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La corrupción revelada esta semana en las más altas instancias de la judicatura de Perú llevó hoy al presidente del país, Martín Vizcarra, a anunciar una reforma integral del sistema de justicia, la primera gran medida de su mandato, que apenas tiene cien días.
Vizcarra, que llegó al cargo con la lucha anticorrupción como su principal bandera, quiso dar así un golpe sobre la mesa en un país donde hasta ahora los jueces parecían estar al margen de la enquistada y generalizada corrupción de su clase política, con todos sus expresidentes procesados, investigados o condenados.
El mandatario interrumpió la reunión del Consejo de Ministros y compareció en el Palacio de Gobierno de Lima para hacer frente a una crisis que amenaza con salpicarle, pues su nombre aparece en algunas de las grabaciones telefónicas publicadas en medios que revelan un presunto tráfico de influencias y prevaricación de altos jueces.
En medio de la indignación que permea al país por la aparición de nuevos audios que ponen en cuestión la labor de los jueces del país, Vizcarra anticipó que presentará el proyecto de reforma al Congreso el 28 de julio, durante su discurso por el día nacional de Perú, en el que celebrará 197 años de independencia.
El documento será producto de una comisión de "honorables expertos en la materia, reconocidos por su trayectoria profesional pero también por su ética", destacó Vizcarra.
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El gobernante argumentó su decisión de realizar la reforma al considerar que no bastará con el pedido que él mismo realizó este lunes al Congreso para que destituya a los magistrados implicados en el escándalo. "Resultará insuficiente para resolver el problema de fondo. Podemos cambiar a los malos funcionarios, pero no avanzaremos si se mantienen las mismas prácticas. Tenemos que curar la enfermedad", agregó.
Vizcarra indicó que las grabaciones revelan "el enorme grado de inmoralidad de quienes están llamados a impartir justicia y también la existencia de mecanismos, prácticas y vicios que contaminan la administración de justicia".
Asimismo, destacó que "ninguna fuerza política, ningún miembro de la administración judicial ni ningún peruano de buena voluntad puede oponerse a una reforma el Estado y de la Justicia", consciente de que en el parlamento necesitará el apoyo del fujimorismo, con mayoría en el hemiciclo.
Sin embargo, pone en aprietos a la fuerza mayoritaria, pues Keiko Fujimori, el líder del partido, pudo haberse reunido con el juez supremo César Hinostroza, en cuya sala se ve su pedido de archivar una investigación de la Fiscalía por presunta financiación irregular de sus campañas electorales.
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Además, Hinostroza es uno de los principales protagonistas de las grabaciones difundidas estos días por la prensa peruana que evidencian casos de corrupción. Una de estas pone en manifiesto una polémica sentencia dictada por Hinostroza y que después permite que otra magistrada archive, sobre una investigación de presunto lavado de activos contra el exsecretario general del partido fujimorista Fuerza Popular, Joaquín Ramírez, por supuestamente blanquear dinero para las campañas de Fujimori.
Otras grabaciones involucran al presidente de la Corte Suprema de Justicia del Callao, Walter Ríos, y a tres miembros del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), órgano encargado de designar y retirar jueces. En ellas se les escucha pedir sobornos con garantías previas de hasta 10.000 dólares por promocionar a jueces en distintos procesos de selección, así como negociar prebendas y favores a cambio de beneficiar a sus interesados.
La indignación popular se mantiene a cada audio nuevo revelado y para este miércoles está convocada por organizaciones y colectivos civiles una manifestación en Lima.