De igual forma, generó aún más incertidumbre sobre la salida de la crisis política que vive la isla desde el 28 de noviembre pasado, fecha en que se celebraron las elecciones presidenciales, que aún siguen sin tener un ganador.
A pesar de lo intempestivo que fue el regreso de “Baby Doc”, como es conocido popularmente en Haití, existían claros indicios de que Duvalier estaba planeando su vuelta. En distintos cables diplomáticos enviados desde la embajada norteamericana en Santo Domingo y filtrados por el portal Wikileaks, se dejan entrever las sospechas del gobierno de dominicano sobre la intención del ex presidente de volver a Haití vía su territorio. Por otro lado, es de conocimiento público que la mujer de Duvalier ha estado viviendo largas temporadas en el país desde 2008.
Es por eso que resulta difícil de creer que el arribo de Duvalier fuera una mera casualidad teniendo en cuenta el contexto de inestabilidad que se vive en Haití. Este miércoles, el portavoz del derrocado ex dictador aseguró que Duvalier buscará ser reelegido, lo que ratifica la tesis del director de Diálogo Interamericano, Michael Shifter, de que su regreso “fue motivado por la perspectiva de volver al poder”.
Pero la llegada de Duvalier no es un caso aislado: en los últimos días se ha especulado con el retorno de otros políticos nefastos, como el ex presidente Jean-Bertrand Aristide o el ex jefe militar Raúl Cedrás. Para el analista político Alex Main del Centro de Estudios Políticos y Económicos de EE.UU., todo se debe a lo mismo: “Las condiciones estaban dadas a causa de las elecciones , que se realizaron cuando el país no estaba listo para estos comicios tan importantes, complicados y difíciles. El mal manejo de los comicios desató una crisis política que favoreció la vuelta de ex dictadores”.
El futuro político haitiano luce hoy aún más borroso que hace unos días. Los expertos concuerdan en que los últimos acontecimientos no favorecerán la estabilidad. También afirman que es difícil que alguno de los ex dirigentes asuma de nuevo el poder bajo las narices de la comunidad internacional. Sin embargo, recuerdan que hay distintos gobiernos con intereses en la isla y que por tanto “hay que dudar de sus propósitos”.