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Comerse los unos a los otros

"Lo más terrible es que la carne humana me gustó, tiene buen gusto, sabe a ciervo", confesó en 2004 Nicolas Cocaign, un prisionero francés que devoró a su compañero de celda.

Redacción Internacional
01 de junio de 2012 - 10:22 p. m.

 Luego de golpearlo y asfixiarlo, por un impulso sexual según confesó, le extrajo parte de un pulmón y lo cocinó con cebollas. “La carne humana es muy salada”, confesaría el dictador ugandés Idi Amin Dada, de quien se dice ofrecía a sus invitados banquetes de carne humana. Claro, sólo él sabía lo que estaban comiendo.

Armin Meiwes, el “Caníbal de Roteburgo”, admitió en 2002 haberse comido a un hombre al que conoció por internet. “Sabía como atún”, aseguró durante el juicio. En 2007, México se conmovió con la historia de José Luis Calva Zepeda, un conflictivo escritor, que tenía en casa trozos cocinados de su novia, desaparecida días antes.

Estos son apenas algunos casos de personas que han confesado su gusto por la carne humana, una conducta que según historiadores comenzó desde la misma mitología cuando Cronos y Saturno devoraron a sus hijos, o con el Minotauro, que prefería engullirlos jóvenes. En Egipto, 2.200 años antes de Cristo, la práctica caníbal se hizo más popular, según relatan los libros. Y en el año 757, en China, más de 30.000 personas fueron cocinadas para satisfacer a un ejército hambriento. Pero en la historia moderna la costumbre se erradicó. O eso se creía.

Hasta esta semana, cuando Estados Unidos se estremeció con dos macabros casos. Un hombre de 21 años admitió haber matado y descuartizado a su compañero de apartamento en el estado de Maryland para después comerse el corazón y su cerebro. El supuesto caníbal está detenido y confesó el crimen luego de reportar a su compañero desaparecido.

El caso se conoce días después de que Rudy Eugene, bajo los efectos de sales de baño, un producto que inyectado o fumado causa locura y resistencia al dolor, se comiera el rostro de su víctima, incluídos los ojos.

Esta misma semana, en China, un hombre fue detenido acusado de haber asesinado a veinte muchachos, a quienes partió en trozos y vendió en un mercado como carne de avestruz. Según Guangxi News, Zhang Yongming es un monstruo que ya había sido condenado por canibalismo.

Por Redacción Internacional

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