Venezuela, en dos tonos

La música no se escapa de la polarización que vive el país por cuenta de la crisis. Desde bandos opuestos, los cantantes Henry D’Arthenay y Paul Gillman opinan.

Mónica Rivera Rueda
29 de mayo de 2017 - 02:00 a. m.
Henry D’Arthenay, vocalista de la banda venezolana La Vida Bohemé / Paul Gillman, músico que ha defendido el oficialismo.
Henry D’Arthenay, vocalista de la banda venezolana La Vida Bohemé / Paul Gillman, músico que ha defendido el oficialismo.

Venezuela completa 60 días de manifestaciones. En las calles se ha evidenciado el inconformismo por parte de la oposición a hechos como la disolución del Parlamento que intentó el presidente Nicolás Maduro, o la Asamblea Nacional Constituyente, que convocó para renovar la Constitución.

Pero el oficialismo todavía tiene seguidores y para demostrarlo ha convocado a movilizaciones, en las que no pasa desapercibida la mancha roja.

Esta polarización ha sido uno de los temas que se han puesto sobre la mesa. Las protestas diarias ya dejan 60 muertos, entre los que se encuentran miembros de ambos bandos. Mientras el chavismo asegura que sufren de una persecución por parte de Estados Unidos, la oposición afirma que lo que atraviesa Venezuela es una dictadura, en la que es evidente la represión.

Dos músicos, uno desde el oficialismo y otro desde la oposición, hablan de cómo ven al vecino país actualmente, de las apreciaciones que tienen sobre Hugo Chávez y Nicolás Maduro y de lo que vislumbran para el futuro de Venezuela Por un lado está Henry D'Arthenay, vocalista, de la banda caraqueña La Vida Bohemé, que actualmente vive en Ciudad de México. Fue acusado por Diosdado Cabello de estar al servicio de planes conspiradores auspiciados por Estados Unidos porque participó en el encuentro Global Shapers Community, organizado por el Foro Económico Mundial, para jóvenes emprendedores.

Por el otro está Paul Gillman, quien recientemente fue noticia en Colombia, luego de que la organización de Rock al Parque cancelara su presentación en la edición de este año. ¿La razón? La controversia y el desprestigio en su contra en redes sociales por su activismo político a favor de Nicolás Maduro. Según Idartes, quienes están detrás del evento, su participación “pone en riesgo el buen funcionamiento del festival y la seguridad de quienes asisten a él”.

“Me guste o no me guste, me crió mi tirano”: Henry D'Arthenay

Acusación de conspiración contra Henry D'Arthenay

“Me enteré estando ya en México. Al cuarto mes de haber llegado me levanté con un video de Youtube en el que el vicepresidente Diosdado Cabello, que es más chistoso que Maduro, estaba diciendo mi nombre y que además era un conspirador. Para mí fue muy difícil, porque mi mamá estaba viva y estaba pasando su batalla por el cáncer y, en verdad, antes de eso iba a Venezuela la mayor cantidad de veces que podía, pero después de la noticia tuve que parar de ir por seis meses. Con el tiempo supe que era una bomba de humo, lo que necesitaban era lanzar nombres para desviar la atención de las protestas. De hecho, ni siquiera sabían que tocaba en La Vida Boheme y me llamaban por mi segundo apellido, Magdaleno. Me abstuve de ir a Venezuela porque temía que me detuvieran en la frontera”.

¿Cómo define la situación actual en Venezuela?

La defino en una palabra: decisiva. Lo que está pasando en Venezuela es lo que definirá su futuro. En estos días nos estamos definiendo a nosotros de aquí a cien años, quiénes somos y qué vamos a hacer para solucionar las injusticias, qué es lo que vamos a permitir, qué hombres y qué mujeres vamos a heredar nuestro país. Más que una crisis, estamos en manos de un tirano y un dictador que usa las pocas armas que le quedan al Estado para oprimir la voluntad del pueblo, que no vive con privilegios, pero que los necesita y los está pidiendo. La gente se está defendiendo.

¿Qué espera para el futuro?

Quisiera que Venezuela fuera lo que quiera ser, pero no el capricho personal de alguien. Mi país, para mí, son los venezolanos, no las fronteras imaginarias y cambiantes. Son ellos los que tienen futuro, las palabras, las canciones, el mestizaje y tantas cosas que están en la sangre y es Venezuela. El país tiene que poder ser, sin que nadie lo juzgue, que puedan hacer torres sin que nadie lo impida, que su destino no esté dictado por el capricho personal de alguien.

¿Quién es para usted Hugo Chávez?

