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¿Por qué los árabes no reconocen a Israel como Estado judío?

El secretario de Estado de EE.UU. sigue buscando que continúen las conversaciones entre Israel y Palestina más allá del próximo 29 de abril.

Daniel Salgar Antolínez
27 de marzo de 2014 - 10:14 a. m.
¿Por qué los árabes no reconocen a Israel como Estado judío?
Foto: AFP - JACQUELYN MARTIN


Una de las exigencias de Israel en el intrincado proceso de paz que lleva a cabo con Palestina es ser reconocido públicamente por su contraparte como un Estado judío. Este es, a la vez, uno de los principales escollos para avanzar en las negociaciones auspiciadas por Estados Unidos, que parecen condenadas al estancamiento. El jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, busca por todos los medios que las conversaciones se prolonguen más allá del próximo 29 de abril, cuando se cumplen los nueve meses establecidos para conocer un acuerdo macro.

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmúd Abbas, ya ha descartado la posibilidad de reconocer a Israel como Estado judío, porque considera que eso equivaldría a negar el "derecho al retorno" de los palestinos que se exiliaron en 1948 cuando se creó el Estado de Israel. Es decir, se vulnerarían a miles de personas que tuvieron que abandonar sus hogares en la palestina histórica, que hoy se encuentran en campos de refugiados en Cisjordania y que reclaman su derecho a volver a los hogares que tenían en ciudades hoy israelíes como Haifa o Tel Aviv.

La Liga Árabe dio un contundente apoyo a Palestina. Después de discutir durante su cumbre anual celebrada en Kuwait, este miércoles los Estados miembros expresaron su rechazo “absoluto y definitivo” a reconocer a Israel como Estado judío. Además, responsabilizaron a Israel de obstaculizar el proceso de paz, con medidas como la construcción de asentamientos en territorios palestinos ilegalmente ocupados, y pidieron al Consejo de Seguridad de la ONU hallar una solución al conflicto sobre la base de la creación de dos Estados y el regreso de Israel a las fronteras de 1967.

Barah Mikail, investigador de Oriente Media para la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (Fride), explica está posición de los árabes. Dice que en el plano político, la mayoría de estos países tienen relaciones no oficiales con Israel. “Siria, Líbano, Argelia, Túnez e Irak pueden ser las únicas excepciones, aunque sabemos que el Kurdistán iraquí tiene importantes relaciones económicas con empresas israelíes. En el nivel popular, de hecho, son pocos los árabes en favor de un reconocimiento de Israel, y es por eso que sus gobiernos no quieren participar de una normalización que les traiga la crítica popular”.

¿Y por qué ese rechazo de los árabes a Israel? Se debe, según Mikail, “a la actitud de Israel hacia los palestinos y la participación de Israel en sangrientas guerras regionales como la del Líbano, por ejemplo. Al mismo tiempo, las teorías de conspiración también tienen una importancia en la explicación de esta actitud: la mayoría de los árabes creen que el Mossad está muy extendido en la región y sospechan que está detrás de varios de los bombardeos y las explosiones en la región. Al mismo tiempo, yo diría que lo mismo prevalece en Israel, donde parece que pocos israelíes están realmente cómodos con la idea de acercarse a los árabes”.

Lo posición de la Liga Árabe es una confirmación de la dificultad para recuperar la confianza y buscar la reconciliación entre los valores de Occidente (de los cuales Israel es el principal bastión en Oriente Medio) y el mundo árabe y musulmán. El proceso de paz entre Israel y Palestina es importante porque pone en juego está reconciliación, que no se ha logrado a pesar de los tratados de paz entre Israel con Jordania y con Egipto. “Un reconocimiento mutuo entre Israel y cada uno de los estados árabes sólo conduciría al éxito si sus problemas se resolvieran antes, empezando por la cuestión palestina. Entonces podríamos creer que la paz común también traería mejores perspectivas en cada una de las partes política y económicamente”, dice Mikail.

