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EE.UU. y Corea del Sur acuerdan instalación de escudo antimisiles hacia Corea del Norte

La decisión fue reprobada por China, Rusia y Corea del Norte, países que aseguran que el sistema es una amenaza directa a su seguridad, ya que podría captar información militar confidencial.

EFE
08 de julio de 2016 - 04:39 a. m.
Referencia / AFP.
Referencia / AFP.

Corea del Sur y Estados Unidos sellaron este jueves definitivamente el acuerdo para el despliegue del escudo antimisiles THAAD, que pretende hacer frente a los programas armamentísticos de la vecina Corea del Norte y que no contenta a China.

Los dos aliados comenzaron a negociar el despliegue del sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD) poco después de que el régimen de Pyongyang realizara su cuarta prueba nuclear subterránea y lanzara un cohete espacial con tecnología de misiles balísticos intercontinentales en enero y febrero, respectivamente.

El acuerdo es "parte de una acción defensiva para garantizar la seguridad de la República de Corea (nombre oficial de Corea del Sur) y nuestra gente frente a las armas nucleares, las armas de destrucción masiva y los misiles balísticos de Corea del Norte", explicó el Ministerio de Defensa surcoreano en un comunicado.

El grupo conjunto de trabajo se encuentra ultimando la localización donde se instalará el sistema para interceptar misiles a gran altura para que éste sea desplegado "lo antes posible", según añade el texto.

Se cree que el escudo podría instalarse cerca de Pyeongtaek, una localidad 70 kilómetros al sur de Seúl que concentra importantes instalaciones militares estadounidenses, y las estimaciones sobre su coste se sitúan en torno al billón de wones (unos 778 millones de euros/862 millones de dólares).

El Ministerio aseguró también que, una vez en funcionamiento, el THAAD solo se enfocará hacia Corea del Norte, en un intento por quitar peso a la contrariedad de China.

El proyecto del THAAD, un costoso sistema diseñado para interceptar misiles en su fase de vuelo terminal, ha generado protestas tanto de Corea del Norte, que lo considera una amenaza directa a su seguridad, como de China y en menor medida de Rusia.

Pekín, que previsiblemente protestará el acuerdo, se opone al despliegue del sistema al considerar que sus radares pueden captar información militar confidencial china, mientras que Moscú ha denunciado que el sistema permitiría inspeccionar espacio aéreo de algunas regiones de su extremo oriental.

Por su parte, el Gobierno japonés celebró la decisión, y el viceministro portavoz, Koichi Hagiuda, insistió en que el despliegue contribuye a la "paz y estabilidad" de la región.

Por EFE

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