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Trump trató de aprovechar su cargo para beneficiar a sus propiedades, de nuevo

El presidente estadounidense presionó a su embajador en Reino Unido para que le preguntara al gobierno de Londres si podía mudar el Abierto Británico de Golf a una de sus propiedades, algo que le habría traído publicidad gratis y un gran botín a su negocio personal. No es una sorpresa que Trump busque sacar provecho de su cargo para sus beneficios personales, pues ya lo ha hecho en el pasado.

23 de julio de 2020 - 07:00 p. m.
Una simpatizante de Donald Trump posa en las afueras del Trump National Golf Club en Sterling, Virginia.
Una simpatizante de Donald Trump posa en las afueras del Trump National Golf Club en Sterling, Virginia.
Foto: AFP - Agencia AFP

Los negocios de Donald Trump prometían ser un problema para el sano desarrollo de su presidencia, y lo fueron. El magnate republicano contaba con una lista gigantesca de posibles conflictos de intereses por cuenta de sus inversiones y sus propiedades. Aunque prometió separar su faceta de hombre de negocios de la de mandatario de Estados Unidos, en sus más de tres años y medio de gobierno Trump ha hecho todo lo opuesto.

Esta semana, The New York Times reveló otra denuncia contra Trump por abusar de su cargo para beneficiar sus negocios privados, la cual se suma a las más de 2.300 registradas previamente. El diario estadounidense encontró que el presidente le dijo a su embajador en Reino Unido, Robert Wood Johnson IV, que investigara si Londres podría ayudarlo a mudar el famoso Abierto Británico de Golf a Turnberry, un complejo de golf de su propiedad ubicado en el sur de Escocia. Hombres cercanos a Trump le aconsejaron a Johnson que no lo hiciera porque era una falta de ética, pero él continuó presionando a Johnson para que preguntara por sus deseos. El embajador no negó el episodio, aunque recalcó que no violó ninguna norma.

“Lo que distingue esto es el descaro o el descuido. Por su puesto, un presidente no debería pedirle a su embajador que intente usar su posición, y el peso de la diplomacia estadounidense, para obtener un favor financiero personal. Los presidentes anteriores habrían tenido dificultades para incluso abordar una acción de tal corrupción aparente, careciendo de intereses privados lo suficientemente sustanciales como para exigir tal solicitud. ¿Cómo comparamos esto con algo más? ¿Barack Obama le pide a su embajador en Canadá que haga que ese país compre su casa en Chicago para usarla como consulado? Incluso eso habría sido relativamente pequeño en comparación”, escribió Philip Bump, corresponsal de The Washington Post en asuntos políticos a nivel nacional.

Está muy claro: no es la primera vez que Trump usa su cargo para promover, impulsar o beneficiar sus negocios personales. En 2019, el presidente propuso a los líderes del G7 que su próxima cumbre -que tuvo que ser repogramada finalmente debido a la pandemia- se celebrara en Doral, Florida, en uno de sus hoteles. Esto habría significado que el gobierno nacional y los extranjeros invitados a la reunión gastaran dinero en sus propiedades, además de toda la publicidad para promocionar su negocio que habría ganado sin gastar un centavo.

Con la propuesta de llevar el campeonato de golf de Reino Unido a Turnberry y la cumbre del G7 a el Doral, Trump suma más de 2.300 casos de conflictos de interés registrados durante sus tres años y medio de gobierno. La organización Citizens for Responsability and Ethics ha documentado cada caso desde el inicio de su presidencia en 2017. Su director, Noah Bookbinder, señala que el abuso de Trump de su oficina se ha presentado de tres maneras. La primera es la promoción.

Trump ha promocionado sus propiedades y negocios a lo largo de su presidencia en eventos públicos o en su cuenta personal de Twitter. Los funcionarios de la Casa Blanca que trabajan con él y la familia presidencial también lo han hecho.

En segundo lugar, hay que destacar que, aunque no consiguió que el campeonato de golf o la cumbre del G7 se celebren en sus propiedades, sí se han celebrado reuniones en sus hoteles o resorts, donde el gobierno local y extranjeros han gastado dinero. Cabilderos de Arabia Saudita reservaron 500 noches en sus hoteles, mientras que la embajada de Kuwait trasladó una de sus celebraciones anuales al famoso Hotel Trump International en la capital.

Los propios funcionarios del gobierno eligen sus propiedades para celebrar fiestas, como el fiscal general William Barr, quien se supone debe investigar precisamente los conflictos de interés del presidente. En agosto de 2019, el fiscal Barr reservó el hotel de Trump en Washington para una fiesta privada que, según cálculos, le dejaría US$ 30.000 en ganancias al negocio del presidente. Además, el vicepresidente Mike Pence se quedó en el hotel de Trump en Doonberg, Irlanda, durante una visita oficial en 2019 a pesar de que sus reuniones estaban programadas al otro lado del país. Solo por mencionar algunos casos.

No solo los funcionarios del gobierno, como gobernadores y congresistas, complacen a Trump quedándose en sus propiedades para ganarse su apoyo, también lo hacen los ejecutivos que buscan ayuda de su presidencia. Citizens for Responsability and Ethics destaca, por ejemplo, que los ejecutivos de T-Mobile y Sprint se alojaron en propiedades de Trump luego de lograr una fusión que particularmente requería la aprobación de dos agencias federales.

Sin embargo, la mayor muestra de cómo Trump se ha ‘autoenriquecido’ y sacado provecho de su cargo para beneficiar sus negocios llega desde la propia oficina presidencial. Trump ha visitado sus propiedades en más de 374 ocasiones, lo que se traduce en casi un tercio de su tiempo como presidente: 374 de sus 1.280 días como jefe de la nación. La mayoría han sido viajes a su resort Mar-a-Lago en Palm Beach, en Florida. Esto no sería grave si los viajes no se hicieran en su gran mayoría a expensas del dinero de los contribuyentes.

Tan solo en 2019, los traslados de Trump al sur le costaron al país no menos de US$ 60 millones en el combustible del Air Force One para llevarlo a su resort y en gastos contables del Servicio Secreto que debe acompañarlo en sus visitas. Por supuesto, la cifra podría ser mucho mayor, pero para conocerla se necesita transparencia del gobierno, y no se cuenta con ello precisamente en este momento.

“Trump no tiene que dirigir dinero directamente del gobierno a sus negocios para que los negocios se beneficien. Pero sí dirige dinero directamente del gobierno a sus negocios al insistir en visitarlos dos veces por semana en promedio durante su primer mandato. ¿Intentó conseguir el Abierto Británico en Turnberry? La Casa Blanca no negó el informe del New York Times. Pero ciertamente no le ha dado a la nación ninguna razón para pensar que no lo habría hecho”, concluye Philip Bump de The Washington Post.

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