Tiananmén: treinta años después

El 4 de junio de 1989 soldados chinos dispararon contra cientos de manifestantes que pedían el fin de la corrupción y más democracia. La represión dejó, según datos no oficiales, entre 400 y mil muertos. Otros hablan de 10.000.

- Redacción Internacional
04 de junio de 2019 - 02:00 a. m.
 El número de muertos y heridos sigue siendo un secreto de estado. / EFE
El número de muertos y heridos sigue siendo un secreto de estado. / EFE

Nadie quiere recordar lo que se vivió en la plaza Tiananmén de Pekín hace treinta años: ni el gobierno ni los soldados chinos ni los familiares de las cerca de mil víctimas con las que terminó esa noche del 3 de junio de 1989. Le puede interesar: China bloquea redes sociales antes del aniversario de Tiananmen

“Todo el mundo pensaba que el Ejército nunca abriría fuego. Era inimaginable. Estábamos en período de paz”, cuenta a la AFP You Weijie, de 66 años, cuyo marido, un empleado que no se había manifestado, murió durante la represión. “La gente apoyaba las reivindicaciones de los estudiantes contra la corrupción, la burocracia, la inflación... Había una inmensa ola de simpatía hacia ellos. Los habitantes les llevaban de beber, de comer”, recuerda.

Durante siete semanas estudiantes y obreros chinos hicieron huelgas de hambre para pedir el fin de la corrupción y más democracia. La noche de la tragedia, les llegó a los manifestantes la orden de abandonar la plaza Tiananmén. Cinco minutos después, 27 acorazados del Ejército chino atacaron sin piedad y los integrantes de la división 27 de Sanxhi (uno de los grupos más sanguinarios del Ejército de China) entraron a la plaza disparando a todas partes.

You Weijie y su marido Yang Minghu se despertaron a eso de la medianoche al oír unos disparos a lo lejos. Soldados y tanques se dirigían desde los suburbios hacia la plaza Tiananmén, situada en el centro de la ciudad, disparando contra los civiles a su paso por las avenidas.

De acuerdo con varias cartas que Alan Donald, embajador británico de la época, envió al Reino Unido, que fueron desclasificadas en 2017 y publicadas por el portal de Hong Kong HK01, aquello fue una masacre. Sus datos hablaban de 10.000 muertos. Sin embargo, la Cruz Roja China habla de 2.700, y datos hospitalarios estiman que hubo entre 400 y más de 1.000 víctimas. La revista Next, citando documentos de la Casa Blanca, cifró los datos de la tragedia en 10.454 fallecidos y más de 40.000 heridos.

“Nos preocupamos por los estudiantes. Queríamos ir para asegurarnos de que no les pasaría nada. Pero nuestro hijo tenía cinco años. Entonces mi marido se fue solo”, cuenta You, exempleada de una tintorería. Vea también: 30 años de Tiananmen: La represión todavía continúa

Después de una noche de angustia, lo encontró al día siguiente, con la vejiga destrozada y la pelvis rota, en un hospital “con muchas personas ensangrentadas, con heridas de la cabeza a los pies, muchas lloraban”. La morgue estaba “llena de cadáveres”. Lo que le contó a su esposa antes de morir confirma las terribles sospechas: relató cómo los militares abrieron fuego indiscriminadamente y cómo cientos habían sido alcanzados por ráfagas de disparos.

De acuerdo con informaciones de prensa, la masacre fue tan grande porque participaron más de treinta francotiradores y se usaron balas explosivas, prohibidas por el derecho internacional.

Las cartas del embajador Donald citan informaciones preocupantes. Por ejemplo, que la división del Ejército estuvo confinada durante diez días y solo les informaron que iban a participar en un ejercicio televisado. “El Ejército recibió la orden de ejecutar la operación la noche del 3 de junio en cuatro fases y luego se le sumó el Ejército de la región de Shenyang”, dicen las misivas diplomáticas.

“Cuando salí del hospital vi algo que no olvidaré nunca: en cada cruce los soldados apuntaban horizontalmente sus armas en todas las direcciones. Y la gente se quedaba allí plantada, mirándolos en silencio”, recuerda You Weijie.

Silencio sobre los hechos

La explicación del gobierno chino fue insuficiente. De acuerdo con el embajador británico, en un encuentro con autoridades del país, tras la masacre, y al que solo acudieron él y el agregado diplomático de Canadá, el jefe del Ejército, Li Zhiyun, les dijo que no le habían disparado a nadie. Que habían sido “balas perdidas” y cifraba las muertes en 200.

No se dijo una palabra más de la masacre y hasta hoy el gobierno impone silencio.

De la masacre de Tiananmén no se habla en la prensa, internet, libros, manuales escolares ni películas, salvo en contadas ocasiones en las que se describe con el eufemismo de “la agitación política del año 1989”.

Cuando se aproximan grandes acontecimientos políticos o aniversarios polémicos las autoridades chinas aumentan la censura. Este año ante el treinta aniversario de la masacre de la plaza Tiananmén se bloqueó el acceso a Wikipedia, así como a portales, se cortó también el acceso a las redes sociales Facebook, Twitter e Instagram. Y como China cuenta con sus propias alternativas, como WeChat, Weibo o QQ, así disimula la censura.

“Hemos documentado un número de casos que afectan a diez personas detenidas o que han desaparecido en conexión con el aniversario”, aseguró en un comunicado la organización Defensores Chinos de los Derechos Humanos (CHRD).

Según CHRD, “el gobierno chino ha hecho descarrilar de manera sistemática el ejercicio de los derechos de los ciudadanos a la libertad de expresión, información, prensa, reunión pacífica y asociación para debatir o conmemorar u obtener información sobre el movimiento de 1989 y la masacre de Tiananmén”.

En un texto emitido esta semana, Amnistía Internacional (AI) también se unió a la denuncia y pidió al Ejecutivo de Pekín que zanjara “la oleada de persecución contra aquellos que buscan recordar a las víctimas de la represión de Tiananmén de 1989”.

“Durante las últimas semanas, la Policía ha detenido, puesto bajo arresto domiciliario o amenazado a docenas de activistas (...) así como a familiares de los muertos (de la matanza de 1989)”, agregó la organización.

Roseann Rife, directora de investigación de AI en Asia oriental, explicó en el comunicado que “el gobierno chino debe aceptar que no hay represión que borre jamás el horror de la carnicería que tuvo lugar en y alrededor de la plaza Tiananmén”.

Por - Redacción Internacional

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