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¿Quién es el gran ayatolá Alí Sistani que se reunió con el papa Francisco?

El gran ayatolá Alí Sistani, la principal autoridad religiosa de numerosos chiitas en Irak y en el mundo, redefinió radicalmente en tres décadas su papel hasta convertirse en una brújula religiosa y política, a veces en pleno caos.

Efe y Afp
06 de marzo de 2021 - 01:40 p. m.
Este gran acontecimiento interreligioso viene a confirmar el aura del dignatario chiita quien, desde la invasión estadounidense de Irak en 2003, convenció a millones de iraquíes para que salieran a las calles, a las urnas e incluso al combate.
Este gran acontecimiento interreligioso viene a confirmar el aura del dignatario chiita quien, desde la invasión estadounidense de Irak en 2003, convenció a millones de iraquíes para que salieran a las calles, a las urnas e incluso al combate.
Foto: AFP - STRINGER

Este sábado, este nonagenario, que nunca aparece en público y cuyos representantes leen sus sermones, acogió al papa Francisco en Nayaf, ciudad santa en el sur de Irak.

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Este gran acontecimiento interreligioso viene a confirmar el aura del dignatario chiita quien, desde la invasión estadounidense de Irak en 2003, convenció a millones de iraquíes para que salieran a las calles, a las urnas e incluso al combate. “Si en todo el mundo mucha gente se aleja de la religión, Sistani siempre ha conservado la misma autoridad moral”, afirma a la AFP Marsin AlShamary, investigadora del Brookings Institute.

En el Irak de después de Sadam Husein, durante la ocupación de Estados Unidos y tras su marcha, logró el respeto de los chiitas, pero también de los sunitas y de los kurdos, mayoritariamente sunitas. El gran ayatolá siempre llamó a los chiitas a respetar a las minorías y a proteger a los cristianos y sus iglesias.

Equilibrio ancestral

Y todo ello sin romper el equilibrio ancestral de su estatus. “Sistani no es alguien que defienda una retirada total, pero tampoco es un revolucionario”, según AlShamary. El hombre, tocado con el turbante negro de los descendientes del profeta, nació en Mashhad, en Irán, hace más de 90 años. Formado en Qom (Irán), se instaló en 1952 en Nayaf, donde sucedió en 1992 al gran ayatolá Abul Qasem al Khoei.

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En arresto domiciliario durante el régimen de Sadam Husein, se encontró en primera línea cuando cayó, abogando constantemente por la moderación.

En 2004, urgió a los estadounidenses a organizar elecciones democráticas y, más tarde, a su bestia negra, Moqtada Sadr, a abandonar la resistencia armada. En el peor momento de la guerra (2006-2007), recordó la prohibición para un musulmán de matar a otro musulmán.

En 2014, Sistani llamó a los iraquíes a oponerse al grupo ultrarradical sunita Estado Islámico (EI) y creó lo que se convertirá en Hashd al Shaabi. Pero esta coalición, que debía reunir a civiles dispuestos a tomar las armas, fue finalmente fagocitada por los paramilitares proiraníes, organizados en milicias y seguidores, muchos de ellos, de su rival religioso, el guía supremo iraní Alí Jamenei.

Dudas de ayatolá

A lo largo de los años, el gran ayatolá Sistani también pidió a los políticos iraquíes que pongan fin a la corrupción y a la mala gestión. Pero, en 2015, afirmó a la AFP por escrito --la única forma en que responde a los fieles y a los periodistas-- que “lamentablemente las cosas han salido de manera diferente” a lo que esperaba.

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A finales de 2019, cuando en Bagdad y en el sur chiita una revuelta sin precedentes golpeó el sistema político instalado en 2003, se vio obligado a destituir al primer ministro que había apoyado. Después llegó el coronavirus y el dignatario, que prohibió las oraciones del viernes, se refugió en el silencio.

El gran ayatolá, atrapado entre los políticos y los ciudadanos, también se debate sobre su relación con Irán, su país natal y gran vecino que busca extender su influencia en Irak. “Nunca negó que es iraní y, sin embargo, en muchos aspectos, es más iraquí que los propios dirigentes de Irak”, asegura Hayder al Khoei, un investigador que se reunió con Sistani en su espartana casa de Nayaf.

“Dictados”

En el único video en el que se escucha su voz, habla en farsi y habría rechazado incluso en dos ocasiones la nacionalidad iraquí. Pero “siempre ha mantenido las distancias con Irán, a cuyos dictados nunca quiso someterse”, asegura Kenneth Katzman, del Congressional Research Service.

Formado en la escuela teológica de los chiitas iraquíes, Sistani se opone a la teoría del “Wilayat Faqih” del ayatolá iraní Ruhollah Jomeini, según la cual la religión prima sobre lo político. Para la escuela teológica de Nayaf, los religiosos deben limitarse a aconsejar sin inmiscuirse en los asuntos públicos.

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Esto hace que Sistani se muestre “reacio” ante la idea de rubricar el documento “sobre la fraternidad humana” que el papa ya ha firmado con el gran imán sunita de Al Azhar en Egipto, según AlShamary. En cualquier caso, “nadie más ocupará ese lugar”, agrega la investigadora. “Ha guiado a Irak en todos su momentos difíciles como un pastor”.

El encuentro

Un encuentro del que sólo se han distribuido algunas decenas de segundos de imágenes de vídeo y un par de fotos de ambos líderes sentados en la sala donde el ayatolá, de 90 años, recibe a sus huéspedes en su modesta casa de Nayaf.

La oficina de Al Sistani explicó que abordaron los grandes “desafíos que enfrenta la humanidad” y que el ayatolá habló de “las injusticias y opresión, la persecución religiosa e intelectual (...) el bloqueo económico y los desplazados de muchos pueblos de la región, entre ellos el pueblo palestino”. El papa encontró un aliado en la defensa de los cristianos, diezmados en los últimos años y de los que sólo han quedado cerca de 300.000, pues el ayatolá expresó “su interés en que los cristianos vivan como los iraquíes, en paz y seguridad y con todos sus derechos”.

Tras esta reunión inédita, en la ciudad santa chiita de Nayaf, el papa inició su etapa más espiritual del viaje: la peregrinación a Ur para rezar por la “libertad” y la “unidad, y poner fin a las guerras y al “terrorismo”. A este lugar, cuna del patriarca Abraham, uno de los grandes profetas del cristianismo, el islam y el judaísmo, ya quiso venir el papa Juan Pablo II en 2000, pero Sadam Husein lo impidió.

Por Efe y Afp

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Eduardo Sáenz Rovner(7668)07 de marzo de 2021 - 12:07 a. m.
Parece momificado.
Hernando(84817)06 de marzo de 2021 - 04:35 p. m.
Frente al avance incontenible de la ciencia y la secularización progresiva de la humanidad, se cumplen los vaticinios de Gilles Kepel en su libro "La revancha de Dios", mencionado por Fernando Savater en su libro LA VIDA ETERNA y en el cual manifiesta Kepel: "Cristianos, judios y musulmanes a la reconquista del mundo....Un nuevo discurso religioso toma forma, no para adaptarse a los valores
  • Hernando(84817)06 de marzo de 2021 - 04:37 p. m.
    seculares, sino para devolver el fundamento sacro a la sociedad, cambiándola si es necesario". Una perspectiva diferente y clara frente a las verdaderas intenciones políticas de quienes manejan el mundo.
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