El desempleo en Canadá ha alcanzado niveles inimaginados, situándose en 5.6%, su nivel más bajo desde 1976. Sin embargo, esto ha llevado a que la población laboralmente activa del país no sea suficiente para cubrir la demanda de trabajadores en varios sectores de su economía.
Entre los más afectados están las obras de construcción en Columbia Británica, y las plantas de transformación de alimentos. De igual forma, ha aumentado la dificultad para conseguir conductores de cambiones de carga y operarios de instalaciones eléctricas, así como jornaleros para los cultivos de Quebec.
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La economía canadiense acumula ocho años seguidos de crecimiento, generando 219.000 puestos de trabajo en el último año. Pero esto, a su vez, a conllevado a las dificultades para encontrar trabajadores que cubran las vacantes disponibles (especialmente en las empresas pequeñas y medianas).
Según un informe de la Federación de Negocios Independientes de Canadá (CIFB), la escasez de la fuerza laboral ha ido en aumento exponencialmente. Unos 430.000 empleos de pequeñas y medianas empresas no se han podido ocupar (debido a la falta de candidatos) en los últimos cuatro meses.
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El informe también revela que en el último año las vacantes sin cubrir han pasado del 2.9% al 3.3%. “La tasa supera las marcas registradas antes de la crisis financiera de 2008”, afirmó Simon Gaudreault, director de investigación nacional de la federación al diario El País.
A lo anterior se le suma el envejecimiento de la población canadiense, que incrementa la escasez de mano de obra.
La gente se está jubilando y no somos capaces de remplazar sus habilidades”, complementó Jocelyn Bamford, vicepresidenta de Automatic Coating, una firma de Ontario especializada en recubrimientos para tuberías, al diario The Globe and Mail.
La solución, posiblemente esté en abrirle más la puerta a la inmigración, incentivo que promovió el primer ministro, Justin Trudeau en noviembre de 2017, cuando presentó su plan para aumentar la llegada de trabajadores extranjeros.