Un desconocido, un banquero y un indígena quieren gobernar Ecuador

Guillermo Lasso, Andrés Arauz y Yaku Pérez son favoritos en las urnas en Ecuador este domingo.

Foto: Getty Images

Para la apatía electoral que viven los ecuatorianos no hay vacuna. El país elegirá presidente el próximo domingo en un clima marcado por la segunda ola de la pandemia, con contagios disparados, el descrédito del gobierno actual, en cabeza de Lenín Moreno, y una corrupción creciente.

Y aunque el voto es obligatorio en ese país de 17 millones de habitantes, los ecuatorianos se decantarán “por el menos malo”, según han expresado en diferentes medios de comunicación.

¿Qué tiene a los ecuatorianos tan aburridos? Hace apenas unos días, el país se enteraba de cómo el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, su madre y otros parientes recibieron la vacuna contra el coronavirus en una lujosa residencia privada para adultos mayores. Un escándalo que desembocó en un juicio político contra el funcionario, pero que destapó la corrupción que hay en el país.

Con el paso de los días se han conocido más casos de “vacunados no prioritarios” mientras que la población médica y otros ciudadanos en riesgo deben esperar a que lleguen las dosis prometidas por el gobierno.

La crisis sanitaria también destapó irregularidades en la compra de materiales médicos, corrupción en entrega de contratos y todo tipo de deficiencias en el sistema público de salud del país, golpeado por las políticas de ajuste del presidente Lenín Moreno.

Hechos que aumentan el cansancio y la apatía entre los electores, que acudirán este domingo a las urnas repartidos en dos turnos, para evitar aglomeraciones en los centros de votación. Son 16 candidatos que no han logrado animar a los ecuatorianos, cansados de promesas sin sustento en medio de una grave realidad nacional. Estos son los tres candidatos que puntean en las encuestas, que también anticipan una segunda vuelta electoral. Para que un candidato resulte ganador el domingo necesita la mitad más uno de los votos válidos, o al menos un 40 % y una diferencia de diez puntos sobre su rival más cercano.

Andrés Arauz, el gran desconocido

Tiene 35 años y es la primera vez que aspira a la Presidencia. Fue asesor financiero en 2007 del gobierno de Rafael Correa y cinco años después se convirtió en el director del Banco Central. Nunca tuvo protagonismo. Cuando Correa salió del poder, él se fue a México con su familia para estudiar y regresó una vez la ley le negó al expresidente postularse de nuevo a la Presidencia. Dicen que es una ficha de Correa, quien gobernaría en la sombra si Arauz gana.

Su rostro y trayectoria eran tan ignoradas por los ecuatorianos que tuvo que hacer campaña con una figura de tamaño real de cartón del expresidente Correa. Ha dicho que si gana lo convertirá en su asesor. Dice que les regalará un bono de US$250 a cada millón de familias durante su primera semana en el cargo. Entre las propuestas absurdas que han abundado durante estos días, planteó impulsar la “minería inversa”, un método que, según él, consiste en extraer oro y minerales de “30 o 35 celulares viejos”, para evitar la explotación de las minas y tierras de Ecuador.

Arauz también ofreció fomentar el turismo interno con excursiones escolares, porque los jóvenes, “aunque se contagien, no les pasa nada”, o etiquetar las bananas, unos de los principales productos de exportación del país, con propaganda turística.

Guillermo Lasso, el banquero

En segundo puesto en las encuestas está un hombre que intenta ganar la presidencia de Ecuador por tercera vez. Tiene 65 años, fue ministro de Finanzas del gobierno de Jamil Mahuad, cuando explotó la crisis financiera de 1999. Dice que si gana “el candidato de Rafael Correa, Ecuador se convertirá en una nueva Venezuela”. Fue presidente ejecutivo del Banco Guayaquil (del cual es uno de los principales accionistas) y es cercano a las élites del país, una imagen conservadora que podría ayudarle a pasar a la segunda vuelta, según explican analistas.

Tras una denuncia de los barrios pobres del sur de Quito de que hasta su famosa “Virgen les da la espalda”, propuso recurrir a “la tecnología moderna” para que la gigantesca estatua, de aproximadamente cuarenta metros e inaugurada en 1975, “rote en el Panecillo”, la pronunciada cima sobre la que mira hacia el casco antiguo de la ciudad y mire a los barrios del sur. Propone impulsar la inversión extranjera y aumentar la producción de petróleo. Prometió que no aumentará los impuestos, como recomendó el FMI.

Yaku Pérez, el indígena

Yaku Sacha Pérez Guartambel tiene 51 años, es viudo y tiene un magíster en Derecho Penal y Criminología. Fue prefecto de la ciudad de Azuay en 2019 y se convirtió en el candidato indígena a la Presidencia, gracias a su papel durante el paro de octubre de ese año. Es la primera vez que se postula. Fue uno de los opositores más acérrimos del gobierno de Rafael Correa, de quien se declara víctima.

El líder indígena quiere promover una minga (“trabajo voluntario” en quichua) de limpieza a la minería por el daño ambiental a la naturaleza, y contra la corrupción, por el desastre moral y económico causados al país. Como sus rivales, ha hecho propuestas que se han hecho virales: ofreció la posibilidad de exportar barriles de agua a Medio Oriente en vez de petróleo, “porque no es contaminante”.

“De aquí a dos décadas ya verán que muchos países estarán exportando agua. No es casual que lo pongan en Wall Street a cotizar al igual que el oro, la plata y el petróleo”, justificó en una entrevista con un medio local.

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