territorios comenzó a aplicarse desde la noche del domingo la denominada "cuarentena social", que en principio se extenderá hasta el 6 de septiembre. El decreto presidencial para estas dos zonas establece restricciones a la circulación de personas entre las 20:00 horas y las 05:00 por un periodo de dos semanas.

Los hospitales paraguayos están llegando a su máxima capacidad y la ciudadanía se queja de la falta de apoyo económico de parte del Estado para sortear las dificultades que han dejado los cierres por la pandemia. Estas fiestas han sido un fuerte golpe para la credibilidad del Gobierno, el cual, según el politólogo Marcello Lachi del Centro de Investigaciones Germinal de Asunción, envió un mensaje preocupante en el que apunta a que los “empresarios adinerados pueden hacer lo que quieran si repercusiones”.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar