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El papa Francisco reconoció que cometió “graves errores” en el juicio del escándalo de abuso sexual que involucraba a la iglesia católica en Chile. El sumo pontífice había calificado de calumnias las acusaciones de las víctimas de Fernando Karadima quienes afirmaban que el obispo chileno Juan Barros, a pesar de conocer del accionar del sacerdote, nunca lo detuvo. Tras admitir su error, el jefe del Vaticano pidió perdón a las víctimas y las invitó a la Santa Sede a abordar las conclusiones del caso.
El caso de Fernando Karadima sacudió a Chile por primera vez en 2004 cuando se presentaron las primeras acusaciones en su contra a la autoridad eclesiástica. El sacerdote fue acusado de abusar a menores de edad mientras era párroco de la iglesia El Bosque. Más tarde, otros sacerdotes se sumaron a los testimonios argumentando haber sufrido de abusos por Karadima. Por su conducta, el Vaticano abrió un proceso canónico para decidir sobre el futuro del sacerdote. En abril de 2010, el escándalo estalló a nivel nacional luego de que varias de las víctimas denunciaran los hechos en televisión. Tras las indagaciones, la Santa Sede sentenció culpabilidad en el caso a Kadarima en 2011 confirmando los cargos de pedofilia.
El escándalo se volvió a reactivar en 2018 con las declaraciones del Papa Francisco en su visita a Chile. Para ese momento las víctimas del sacerdote señalaron que Juan Barros, un obispo chileno y exmiembro de la comunidad El Bosque, habría encubierto a Kadarima y a pesar de conocer sus denuncias no lo habría entregado. El sumo pontífice acusó de calumnias a este tipo de comentarios y desacreditó los testimonios de las víctimas, quienes argumentaron que la actitud del papa era inaceptable y ofensiva. Frente a este paso en falso, Francisco solicitó una investigación más profunda al tema liderada por el arzobispo Charles Scicluna, cuyos resultados hicieron cambiar de opinión al sumo pontífice.
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“Se puede afirmar que todos los testimonios recogidos hablan en modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza”, escribió Francisco, “Ya desde ahora pido perdón a todos aquellos a los que ofendí y espero poder hacerlo personalmente en las próximas semanas en las reuniones que tendré con representantes de las personas entrevistas”, puntualizó.
Isaac Givovich, víctima y denunciante de casos de abusos cometidos por los Hermanos Maristas, dijo a medios locales que esta carta de Francisco “es una luz de esperanza” y que la visita de Charles Scicluna “abrió una caja de pandora de lo que es la Iglesia Católica chilena, entre todas las congregaciones y movimientos”.
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Tras la comunicación del papa Francisco, la iglesia chilena se pronunció sobre el hecho y reconoció no haber hecho “lo suficiente” en el caso de Barros. “Es evidente que hay muchas cosas por hacer. Nuestro compromiso es que esto no vuelva a ocurrir”, aseguró el presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Santiago Silva. Se espera que para la tercera semana de mayo una delegación compuesta por 32 obispos chilenos viaje a Roma para realizar un diálogo sobre el caso.