El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, vive la peor crisis durante su mandato, luego del sacudón generado por la salida del ministro de justicia, Sergio Moro. A pesar de numerosas voces que piden un juicio político en su contra, el mandatario tiene un amplio sector de la población que todavía lo apoya. Con banderas de Brasil colgadas en las ventanas y tocando las bocinas, los manifestantes bolsonaristas recorrieron hoy en sus vehículos la avenida Eixo Monumental, en Brasilia, hasta el Congreso Nacional.
Algunas personas llevaban caretas con el rostro de Moro, en las que el escribieron en la frente "traidor". Hasta el viernes el exjuez, símbolo de la lucha contra la corrupción en Brasil, era el ministro más popular del gobierno. "Apoyo a Bolsonaro" y "Fuera Maia", se leía en los carteles de otros manifestantes que iban a pie, solicitando la salida del presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, acusado por el mandatario de conspirar para sacarlo del poder.
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Moro renunció hace dos días luego de que Bolsonaro destituyera al director de la Policía Federal (PF) Mauricio Valeixo, para colocar en el cargo a un hombre de confianza que le diera "informaciones de inteligencia" y sobre investigaciones, entre otras cosas, denunció el exjuez. "Prestar ese tipo de información no es papel de la Policía Federal. Las investigaciones deben ser preservadas", dijo Moro.
El exministro también afirmó que Bolsonaro dijo estar "preocupado" con algunas investigaciones en curso y que ésta era una de las razones por las que quería cambiar a Valeixo, nombrado en la PF por Moro. En cadena nacional y acompañado por todo su gabinete, Bolsonaro negó las "acusaciones infundadas" de Moro y le reprochó actuar movido por su "ego" y ambiciones personales.
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En lugar de Valeixo, Bolsonaro nombró a Alexandre Ramagem, actual director de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin), y aún analiza una lista de candidatos para sustituir a Moro. La salida de Moro se produjo en plena crisis sanitaria mundial, que la semana pasada provocó la caída del ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, por desavenencias con Bolsonaro sobre la estrategia para enfrentar la pandemia del nuevo coronavirus.