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El deporte, ¿un blanco para el terrorismo?

El atentado terrorista en la línea de meta de la Maratón de Boston no es el único episodio de terror, caos y muerte que ha vivido el mundo deportivo.

Jahel Mahecha Castro
18 de abril de 2013 - 12:06 p. m.
Con flores  los estadounidenses riden homenaje a las víctimas de las explosiones del pasado lunes, en la Calle Boylston de Boston, Massachusetts. /AFP
Con flores los estadounidenses riden homenaje a las víctimas de las explosiones del pasado lunes, en la Calle Boylston de Boston, Massachusetts. /AFP

Lunes 15 de abril de 2013. La celebración de la tradicional maratón de Boston llegaba a su fin. Eran las tres de la tarde y los últimos atletas se acercaban a la línea de meta. De repente, dos explosiones desencadenaron un escenario de caos y dolor. La sombra del terrorismo tocó inesperadamente la puerta de Estados Unidos y dejó a su paso un saldo de tres muertos y más de 180 heridos.
Flores, tarjetas, globos y camisetas con la inscripción "Boston" comenzaron con los días a acumularse en una esquina cercana al lugar donde se perpetró el atentado. Aunque la ciudad trata de sobreponerse al terror y pide que se aceleren las investigaciones para dar con los autores de la tragedia, no cabe duda de que este episodio se suma a una destacada lista de sucesos luctuosos que han sacudido la historia del deporte.

El Espectador hace un recuento de algunos de los atentados que marcaron el rumbo de reconocidas competencias deportivas en el mundo.

Múnich, 1972

Era la ciudad anfitriona de la versión número veinte de los juegos olímpicos modernos. Miles de turistas de todo el mundo fueron testigos de la majestuosidad del evento. Sin embargo, en la madrugada del 5 de septiembre, las olimpiadas fueron tocadas por la muerte cuando el terrorismo se apoderó de la ciudad de los 10.000 atletas.

Miembros del comando palestino ‘Septiembre Negro’, ingresaron ilegalmente a la Villa Olímpica para secuestrar a atletas israelíes, exigiendo la liberación de palestinos presos en cárceles de Israel. La negativa del país puso en riesgo a los deportistas y el mundo fue testigo de la tragedia: nueve deportistas israelíes, un policía y un piloto alemán fueron asesinados.

Guillermo Cano Isaza, director de El Espectador narró así en una de sus crónicas el momento: “De pronto, los disparos de fogueo no rompían figuras de papel ni se clavaban en los círculos dibujados. Eran tiros de verdad. Que herían y mataban. De ese instante en adelante la Olimpiada de Múnich entró en una dolorosa, prolongada, terrible agonía (…) la realidad, cuarenta y ocho horas después del ominoso asesinato de los deportistas israelíes, es que no será jamás bien establecido cómo y por qué sucedió la pesadilla de muerte que enlutó las olimpiadas que se habían programado, meticulosamente, alemanamente, como las Olimpiadas de la Paz y el Olvido”.

Sorprendentemente, los encargados del evento decidieron suspender las competencias solo por un día. "Los juegos deben continuar", aseguró en su momento el presidente del Comité Olímpico Internacional, Avery Brundage. Aú así, en señal de luto por la tragedia, la delegación israelí se retiró de la competencia.

Atlanta, 1996

El 27 de julio, durante los Juegos Olímpicos de Atlanta (EE.UU.) en los que participaban más de 10.000 atletas, una bomba detonó cerca al Parque Olímpico del Centenario dejando un saldo de dos personas muertas y centenares heridas. Aunque la tragedia sembró el pánico, la cita deportiva se llevó a cabo con normalidad. Faltaban tan solo ocho días para la clausura de los Juegos. Sin embargo, ya nada fue igual. Eric Rudolph, un exintegrante del ejército perteneciente a una religión supremacista blanca, fue condenado como autor de la acción el terrorista.

Sri Lanka, 2008

El 6 de abril, cuatro meses antes de los Juegos Olímpicos de Pekín, un atentado suicida acabó con la vida de 13 personas durante una maratón que hacía parte de la celebración de Año Nuevo en Sri Lanka. Un terrorista se inmoló cuando el ministro de infraestructuras, Jeyaraj Fernandopulle, quien falleció en el ataque, se disponía a dar la salida de la prueba.

Un año después, el 3 de marzo, un grupo terrorista, armado con fusiles, granadas y lanzacohetes, atacó el convoy de la selección de críquet de Sri Lanka en Lahore (Pakistán), cuando se disponían a jugar un partido con la selección local. El saldo: siete personas perdieron la vida, la mayoría de ellos policías y seis jugadores de Sri Lanka resultaron heridos.

Pakistán, 2010

El primero de enero, durante un partido de voleibol se perpetró un atentado suicida que dejó 90 muertos. El encuentro deportivo se convirtió en tragedia cuando un hombre ingresó al pabellón donde se disputaba el partido con un todoterreno y se inmoló.

Angola, 2010

Durante la Copa de África de 2010, Fuerzas de Liberación del Estado de Cabinda/Posición Militar (FLEC) atacaron el bus que transportaba a la selección nacional de Togo, donde participaba el jugador del Manchester City Emmanuel Adebayor. El ataque produjo la muerte del conductor del vehículo y de dos miembros del equipo técnico.

Afganistán, 2013

El 13 de marzo, siete personas murieron y otras seis resultaron heridas tras un atentado suicida en Iman Sahib, al norte de Afganistán, cuando se jugaba un partido de buzkuchi, una modalidad de polo local, en el que los jugadores se disputan una cabra degollada en vez de una pelota.

Por Jahel Mahecha Castro

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