Lo llamo papá Chávez. Todos mis amigos se ponen bravos cuando digo esto, pero la verdad es que somos sus hijos, hijos de la revolución fallida y del militar populista: me guste o no me guste, me crió mi tirano, porque llegó al poder cuando yo tenía nueve años y cuando cumplí 13 ya había paros, tiros y protestas y así toda mi vida la rodeó lo que él hacía, siempre llena de opiniones extremistas. Nos guste o no, fue el papá que habla y habla, pero no hace nada. Era un gran comunicador. Es imposible mirar a Chávez hoy, por lo que tenemos que esperar a que pase el tiempo porque mucha de la información la desconocemos y aún no entendemos bien qué fue lo que hizo en vida ni cuál fue su aporte. Creo que era una persona que apreciaba más su voluntad que los ánimos de prosperidad. Él tenía una idea de país que nada más le servía a él.

¿Quién es hoy Maduro?

Pobrecito. Él es el chivo expiatorio y no se ha dado cuenta. Cuando murió Chávez, Maduro no era popular. Era el vicepresidente, amigo de Chávez, y aun así no era un chavista que respetaran. Diosdado y Maduro eran como dos hermanos esperando a ver a quién el papá le heredaba la empresa. Maduro es el hijo incompetente y que en su corazón sí creía que era el designado por el comandante supremo intergaláctico para llevar a cabo la revolución, pero la verdad es que es un hombre que no tenía el nivel de competencia para asumir el desastre que había dejado su papá. Era una buena solución electoral porque era una cara más amable que la de Diosdado, que es un nefasto tirano que sólo quiere dinero. Ellos están bastante divididos.

¿Qué hizo que saliera del país?

Unos maleantes asesinaron a nuestro booking agent y al mánager lo secuestraron después. Creo que fue un gran motivo para irnos de Caracas. De mi generación, casi todos hemos tenido familiares y personas cercanas a las que han secuestrado o extorsionado. Pasamos un año muy duro en Venezuela, pero los últimos tres meses antes de mudarnos a México fueron los decisivos para irnos y ver qué pasaba, si después todo se iba al garete, por lo menos lo intentamos.

¿Qué mensaje les da a los jóvenes?

Que sigan. No puedo esperar para llegar a Caracas y tratar de darles ánimo, porque ellos son los que están llevando en sus hombros la responsabilidad para que eso que llamamos casa no sea roto por un egoísta y un tirano, ellos son los que se responsabilizaron de defender nuestro hogar. Les digo que no tengan miedo y al mismo tiempo que entiendan que las cosas llevan tiempo. Esto es sólo el comienzo, esto es una batalla de resistencia y todos los compatriotas vamos a ayudarnos. Ellos son nuestra esperanza y por ellos vamos a dar todo.

¿El músico debe tener una postura política clara?

Estamos viendo un concurso de popularidad, como Miss Venezuela, que no tiene nada que ver con posturas políticas sino más bien responde a preferencias, entonces es difícil saber cuál es la posición de un músico cuando en verdad ni los políticos la reflejan sino que son más bien representantes de unos colores que al final son lo mismo. Los músicos tienen la gran responsabilidad de entender el contexto que vivimos. No tener una posición electoral es una posición política en sí mismo, porque en verdad es difícil no tenerla. Los artistas son personas que tienen la posibilidad de ofrecer la poesía de la realidad, poder verla por lo que es y no por lo que puede ser. El arte es muy humanizante y si no se toma una postura por miedo a tocar menos conciertos, en verdad es sólo es una falta de carácter muy fuerte.

“A Maduro no lo han dejado gobernar”: Paul Gillman

¿Cómo define la situación actual en Venezuela?

Es una situación difícil porque no es nueva. Desde que el comandante Chávez tomó el poder por la vía democrática la oposición nunca ha aceptado nuestros triunfos, cantan fraude y salen a la calle a quemar, a destruir, pero cuando ellos han ganado nosotros sí lo hemos aceptado. A Chávez lo secuestraron tres días, se les escapó y en vez de mandar a fusilar y hacer cosas horribles, agarró un crucifijo y perdonó a todo el mundo. Así hemos estado en un tira y encoje. Cuando murió Chávez y ganó Maduro tampoco lo aceptaron y volvieron otra vez a destruir, a quemar y a odiar. Es una lucha de clases tremenda e inevitable. Es una clase media y alta contra un pueblo pobre que ha vivido siempre excluido. Antes había un 80 % de hambrientos y el 20 % controlaba todo, y para la mayoría no había esperanzas, pero cuando llegó Chávez empoderó al pueblo y eso no les pareció nada gracioso a las clases pudientes. Ellos son los que esconden los alimentos, las medicinas y provocan las colas, y encima culpan al gobierno. Venezuela es el país que más reserva de petróleo tiene en el mundo, además de una riqueza de oro, coltán, diamante y gas natural, que es la joya de la corona de Latinoamérica, por eso todo el mundo quiere quedarse con un pedazo de Venezuela y por eso hay cinco dirigentes de la oposición, todos de clase media alta y ninguno del pueblo como lo fue Chávez y lo es Maduro, que ya tienen el país vendido a los norteamericanos y esperan que nos enfrentemos como en Ucrania, Irak o Siria para dejarle todo servido a EE. UU, como era antes de la revolución.

