PPK se queda, pero ¿hasta cuándo?

La decisión del Congreso peruano de no destituir a Pedro Pablo Kuczynski por mentir y tener conflictos de intereses cerró una intensa semana de crisis política en Perú. Sin embargo, el peligro no ha pasado y los retos que surgen son enormes.

Redacción Internacional.
23 de diciembre de 2017 - 03:00 a. m.
Pedro Pablo Kuczynski, presidente de Perú.  / AFP
Pedro Pablo Kuczynski, presidente de Perú. / AFP

Dos decisiones tuvieron a los peruanos en vilo esta semana. La primera fue la de la Comisión de Apelación de la FIFA, que aceptó “parcialmente” un recurso interpuesto por el delantero peruano Paolo Guerrero para reducir una sanción por haber dado positivo en un control antidopaje. Gracias al fallo, Guerrero podrá jugar el Mundial de Rusia 2018.

La segunda, la decisión del Congreso de no destituir al presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), por mentir y tener conflicto de intereses. Con 78 votos a favor, 21 abstenciones y 19 votos en contra (se necesitaban 87 para aprobar la vacancia), PPK se salvó de convertirse en el primer mandatario en perder su puesto por vínculos con Odebrecht, empresa envuelta en un escándalo de corrupción por el pago de sobornos en varios países de América Latina.

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Pero las dos decisiones fueron a medias. Guerrero sigue suspendido por seis meses y deberá demostrar su “inocencia” y Kuczynski seguirá amenazado por los fujimoristas, que son mayoría en el Congreso. Según le dijo al periódico El Comercio el analista político Enrique Castillo, “uno de los principales desafíos de Kuczynski será hacer frente a la agresividad del fujimorismo, la misma que se va a ver multiplicada a causa de que no se aprobó la vacancia”. Agregó que el peligro no ha pasado y que “le encontrarán muchas más cosas para que se vuelva a justificar otro pedido de vacancia para finalmente botarlo”.

Sin duda, la figura presidencial quedó muy desgastada con toda la crisis. Una encuesta de Ipsos revela que el 75 % de los peruanos está inconforme con la gestión del presidente y el 71 % cree que hizo algo ilegal. Por eso, muchos ven su triunfo como un balón de oxígeno para reformular sus políticas.

El hecho de que PPK se quede hoy “no significa que permanezca hasta el 2021, ya que lo van a perseguir permanentemente”, explicó Castillo.
Kuczynski señaló que ahora “empieza un nuevo capítulo” en la historia de su país. “Reconciliación y reconstrucción de nuestro país. Una sola fuerza, un solo Perú”, escribió en Twitter.

¿Y el fujimorismo?
La fuerza política de Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori, fue la gran derrotada. No sólo perdió el pulso más importante contra Kuczynski sino que su bancada sufrió deserciones en la votación.

Diez legisladores fujimoristas, entre ellos Kenji Fujimori, hermano menor de Keiko, se abstuvieron de votar. Una decisión sorpresiva, pues la bancada suele votar en bloque. “El factor Kenji fue decisivo. Tremenda derrota política de Fuerza Popular”, dijo el analista Fernando Tuesta.

La congresista fujimorista Cecilia Chacón aseguró que su grupo respetará el resultado de la votación en el Congreso, pero anunció que su bancada pedirá explicaciones a sus colegas que no votaron a favor del pedido.

Según Chacón, la abstención de esos parlamentarios estuvo motivada por que el Gobierno les prometió liberar al expresidente Fujimori. Analistas dicen que se habría hecho un ofrecimiento de indulto para el exmandatario.

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Sin embargo, expertos políticos achacan la salvada de PPK al antifujimorismo, estrategia que siempre le ha dado resultado a Kuczynski. El anuncio hecho en la víspera por Kuczynski de que sus dos vicepresidentes renunciarían y no lo relevarían si se producía su destitución conllevaba que el presidente del Congreso, el fujimorista Luis Galarreta, ocupara la Presidencia en funciones mientras se organizaban nuevas elecciones generales.

El supuesto de que el fujimorismo gobernara al menos por unos meses fue suficiente argumento para que algunos congresistas partidarios de la destitución cambiaran su voto a última hora, lo que salvó a Kuczynski.

“Se le está dando una oportunidad histórica. Que no la desperdicie”, dijo el analista político Carlos Torres Caro

Por Redacción Internacional.

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