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Hora tras la dimisión dramática de la ministra del Interior británica, Amber Rudd, la primera ministra Theresa May ha nombrado a Sajid Javid como su remplazante.
Rudd admitió que había “involuntariamente engañado” a diputados sobre la existencia de cuotas para la deportación de inmigrantes en ese país.
La oposición había pedido su renuncia en los últimos días tras la publicación en los medios británicos de documentos que indican que tenía conocimiento de esas cuotas, a pesar de que lo había negado en una comisión parlamentaria.
El escándalo del maltrato de la llamada “generación Windrush”, migrantes que llegaron en Reino Unido en los años 50 y 60 - principalmente del Caribe - ha dominado la escena política británica durante las últimas semanas.
A pesar de haber vivido, trabajado y pagado impuestos en Reino Unido durante varias décadas, varios residentes británicos se encontraron en situación de irregularidad y perseguidos por el Gobierno británico porque no se los proporcionaron con documentos oficiales cuando llegaron en el país.
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The Guardian contó varias historias escandalosas de migrantes, a menudo de edad avanzada. Algunos de ellos han perdido sus trabajos, han visto denegado el acceso a la sanidad, han recibido amenazas de deportación o no han podido regresar al Reino Unido tras visitar su país de origen.
Varios diputados de la oposición laborista, además de comentaristas políticos, aseguran que existe un vínculo directo entre este maltrato de la “generación Windrush” y la política del “ambiente hostil” creada por la actual primera ministra Theresa May mientras que era ministra del Interior (2010-2016), y que sigue implementando como líder del país.
May quería crear un “ambiente hostil” para los inmigrantes ilegales en Reino Unido para que se deportaran de forma voluntaria. Durante esta época, el Ministerio del Interior mandó camionetas - marcadas con mensajes como “vuelve a casa” - a zonas multiculturales del país. En 2013, la actual primera ministra dijo ante el Parlamento británico que “primero deportaremos y escucharemos las apelaciones más tarde”. La política, según varios expertos, ha sido causa de mucha discriminación hacia migrantes en el país.
¿Quién es Sajid Javid, nuevo ministro del Interior británico?
Sajid Javid ha sido diputado del distrito de Bromsgrove desde 2010. Su ascensión a uno de los puestos más importantes del gobierno ha sido astronómica.
Javid, de 48 años, nació en Rochdale (cerca de Manchester). Creció en Bristol con sus cuatro hermanos y sus padres quienes inmigraron desde Pakistán. Es el primer ministro del Interior británico de una minoridad étnica.
En una entrevista con el periódico londinense el London Evening Standard en 2012, Javid contó que su padre viene de un pueblito pakistaní, y que llegó en Reino Unido a la edad de 17 años para buscar trabajo. “Su apodo era Señor Noche y Día porque trabajaba cada hora que le dio Dios”.
Antes de entrar en la política, Javid trabajaba en la ‘City’, la zona financiera de Londres. Con la mera edad de 25 años, se convirtió en vicepresidente de Chase Manhattan Bank, antes de trasladarse a Deutsche Bank.
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El exbanquero ha criticado el tratamiento de la “generación Windrush”. Cuando entrevistado por The Sunday Telegraph, Javid notó las semejanzas entre las personas afectadas por el escándalo y su familia: "Le podía haber tocado a mis padres, a mi tío, o incluso a mí mismo. Mis padres vinieron a este país al igual que los miembros de la generación Windrush".
El nuevo ministro del Interior ha sido partidario del Partido Conservador desde los años 80, según la BBC. Tras su elección como diputado por primera vez en 2010, Javid fue elegido ministro de Cultura en 2014. Su puesto más reciente era ministro de Comunidades.
En una entrevista con la BBC después de que May anunciara su nuevo puesto, Javid no aclaró si acabaría con la política del “ambiente hostil” o el uso de cuotas en la deportación de inmigrantes.
Javid se enfrentará a varios retos como ministro del Interior, con las cuestiones de inmigración y seguridad de gran pertenencia en Reino Unido en este momento. Tendrá que salvar las apariencias del Partido Conservador tras este dañoso escándalo, además de hacer frente a las amenazas de terrorismo en el país.