¿Por qué en Argentina extrañan tanto a un joven artesano?

La familia culpa directamente al Estado de la ausencia de Maldonado, de 28 años. Su historia ha movilizado a miles de personas en las calles y en las redes sociales con el “hashtag” #DóndeEstáSantiagoMaldonado.

Mariangela Urbina Castilla
02 de septiembre de 2017 - 03:00 a. m.
Santiago Maldonado se ha convertido en el símbolo de las desapariciones forzadas en Argentina. / EFE
Santiago Maldonado se ha convertido en el símbolo de las desapariciones forzadas en Argentina. / EFE
Foto: EFE - David Fern·ndez

En la Patagonia argentina, en una provincia que se llama Chubut, los indígenas mapuches no quieren agachar la cabeza. No esta vez. Llevan años enteros protestando porque el grupo Benetton, el famoso imperio textil italiano, compró 90.000 hectáreas de ese territorio que los mapuches reclaman como propio. Allá llegó Santiago Maldonado.

Los mapuches eran los dueños en el siglo XIX, hasta que se asentaron los argentinos y los aniquilaron. Luego vino Benetton, que se dedicó a criar ovejas allí, ovejas de las que obtiene buena parte de la lana para la ropa que fabrica.

Ahora los mapuches regresaron y no aceptan las donaciones pequeñas que la marca les ofreció para acabar con el pleito. En palabras de una de sus voceras, Soraya Maicoño: “¿De quién es la Patagonia? Ellos hablan de violencia, pero mataron y humillaron a nuestros abuelos. Repartieron las niñas a los hombres de Buenos Aires. Ellos agacharon la cabeza. Nosotros hemos dicho basta”.

A principios de este año, Pablo Durán, ministro de Gobierno local, llamó “terroristas” y “delincuentes” a un grupo de manifestantes mapuches, quienes de inmediato salieron a protestar.

Y fue por eso que allá llegó Santiago Maldonado.

Maldonado se dedicaba a vender artesanías y a hacer tatuajes. Según su hermano Sergio, quien se ha encargado de enfrentar a la justicia y a los medios después de lo sucedido, Santiago no es “ni militante, ni activista”, sino un argentino como muchos otros, sensible con la causa de los indígenas. Por eso quiso acompañarlos a protestar.

Según denuncias de varios testigos, la Policía argentina llegó armada hasta los dientes para evitar la manifestación del 1º de agosto pasado. “Cuando empezó la represión con balas de plomo y balas de goma, todos corrimos y cruzamos a nado el río Chubut”, cuenta Maicoño.

Ella y otros vieron a Santiago abrazando un árbol, temeroso de cruzar el río. Luego escucharon que le decían que estaba detenido. Después alguien gritó: “Ya está, ya está”, pero no podían ver más. Y desde ese día nadie sabe dónde está Santiago Maldonado.

Muy pronto empezó a cobrar validez la teoría de una desaparición forzada. Los primeros en anunciarlo de esa manera fueron sus familiares, y a ellos se sumaron políticos y organizaciones de derechos humanos.

La organización Correpi, que se encarga de sistematizar y denunciar casos de represión policial e institucional, y que tiene sede en Buenos Aires, encontró que durante el 2016 cada día una persona fue víctima de desaparición forzada en el país.

“La característica de este tipo de desaparición es que no discrimina corriente política. No es un gobierno el que lo hace, es el Estado. Es un arma para acallar a las voces que no les convienen en el Gobierno”, asegura Ronal Ariel, uno de los líderes de Correpi. Y agrega: “Cuando terminaron los gobiernos kirchneristas, después de 12 años, se asesinaba una persona cada 28 horas. El gobierno de Macri empezó con una persona cada 25 y ya vamos en una cada 24 horas”.

El problema, cree Ariel, es que los gobiernos han intentado convencerse y convencer de que la represión se acabó con el fin de la dictadura. “Pero hemos sistematizado 200 casos de desaparición forzada en lo que va del regreso de la democracia a Argentina”, comenta.

La gran mayoría de esos casos se han quedado en el anonimato. Nadie los conoce, nadie habla de ellos. Son enterrados como N.N. Pero el de Santiago Maldonado no. De él habla todo el mundo. Su nombre ha sido retuiteado miles de veces por cantantes, actores y ciudadanos, quienes también se han reunido en plantones frente a la plaza de gobierno. Hasta el dios de Argentina, Diego Armando Maradona, exigió públicamente el regreso de Santiago con vida.

El nombre de Santiago está ahora en medio de una Argentina tensa, politizada de cara a las elecciones de octubre. Cristina Kirchner ha aprovechado para sumarse a la ola y exigirle respuestas al presidente Mauricio Macri. Y éste insiste en que no hubo una desaparición forzada, pero tampoco ofrece ninguna pista convincente. La familia creó un portal en internet para desmentir información falsa y seguir preguntando, incansablemente, ¿dónde está Santiago Maldonado?

Por Mariangela Urbina Castilla

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