¿Qué pasa en Sajonia, el epicentro del éxito electoral de la ultraderechista alemana?

Fue en Sajonia donde surgió el movimiento islamófobo Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida), donde residía la célula terrorista "Clandestinidad Nacionalsocialista", que asesinó a nueve extranjeros, y donde se produjeron un gran número de actos violentos contra los albergues de refugiados.

Juan Palop / Efe
26 de septiembre de 2017 - 05:02 p. m.
Los cabezas de lista en los pasados comicios del ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel y Alexander Gauland (dcha). / EFE
Los cabezas de lista en los pasados comicios del ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel y Alexander Gauland (dcha). / EFE

Un cóctel de factores sociopolíticos y económicos ha convertido al Land oriental de Sajonia en el epicentro del terremoto electoral de este domingo en Alemania, que dejó a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) como tercera fuerza.

AfD logró en el conjunto del país un 12,6 % de los votos; en el este de Alemania, un 22 %, y en Sajonia se convirtió en primera fuerza, por delante de los conservadores de la canciller Angela Merkel, con un 27 % de los sufragios.

El politólogo Hajo Funke aseguró hoy en un encuentro con medios extranjeros que el éxito de AfD en Sajonia debe atribuirse a un conjunto de factores que la crisis de los refugiados sólo ha venido a exacerbar.

Argumentó que el principal grupo de electores de AfD, por encima de los ultraderechistas convencidos y el voto protesta, son los que se consideran "dejados de lado" por el sistema, un segmento "especialmente grande" en el este.

Michael Bittner, filósofo y columnista en el diario local "Sächsische Zeitung", explicó a Efe que muchos "alemanes del este se sienten aún ciudadanos de segunda clase" porque perciben salarios y rentas menores además de sufrir un mayor desempleo.

En las zonas rurales del este, el sentimiento es de "depresión", agregó: "las tiendas echan el cerrojo, los jóvenes se marchan, no hay suficiente policía, los bancos cierran sus sucursales, faltan médicos" y los grandes partidos no tienen apenas presencia.

AfD, por el contrario, "entendió muy bien que había que estar presente" en estas regiones y explotar el vacío y el descontento, apuntó Bittner.

Reiner Klingholz, director del Instituto de Berlín para la Población y el Desarrollo, incidió además en declaraciones a Efe en la "frustración" que sufre una parte importante de la población del este, pese a la "extrema mejora" económica que han experimentado desde la reunificación (1990).

"No se comparan con cómo estaban hace 27 años, sino con cómo están sus conciudadanos del oeste. O, más bien, con cómo creen que están, porque creen que viven mucho mejor de ellos, algo que en muchos casos no es verdad", explicó.

A esto hay que añadir un lento proceso demográfico que, según Klingholz, favorece a la ultraderecha.

Durante el régimen comunista, explicó, los hombres solían estudiar menos tiempo que las mujeres y decantarse por empleos en la agricultura y la industria, los dos sectores con los que más se ha cebado la reconversión de las últimas décadas.

Muchas mujeres, por su parte, emigraron al oeste tras la reunificación y con su mejor formación lograron empleo y se establecieron.

Por eso el este tiene ahora una proporción inusualmente alta de hombres mayores desempleados (el votante típico de AfD), con poca formación "y sin mujer", destacó este experto.

Un estudio del Instituto de Berlín para la Población y el Desarrollo de 2007 ya estableció una clara correlación entre la desproporción masculina en las circunscripciones alemanas y los buenos resultados de la ultraderecha.

Además, destaca como "elemento específico" de Sajonia su "profundo conservadurismo", según Bittner, que recordó que desde la reunificación sólo ha gobernado en este Land la Unión de Merkel.

Esta base conservadora se sintió decepcionada cuando la canciller mantuvo las fronteras abiertas a los peticionarios de asilo o cuando permitió que se votase en el parlamento el matrimonio homosexual.

A esto hay que añadir, a juicio de Bittner, que Sajonia fue durante siglos un estado independiente y fuerte y ahora, por el contrario, tiene un papel político discreto, lo que genera "animosidad" y "rivalidad" con Berlín.

En este caldo de cultivo socioeconómico, la crisis de los refugiados azuzó la afrenta de quienes se consideran "dejados de lado" (porque a los recién llegados se les atendía) y proporcionó a la ultraderecha un cabeza de turco.

Fue en Sajonia donde surgió el movimiento islamófobo Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida), donde residía la célula terrorista "Clandestinidad Nacionalsocialista", que asesinó a nueve extranjeros, y donde se produjeron un gran número de actos violentos contra los albergues de refugiados.

No obstante, Sajonia es uno de los Land donde residen menos extranjeros (un 4 %, cuando la media está en el 10,5 %) y en el que la población musulmana se sitúa en torno al 1 %.

El miedo "no puede surgir de la experiencia" con extranjeros, aseguró Klingholz. 

Por Juan Palop / Efe

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