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La propuesta de negociaciones planteada por un ministro sirio en Moscú, que podría incluir la marcha de Siria de Bashar al Asad, carece prácticamente de posibilidades de salir adelante frente a la violencia del conflicto que desgarra el país, según expertos y la oposición."Es una nueva maniobra dilatoria (...) el régimen eligió la solución militar y no la abandonará, hasta su caída.
En cuanto a Rusia, nunca estuvo verdaderamente interesada en un salida por las buenas", afirmó Thomas Pierret, profesor en el departamento de estudios islámicos y de Oriente Medio de la Universidad de Edimburgo (Escocia). Para Pierret, "Rusia apoyó primero la solución militar, pensando que saldría bien, como en Chechenia, después, cuando se dio cuenta de su error, era muy tarde, el régimen estaba condenado".
El martes, al ser preguntado sobre la salida del poder de Asad, el vice primer ministro y ministro de Comercio sirio, Qadri Jamil, dijo en una rueda de prensa, tras una entrevista con el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, que "en las negociaciones puede hablarse de cualquier problema.
Estamos dispuestos a hablar incluso de ese punto". Sin embargo, consideró que "hacer de la renuncia una condición para mantener un diálogo significa que nunca se podrá tener tal diálogo". La oposición excluye todo diálogo antes de la marcha de Asad, cuya familia gobierna el país desde hace cuatro décadas. Según fuentes políticas en Damasco, Jamil discutió en Moscú un proyecto de organizar elecciones presidenciales anticipadas, bajo supervisión internacional y con la participación de todos los candidatos que lo deseen, incluido Bashar al Asad. Pero Estados Unidos, los europeos y varios países árabes rechazan esta candidatura.
"El régimen no puede organizar estas elecciones porque el resultado sería una humillación para Asad, una verdadera ejecución política. No se puede esperar obtener un resultado electoral decente después de haber destruido casi todas las ciudades del país", explica Pierret."Además, la organización de elecciones supondría que el régimen controla la mayor parte del país, lo cual ya no es el caso", añadió Thomas Pierret.
Un ejercicio de propaganda Rime Allaf, otra experta en Siria, comparte este sentimiento. "Qadri Jamil o se equivocó o es un ejercicio de propaganda para mostrar que el régimen quiere salvar el país y todo esto para ganar tiempo", considera esta investigadora de la Chatham House de Londres. "La postura del régimen fue siempre afirmar que queremos el diálogo, pero Asad es intocable. De todas formas, es muy tarde, no puede haber diálogo con todas estas masacres", subraya Allaf.
Los responsables de la oposición también lo consideran una maniobra dilatoria. "Cada vez que el régimen quiere ganar tiempo llama al diálogo, pero no piensa ni por un momento en poner fin a una guerra contra su pueblo", dijo a la Burhane Galiun, exjefe del Consejo Nacional Sirio (CNS), la principal coalición de la oposición.
"Si el régimen fuera serio en su propuesta de diálogo, pararía la guerra. Todo esto solo busca engañar a la opinión pública internacional, haciéndoles creer que es posible una reforma, pero, en realidad, el ejército continúa bombardeando las ciudades sirias y cometiendo masacres", dijo. Para los Comités Locales de Coordinación, que animan la protesta sobre el terreno "la propuesta del régimen de elecciones anticipadas, cuando centenares de miles de sirios están desplazados y hay miles de muertos y heridos que no pueden ser atendidos en los hospitales, es simplemente insultante"."No tenemos ninguna confianza en este régimen. Hace falta que este régimen y sus representantes se vayan. Es lo mínimo que la oposición puede pedir con todos los muertos sobre el terreno", considera Omar Idelbi, su portavoz.