El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, intentó promover una reforma migratoria integral que sacara de las sombras a 11 millones de inmigrantes indocumentados, algo que contó con el apoyo de republicanos en el Senado, pero acabó bloqueado por la mayoría republicana de la Cámara Baja.
Entonces, la Casa Blanca intentó por medio de decretos ejecutivos evitar la deportación de millones de jóvenes indocumentados que llegaron de niños al país, han estudiado en Estados Unidos y se consideran estadounidenses, los llamados "dreamers" (soñadores).
Esa medida fue bloqueada por el Tribunal Supremo. Los ocho jueces de la Corte empataron en su decisión sobre las medidas migratorias de Obama, con lo que asestaron un duro revés al mandatario y dejaron en el limbo a casi cinco millones de inmigrantes indocumentados.
La división del Tribunal Supremo supone un duro golpe para Obama y para los millones de inmigrantes que se hubieran beneficiado de esas medidas migratorias decretadas en noviembre de 2014 mediante acciones ejecutivas y dirigidas a jóvenes indocumentados y padres con hijos con residencia permanente o ciudadanía estadounidense.
De esta forma, el alto tribunal frustra cualquier intento del Gobierno de Obama para frenar la deportación de casi cinco millones de inmigrantes indocumentados y deja la política migratoria en manos del Congreso y del próximo inquilino de la Casa Blanca, elegido en las próximas elecciones de noviembre.
El juez Roberts
Analistas apuntaban el fracaso al juez conservador, John Roberts, quien tenía el voto decisivo para salbar el legado de Obama y evitar, como se produjo, un empate.
Este juez ya había fallado en dos ocasiones a favor de Obama en casos sobre la Ley de Cuidado Asequible de la Salud, conocida por sus detractores como "Obamacare", firmada por el mandatario hace seis años y que los republicanos prometen derogar si se les presenta la oportunidad.
Durante sus casi once años al frente de la corte, Roberts se ha esforzado por mostrar que el Tribunal Supremo está compuesto por jueces imparciales y no por políticos que usan toga.
Republicanos celebran
Los líderes republicanos celebraron hoy que con el empate en el Tribunal Supremo. "Es una victoria en nuestra lucha para restaurar la separación de poderes. El presidente no escribe las leyes, es el Congreso el que las escribe", aseguró el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan.
Obama ya ha ejecutado parte de las medidas de deportación diferida para jóvenes inmigrantes indocumentados, conocida como DACA, pero con la decisión del Supremo queda suspendida una ampliación de la misma y otra que beneficiaba a padres indocumentados de residentes legales (DAPA).
Ken Paxton, el fiscal general de Texas, estado contra el que se dirimía el caso en el Supremo, aseguró que la decisión deja claro que "una persona, así sea el presidente, no puede cambiar unilateralmente la ley".