Ahora bien, hay otras razones por las cuales los palestinos se niegan a aceptar a Israel como Estado judío, además de que con este reconocimiento tendrían que renunciar a su “derecho al retorno” como ha argumentado Abbas. Alexander Montero, director del Centro Colombiano de Estudios Árabes, explica que “desde 1988 Palestina reconoce a Israel como Estado sin que Israel haga lo mismo con Palestina. Por lo tanto nadie pone en duda la existencia de Israel como una instancia internacional. No es coherente añadir un elemento más, una característica de judío a un Estado que ya ha sido reconocido”.

En segundo lugar, dice Montero, “se trata de una categoría racista. Esta propuesta equivale a decir que un Estado determinado pertenece exclusivamente a una etnia determinada –aunque hoy es una verdadera torpeza suponer que existe una etnia judía-. Equivaldría a decir, por ejemplo, que Francia pertenece exclusivamente a los franceses y sólo ellos pueden vivir allí. En tercer lugar, aún pasando por alto el argumento anterior, les corresponde a los israelíes definir cuáles quieren que sean sus propias características. No es un tema que deba hacer parte de la discusión de la comunidad internacional. Vale la pena recordar que cuando el presidente Harry Truman firmó el telegrama de reconocimiento al Estado de Israel, corrigió la versión original del telegrama que decía Estado Judío de Israel y lo cambió por Estado de Israel simplemente. De hecho fue por las mismas razones mencionadas”.

En Israel no solamente viven judíos. Hay una porción de la población que es árabe y otra de musulmanes y cristianos que no son no árabes. ¿Qué pasaría con ellos si Israel fuera reconocido como Estado judío? ¿Tendrían que exiliarse? ¿Serían considerados ciudadanos de segunda categoría? Hay múltiples tesis que responden a esta pregunta. El primer ministro israelí ha respondido que apoya la igualdad de derechos para los israelíes árabes: “20% de los israelíes son árabes. Ellos igualmente votan por el Knesset (Parlamento). Ellos pueden ser elegidos. Hay miembros del Parlamento que son árabes y yo apoyo la igualdad de derechos para ellos”. Sin embargo, también dijo que como un Estado-nación, Israel es el Estado-nación judío. “Así que si no conseguimos el reconocimiento de los palestinos, en esencia, nos están diciendo que les demos su propio Estado y ahora quieren la mitad de nuestro Estado. Bueno, sería un Estado y medio para los palestinos y sólo la mitad de un Estado judío”.

Esta posición de Netanyahu ha sido criticada incluso por el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, quien es además el principal impulsor del proceso entre Israel y Palestina. Ha dicho que la ley internacional ya reconoce a Israel como un Estado judío (“el asunto del se resolvió en 1947 en la Resolución 181 donde hay más de 40 menciones al Estado judío… además, Arafat en 1988 y luego en 2004 confirmó que estaba de acuerdo con la existencia de un Estado judío..") y que la insistencia en una declaración pública sobre este reconocimiento es un “error” en el proceso diplomático.

En todo caso, dicho “error”, que Montero llama más bien un “sofisma de distracción”, tiene pendiendo de un hilo un proceso de paz en el que está en juego la estabilidad de Oriente Medio y el papel de Estados Unidos como la potencia que iba a llevar la paz a esa región, según prometió Barack Obama antes de ganar el Nobel de Paz.

Mientras Israel exige su reconocimiento como Estado judío, que poco o nada cambiaría la situación sobre el terreno, los palestinos ponen como condición para una prórroga de los diálogos que el gobierno de Tel Aviv detenga la construcción de asentamientos ilegales en Cisjordania, que en cambio sí está impidiendo cada día más la continuidad geográfica del Estado palestino. Pero ni la declaración del Estado judío ni la moratoria en la construcción de colonias judías parecen opciones viables. Estaríamos, entonces, ante un fracaso más en los casi diez intentos por alcanzar la paz entre Israel y Palestina.

 

@DanielSalgar1
 

Por Daniel Salgar Antolínez

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