¿Qué espera para el futuro?

Lo que desean ambos bandos es la paz. El papa Francisco ha pedido que se sienten a dialogar y la oposición no quiere. Presidentes y expresidentes de Latinoamérica se han juntado para buscar el diálogo, pero no se han querido sentar. Ellos están llamando a la guerra civil. Yo sí quiero y aspiro a que llegue el momento en que todos puedan sentarse y diluir cualquier diferencia en la mesa de negociación, como ocurrió con el proceso de paz que Colombia firmó con las Farc. Lo que queremos es un proceso de paz, vivir tranquilos y que nadie se meta en los asuntos que son de Venezuela, así como nosotros tampoco nos metemos en los asuntos de nadie. Lo único es que tengamos paz y soberanía.

¿Quién fue para usted Chávez?

Chávez representó una esperanza para todos los que no tenían voz, visibilizó a los que eran invisibles, empoderó al pueblo, les dio computadores a los niños y dio servicio gratuito de salud con la Misión Barrio Adentro y ayudó a los que tenían cataratas con la Misión Milagro.Con la Misión Vivienda se han entregado 1’600.000 casas equipadas, para los que no tenían ninguna posibilidad de vivienda, donde se ha beneficiado muchísimo el pueblo colombiano. Creo que alrededor de unas 40.000 viviendas han sido entregadas a familias colombianas. El amor del presidente Chávez con el pueblo colombiano era increíble. Además, con la Misión Identidad se nacionalizaron a los hijos de desplazados colombianos por el conflicto armado, para que todos pudieran ser venezolanos y tuvieran todos los derechos. Chávez devolvió la dignidad, la soberanía y el amor a este país, que ya se había perdido. Chávez les devolvió al país a los venezolanos para que no quedara en manos de otros países. Además creó la Celac, Unasur y otras organizaciones que reúnen a los países latinaomericanos y de la región.

¿Quién es hoy Maduro?

Es un presidente que desde que llegó no lo han dejado gobernar. Él hace lo que puede dentro de lo que lo dejan y así ha sacado adelante el Plan Vivienda, la Misión Transporte y las Misiones Sociales. Desde que el petróleo bajó de US$100 a US$14 no ha parado jamás de hacer todos los aumentos posibles de sueldos pensando en el trabajador. Antes había 300.000 pensionados y desde que llegó Maduro ya van más de tres millones de pensionados, o sea que jamás desampara a los viejitos del país. Le tocó como al rockero, recibir como siempre las cosas que no son fáciles. Convocó a una constituyente para que todos se sienten en una mesa a pensar en el país, a pacificarlo, a mejorar la Constitución que tenemos, que ya es una de las mejores del mundo, pero por supuesto la oposición no se sentó a dialogar.

¿Ha pensado en salir del país?

Tengo la ciudadanía norteamericana y creo que si lo hubiera querido hacer, lo hubiera hecho hace mucho tiempo. Toda mi vida y carrera las he hecho en mi país, entonces me parece ridículo irse, y más en este momento, cuando se necesita que los venezolanos se queden a defender el país. He tenido crisis que me han llevado a pensarlo, a veces, por la cantidad de amenazas, otras veces por los hijos, pero luego dices “no, ¡qué carajo!, este es mi país y para delante es para allá”, aquí me quedaré defendiéndolo hasta el final.

¿Qué mensaje les da a los jóvenes?

Que tengan esperanza, que la solución no está en la violencia. La violencia es el arma de los que no tienen razón, así que pido a los venezolanos de ambos bandos que cese la discordia. Que empecemos la paz y pensemos en el futuro de nuestros hijos. Con la violencia no vamos a ganar absolutamente nada, con la violencia todo el mundo pierde.

¿El músico debe tener una postura política clara?

El que tenga bolas sí, el que se las da de neutral es mentira. Nadie en el mundo es apolítico. A veces la gente cree que la política es un partido político o un tipo dando un discurso, pero es mucho más profunda, es el ser humano en sí. Pienso que cada quien tiene que defender su razón de ser, su ideal. Debemos luchar por nuestras ideas, y el que pueda cantar que lo cante y el que se quiera quedar callado, que lo haga, también es una opción, todos somos libres, pero, por lo menos, aquí en Venezuela todo el mundo está parcializado, es mentira que hay alguien neutral. Ese no sabe no responde es menos del 1 %, los venezolanos están polarizados y pienso que es válido que el que quiera cantarlo lo haga, así tiene que ser y en el rock más todavía.

Por Mónica Rivera Rueda

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