Mariano Rajoy
El líder del conservador Partido Popular (PP), de 62 años, es el presidente del gobierno español desde diciembre de 2011. Tras las legislativas de 2016, gobierna en minoría con el apoyo del partido liberal Ciudadanos, nacido en Cataluña para luchar contra el secesionismo.El PP es apenas la quinta fuerza política en Cataluña, donde recabó el 13% de votos en las últimas elecciones regionales, en 2015, y tiene sólo un ayuntamiento.
Rajoy ya tenía experiencia en este asunto: en el 2006, que le daba más competencias a la región y la elevaba al rango de "nación". A raíz de un recurso de su partido, el Tribunal Constitucional lo anuló parcialmente en 2010, lo que desató la ira de muchos catalanes.
Sus detractores lo acusan de haber dejado enquistarse la cuestión catalana, y haber hecho prosperar así la causa secesionista. Rajoy insiste en que no puede negociar la celebración de un referendo con todas las garantías en la región porque es incompatible con la Constitución.
Este jueves, su gobierno anunció que un consejo de ministros el sábado enviará para aprobación del Senado las medidas que prevé tomar bajo el artículo 155 de la Constitución, que permite intervenir en la administración catalana.
Carles Puigdemont
Ex periodista de 54 años, el presidente regional catalán milita por la independencia desde su juventud. También tenía experiencia.Fue propulsado a la presidencia a comienzos de 2016, cuando la CUP, partido de extrema izquierda cuyo apoyo necesita en la cámara regional, exigió la partida de su predecesor Artur Mas, al que culpaba de las políticas de austeridad aplicadas durante la crisis.
Pese a las presiones de grandes empresas catalanas y del Estado español, Puigdemont ha defendido de manera pugnaz su proyecto, y no dudó en criticar el discurso pronunciado por el rey Felipe VI el 3 de octubre. "Así no", le espetó al monarca, que había acusado de "deslealtad" a los dirigentes catalanes.
En una confusa sesión del parlamento catalán el 10 de octubre, dijo asumir "el mandato de que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de República" pero pidió suspender "los efectos de la declaración de independencia".
Este jueves, en una carta a Rajoy, indicó que el parlamento catalán no votó la declaración de independencia, pero advirtió que lo hará si el gobierno central desoye su pedido de diálogo y no cesa "la represión".
El dirigente es objeto de una investigación por "desobediencia", "prevaricación" y "malversación de caudales públicos" por la organización del referéndum prohibido del 1 de octubre.
Fue propulsado a la presidencia a comienzos de 2016, cuando la CUP, partido de extrema izquierda cuyo apoyo necesita en la cámara regional, exigió la partida de su predecesor Artur Mas, al que culpaba de las políticas de austeridad aplicadas durante la crisis.
Pese a las presiones de grandes empresas catalanas y del Estado español, Puigdemont ha defendido de manera pugnaz su proyecto, y no dudó en criticar el discurso pronunciado por el rey Felipe VI el 3 de octubre. "Así no", le espetó al monarca, que había acusado de "deslealtad" a los dirigentes catalanes.
En una confusa sesión del parlamento catalán el 10 de octubre, dijo asumir "el mandato de que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de República" pero pidió suspender "los efectos de la declaración de independencia".
Este jueves, en una carta a Rajoy, indicó que el parlamento catalán no votó la declaración de independencia, pero advirtió que lo hará si el gobierno central desoye su pedido de diálogo y no cesa "la represión".
El dirigente es objeto de una investigación por "desobediencia", "prevaricación" y "malversación de caudales públicos" por la organización del referéndum prohibido del 1 de octubre.