Reino Unido no ha renovado la visa de Abramovich, dueño del Chelsea

Medios británicos reportan que la visa de Roman Abramovich, dueño del Chelsea desde el 2003, expiró hace unas semanas. El amigo del presidente ruso Vladimir Putin no estuvo presente en la victoria de su equipo en la final de la FA Cup el sábado pasado.

Alfred Davies
23 de mayo de 2018 - 04:00 p. m.
El dueño del Chelsea Roman Abramovich no pudo presentarse en la final que disputó su equipo el pasado sábado 19 de mayo luego de que expirara su visa. / EFE
El dueño del Chelsea Roman Abramovich no pudo presentarse en la final que disputó su equipo el pasado sábado 19 de mayo luego de que expirara su visa. / EFE

La visa británica de Roman Abramovich, dueño del Chelsea desde el 2003, expiró hace unas semanas. Según reportes en la prensa rusa y británica, el oligarca ruso podría tener que probar la fuente de su riqueza asegurar la renovación de su permiso.

Según el periódico británico The Sunday Times, el magnate ruso es el 13° persona más rica del Reino Unido, tras aprovechar la privatización de los activos del Estado ruso en los años 90, particularmente en las industrias de petróleo y gas.

Desde que Abramovich adquirió el Chelsea hace 15 años, el club londinense ha disfrutado del periodo más exitoso de su historia, con cinco títulos de Premier League y un triunfo en la Liga de Campeones.

El empresario no estuvo presente en el triunfo de su equipo en la final del FA Cup contra el Manchester United el sábado pasado. Su avión privado no ha viajado al Reino Unido desde el 1 de abril, según la web rusa The Bell.

Parece poco probable que Abramovich no reciba su permiso, y fuentes cercanas del ruso aseguran que no se le han negado una visa, sino que el proceso sólo se está demorando más de lo normal.

La demora en la renovación de sus papeles parecería ser el resultado del colapso de relaciones diplomáticas entre Rusia y Reino Unido, tras el caso del envenenamiento del exagente doblo ruso Sergei Skripal y su hija, Yulia, además de la participación británica en los ataques aéreos contra Siria.

Abramovich podría ser víctima de nuevas medidas contra ciertos rusos que viven en Reino Unido. El gobierno británico confirmó en marzo que está revisando las visas de nivel superior, obtenidas por aproximadamente 700 inversionistas rusos entre 2008 y 2015.

Después de que Londres acusara a Moscú de ser responsable del envenenamiento de los Skripal, la primera ministra británica Theresa May expulsó a 23 diplomáticos rusos y sus familias. Estas expulsiones formaron parte de una acción coordinada con varios países de la comunidad internacional. El Kremlin niega cualquier involucración en lo sucedido.

Otra causa de la demora podría ser su relación cercana con el presidente ruso Vladimir Putin. En un proceso judicial, de 2012, en el que el oligarca difunto Boris Berezovsky demandó a Abramovich por intimidación, Berezovsky aseguró que el acusado tenía una influencia considerable en la política rusa desde los finales de los años 90.

Boris Berezovsky estaba exiliado voluntariamente en Reino Unido en esta época. Según Berezovsky, Abramovich asistió a la fiesta de cumpleaños de Putin en 1999, y un año más tarde le regaló un yate de 50 millones de dólares. Berezovsky añadió que Abramovich escogió miembros del gabinete de Putin.

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Abramovich ganó el proceso y rechazó las afirmaciones de Berezovsky, pero el juez del proceso afirmó que queda claro que, a pesar del veredicto, Abramovich “disfruta de muy buenas relaciones con Putin y otras personas poderosas en el Kremlin”.

Cuando contactado por la AFP sobre la visa de Abramovich, el ministro de Seguridad británico, Ben Wallace, declaró: “No hacemos comentarios sobre casos individuales”, mientras que Dimitry Peskov, portavoz del Kremlin, dijo que ejecutivos rusos en Reino Unido enfrentan “varias manifestaciones de tratamiento injusto y hostil”.

Al principio de esta semana, un comité de diputados británicos publicó un informe titulado “El oro de Moscú: la corrupción rusa en Reino Unido”, criticando una supuesta falta de acción contra cleptócratas rusos en Londres. El informe relata: “A pesar de la retórica fuerte, el presidente Putin y sus aliados han podido continuar de la misma forma de siempre, escondiendo y lavando sus activos corruptos en Londres”.

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Por Alfred Davies

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