Primer acuerdo para Libia después seis años en guerra

AFP

El jefe del Gobierno de unidad nacional de Libia, sostenido por la ONU, Fayez al Serraj, y el mariscal Jalifa Hafter, que controla el este del territorio nacional se sentaron a hablar, en un encuentro auspiciado por el presidente francés Emmanuel Macron. Para las organizaciones defensoras de los derechos humanos, este anuncio es el primer respiro en un conflicto que parecía interminable.

En el 2011 estalló una guerra civil en Libia, luego de que rebeldes apoyados por la OTAN, derrocaron al gobierno de Muamar Gadafi, quien estuvo en el poder durante 40 años. Aunque el país celebró el fin de la dictadura y la llegada de la democracia, la muerte de Gadafi no significó un fin del conflicto, sino una intensificación del mismo.  

El país quedó dividido en dos zonas de influencia: la de Al Serraj en Trípoli, y otra en el este bajo el control de Hafter. Gracias a esta situación de vacío de poder, grupos yihadistas y salafistas como Ansar al Sharia, el Estado Islámico y la organización de Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) se han instalado en el país, además de organizaciones de tráfico de armas y personas.

Esta situación preocupa a la Unión Europea (UE), en especial en materia de inmigración y de control de sus fronteras exteriores, ya que la mayor parte de los más de 93.000 inmigrantes que han llegado a Italia en lo que va de año lo hicieron desde las costas de este país africano. El Gobierno italiano ha reclamado en numerosas ocasiones un mayor control de las costas libias, así como una respuesta europea al flujo de inmigrantes al que este país mediterráneo debe hacer frente.

Con este panorama, los líderes tomaron la decisión de reunirse por primera vez el de mayo en Abu Dabi, pero no hubo acuerdo aquella vez.

En esta oportunidad, en cambio, convinieron en un texto que la solución de la crisis del país "solo puede ser política". Tras la reunión, Al Serraj y Hafter comparecieron ante la prensa a ambos lados de Macron, quien tomó la palabra para anunciar que el "proceso electoral tendrá lugar en primavera".

Al Serraj anunció hace dos semanas la intención de su ejecutivo de convocar elecciones anticipadas en marzo de 2018, una intención que se topó con la oposición del jefe del Parlamento de Tobruk (este), la zona controlada por Hafter.

"Lo que está en juego en este proceso es inmenso, para el pueblo libio y para toda la región, y es esencial para toda Europa, porque tiene consecuencias directas para nuestros países sobre los flujos migratorios", dijo Macron, quien también agradeció la "valentía" de Hafter y Serraj.