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'Cuba debe ir a la Cumbre'

Para el célebre periodista, los organismos regionales que excluyen a EE.UU. no logran avances significativos.

Daniel Salgar Antolínez
19 de febrero de 2012 - 09:00 p. m.

Andrés Oppenheimer, considerado uno de los mejores periodistas de América Latina, columnista del Miami Herald y autor de siete libros, estuvo en Colombia presentando su última obra, Basta de historias, en la que dice que el crecimiento de los países en la era de la “economía del conocimiento” estará marcado por sus inversiones en educación y la fortaleza de sus movimientos ciudadanos.

En diálogo con El Espectador, Oppenheimer cuenta por qué se le debería permitir a Cuba asistir a la Cumbre de las Américas, que se celebrará en Cartagena el 14 y 15 de abril, y califica como “teatro político” las amenazas hechas por los países miembros de la Alianza Bolivariana para las Américas (Alba), la cual advirtió que no iría al cónclave si al gobierno castrista se le prohíbe participar. También habla sobre el desinterés del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, frente a la región, y sobre su posible reelección.

Cuba sorprendió al manifestar su interés en asistir a la Cumbre de las Américas. ¿Debería venir?

Creo que tendría que venir, y ojalá EE.UU. se lo permita, pero venir a explicar por qué no cumple con su compromiso, adquirido ante la cumbre de Viña del Mar, de permitir las libertades políticas, una democracia pluripartidista, celebrar elecciones democráticas, permitir libertad de prensa y que la gente tenga derechos tan fundamentales como poder salir de su país.

¿Por qué ese interés de los cubanos por venir a la Cumbre?

Es teatro político. En el fondo no quieren venir. Creo que Raúl Castro, como dictador militar, no quiere someterse a una conferencia donde los periodistas del mundo le hagan preguntas incómodas. En el fondo no son valientes. El anuncio de que querían venir ni siquiera lo hicieron ellos, sino la canciller colombiana. No pueden enfrentar un auditorio que les pregunte por qué reprimen a su pueblo.

¿Qué buscan los países del Alba con esa petición?

Lo de ellos también es teatro político. Buscan, a cambio de que Cuba no venga, dejar mal parado a EE.UU. y volver a denunciar el criminal bloqueo imperialista. Pero ojalá viniera Cuba. El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, por su parte, es un gran jugador de póker y está jugando sus cartas como tal. Lo resolverá a su manera. Hasta ahora le está yendo bien. Veremos qué pasa.

¿Hasta qué punto las organizaciones regionales que excluyen a EE.UU. han logrado una independencia real de ese país y cuáles son sus logros?

En América Latina hemos hecho la integración al revés. En vez de hacerla como en Europa, donde empezaron hace 50 años con acuerdos de libre comercio para intercambiar carbón y acero, para luego agregar más productos y llegar, después de tres décadas, a hacer acuerdos de una política exterior común y, con la crisis actual, una política financiera común, nosotros empezamos con la gran fiesta: se reúnen los presidentes y hacen grandes discursos sobre la integración, pero no podemos intercambiar dos productos sin tener que pagar aranceles.

¿Cómo ve la integración de la región?

Hace poco Alan García, expresidente de Perú, me dijo que su país no puede exportar cemento al estado brasileño que está en la frontera, porque Brasil le exige inspecciones fitosanitarias. Me contó que los constructores en esos estados brasileños tienen que pagar tres veces más para traer el cemento de São Paulo, porque a Perú le exigen esos controles fitosanitarios, que son controles para alimentos. Esto habla sobre la falta de integración. Necesitamos menos poesía y más TLC. Hasta ahora no hay ningún avance real de estos organismos regionales.

¿Ninguno de los organismos recientemente creados ha ayudado?

El único organismo que podría ser interesante es la Alianza del Pacífico, que están haciendo México, Colombia, Perú y Chile y que puede convertirse en algo serio. Mercosur, ya lo dijo José Mujica, el presidente de Uruguay, es como un chicle. Mucho menos importancia tienen las organizaciones que se saca el presidente Hugo Chávez de la manga.

¿Cambió Obama la relación con América Latina que traía el presidente George W. Bush?

Obama es sin duda mucho mejor que Bush para EE.UU. y América Latina. Escucha más, es menos arrogante, tiene mayor voluntad de tender lazos con todos los países. Lamentablemente no está interesado en América Latina, por su historia: un activista político en los barrios afroamericanos de Chicago. La primera vez que lo entrevisté, en 2008, le pregunte cuáles eran los tres líderes latinoamericanos que más admiraba. No pudo nombrar uno solo. Ahora conoce a algunos, pero no tiene vinculación personal. Lamentablemente EE.UU. no está teniendo una agenda constructiva para América Latina, está pensando en el plan de comercio con países del Trans-Pacífico, que beneficiaría a Colombia, pero no tiene un proyecto similar para toda la región.

¿El voto latino será fundamental en la reelección de Obama?

A pesar de la falta de interés en la región, y aunque Obama no haya hecho la esperada reforma migratoria, el voto latino en EE.UU. va a seguir siendo demócrata, porque los republicanos tienen una posición absolutamente antiinmigrante. Empezando por Mitt Romney, quien ha tenido una retórica horrible contra los hispanos. La va a pagar caro en las urnas. Probablemente ahora nombre un vicepresidente hispano, o alguien así en su gabinete, pero le va a costar mucho deshacer lo que ha dicho.

Por Daniel Salgar Antolínez

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