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“Después de 75 años, Alemania sigue buscando a sus desaparecidos”: embajador en Colombia

Peter Ptassek, embajador de Alemania en Colombia, habla de las razones que llevaron a su país a buscar durante tanto tiempo a los desaparecidos de la Segunda Guerra Mundial y por qué extendieron esa tarea hasta 2025.

09 de septiembre de 2020 - 02:05 a. m.
Peter Ptassek
Peter Ptassek

Alemania ha buscado por más de 75 años a veinte millones de desaparecidos de la Segunda Guerra Mundial; hace poco anunció que detendría la búsqueda en 2023. “No vamos a poder echar luz sobre esos (1,3 millones de) destinos”, dijo Thomas Huber, director el servicio de investigación y búsqueda de la Cruz Roja Alemana.

Sin embargo, el interés de las nuevas generaciones por conocer el destino de sus familiares aumentó las solicitudes de búsqueda, por lo que el gobierno alemán decidió extender la tarea hasta 2025. El embajador de Alemania en Colombia, Peter Ptassek, habla sobre cómo ha sido ese proceso de búsqueda y encuentro de millones de personas en Alemania. Explica que todavía hay 1,3 millones de casos pendientes, que seguirán abiertos. “Hay que seguir buscando el tiempo que permanezca el interés de los parientes por la búsqueda. Si ese interés permanece vivo en las generaciones de hijos, de nietos y las que vengan, pues habrá que seguir buscando”.

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Setenta y cinco años después del final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania ha continuado la búsqueda de miles de desaparecidos. ¿Cuántas personas calculan que desaparecieron y cuántas siguen sin ser encontradas?

Más que el número, lo que realmente me parece revelador es que después de tanto tiempo sigamos en esta búsqueda. Al terminar la guerra hubo en la República Federal de Alemania unos veinte millones de desaparecidos y se continúan buscando alrededor de 1,3 millones de casos pendientes. Pero los seguimos buscando, esto le puede parecer raro a la sociedad colombiana, por la inmediatez de su propia experiencia dolorosa. En el caso de la mentalidad europea, el pasado no es algo con lo que uno tiene que pasar la hoja tan rápido; por el contrario, se extiende hasta el presente, e incluso se lo toma como la base de este. Es decir, el presente europeo no se comprendería sin tener en cuenta las complejidades del pasado en este continente. Tanto así, que el proceso de búsqueda sigue abierto, la Cruz Roja Alemana sigue recibiendo solicitudes para búsqueda de personas desaparecidas.

La Cruz Roja Alemana se ha encargado de ese proceso de búsqueda de personas. ¿Cómo ha sido esa batalla de su país por dar con el paradero de millones de personas?

Esta búsqueda, que aún continúa, no ha sido una tarea fácil. Es una labor que ha sido encargada a la Cruz Roja Alemana, y es una labor bastante triste, pero guiada por el amor en la búsqueda de seres queridos. En la mayoría de los casos se sabe que no se encontrará a nadie con vida; sin embargo, todos quieren tener una certeza de lo que pasó con sus parientes, padres, abuelos, madres, niñas, familias en general. Esas pérdidas con el tiempo no duelen menos, siempre se echa de menos a sus seres queridos. Y esta tristeza y melancolía de los que buscan son la base de la continua búsqueda de la Cruz Roja Alemana.

¿Cómo es el proceso para comenzar a buscar a una persona en este proceso alemán?

Un proceso de búsqueda igualmente complicado. Al final de la guerra hubo una fuente bastante fructífera; es decir los soldados sobrevivientes. En los años 60 se formaron grupos para reconstruir combates y destino de las personas. Con la caída de la cortina de hierro apareció otra fuente al liberarse los archivos del ejército ruso, lográndose por este medio clarificar el destino de unos 255.000 desaparecidos.

Debe haber muchos casos exitosos. ¿Recuerda un reencuentro que le haya impresionado?

Se puede hablar de unos 18 millones de casos exitosos. Personalmente no me tocó vivir ninguno de estos reencuentros. Pero conozco el conmovedor ejemplo del caso de niños desaparecidos. Para estos niños se creó un servicio especial de búsqueda, se lograron esclarecer unos 300.000 casos de estos, quedando unos 5.000 por ser clarificados. Hubo también un grupo de unos 33.000 niños expósitos, como se sabe son los niños bebés, y por tanto más difíciles de encontrar. En este caso la Cruz Roja se vale de ropas, juguetes y de la apariencia de los niños para buscar a sus familias. De los 33.000 niños expósitos desaparecidos se logró reducir esa cifra a unos 400 desaparecidos.

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Alemania no es el único país que está buscando a personas desaparecidas en la guerra. ¿Cuáles son los principales países de origen de los desaparecidos?

La Segunda Guerra fue una tragedia sin precedentes que dejó entre sesenta y 65 millones de fallecidos. Es una cifra muy alta que entre la guerra y luego la Guerra Fría no se pudo establecer con certeza. Cierto es que detrás de esta gran cifra se hallan ocultas duras tragedias de dolor, tristeza, miedo y angustia. La Unión Soviética y los países de Europa oriental fueron los que más sufrieron, con muchos fallecidos y desaparecidos.

¿Hay trabajos en equipo para fortalecer la tarea de búsqueda?

Puedo decir que el trabajo de búsqueda de la Cruz Roja Alemana es una labor interinstitucional e internacional. Se realiza trabajo de cooperación con la organización Media Luna Roja de la ONU, así como con muchas otras ONG y, desde luego, con las otras instituciones de la Cruz Roja a nivel internacional.

En 2018, sin embargo, se anunció que la búsqueda se detendría en 2023. ¿Qué dicen de esa decisión los familiares de los que aún buscan?

Es cierto, hace tres años se tomó la determinación de suspender el proceso de búsqueda. En ese momento se suponía que el número de personas que buscaban a sus desaparecidos estaba disminuyendo. Pronto Alemania se dio cuenta de que estaba en un error, pues el número de los que buscan, en lugar de disminuir, aumentó. Parece que las nuevas generaciones empezaron a interesarse por la suerte que corrieron sus abuelos. En respuesta a esta preocupación de la generación de nietos, Alemania decidió prorrogar la búsqueda hasta el año 2025. Como vemos, la búsqueda no puede terminar, por la sencilla razón de que el interés de las nuevas generaciones por lo que pasó con la generación de la guerra sigue aún muy vivo.

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¿Qué dificulta el trabajo de búsqueda?

Partamos del hecho de que la guerra es la negación de la vida normal, es el fin de una administración ordenada; por el contrario, reina el caos, no se lleva registro de nada. La gente muere en circunstancias oscuras. Por esto su posterior búsqueda significa una enorme tarea. Uno de los hechos concretos que dificultó la búsqueda fue el colapso del frente este, con muchos prisioneros de guerra y fallecimientos en las marchas.

¿Qué puede replicar Colombia de esa operación alemana de búsqueda de personas tras la guerra?

Realmente no sé lo que Colombia podría replicar de ese proceso de búsqueda alemana de desaparecidos. Lo que sí me parece interesante es que en Alemania se haya subestimado en un primer momento la necesidad de mantener el proceso de búsqueda e intentaron cerrarlo. La buena noticia no es solamente que se mantenga el interés de parientes en la búsqueda sino que hubo autoridades que estuvieron dispuestas a escuchar el clamor de estos parientes. Las autoridades tuvieron la valentía de actuar contra la creencia de que se podría resucitar un viejo dolor y, en lugar de eso, comprendieron que la búsqueda de personas desaparecidas durante la guerra era parte del proceso de sanación de la sociedad. Porque, ¿cómo hacer la paz con un pasado conflictivo y guerrerista, si no es con la herramienta de la verdad? El saber lo que ocurrió con sus parientes es lo que permite dar tranquilidad a las familias. Es por eso que, para hacer la paz con el pasado, con el dolor, se tiene que saber. La puerta de salida del edificio del dolor no es otra que la verdad.

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¿Cuánto tiempo seguirán buscando?

Hay que seguir buscando el tiempo que permanezca el interés de los parientes. Si ese interés permanece vivo en las generaciones de hijos, de nietos y las que vengan, pues habrá que seguir. Ninguna autoridad le puede decir a la gente cuándo tranquilizarse o cuándo dejar de sentir la necesidad de búsqueda. Además, es parte del proceso para entender la historia de su familia, de su país: conocer el destino de los individuos permite entender eventos pasados y aprender de ellos. Eso lo demuestra el tiempo que llevamos en la búsqueda en Alemania. Es conmovedora la lección aprendida que nos brindan, tanto las personas que buscan como las autoridades: esto es un asunto del corazón.

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