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Venezuela es hoy un mar de rumores. Por primera vez desde que llegó a la Presidencia, el 19 de abril, Nicolás Maduro no ha hecho ninguna aparición pública en los últimos cuatro días, algo “inusual y que despierta sospechas”, según periodistas venezolanos. Como en los tiempos más tristes del fallecido presidente Chávez, su ausencia ha desatado todo tipo de especulaciones: que viajó a Cuba para recibir instrucciones de los hermanos Castro, que está en la Orchila negociando con varios sectores la permanencia del oficialismo en el poder por las próximas elecciones (8 de diciembre), que estaría de vacaciones y no habría informado y por eso hace declaraciones sólo a través de su cuenta de Twitter.
Los rumores se trasladan también a lo que está sucediendo en el canal Globovisión, que hasta mayo pasado pertenecía a la oposición y hoy está en manos de oficialistas. En los últimos días han renunciado seis periodistas, entre ellos conductores de noticias y de programas de entrevistas, según dijeron “como protesta por los cambios que ha operado el canal de noticias venezolano luego de su venta”.
Roberto Giusti, uno de los periodistas emblemáticos de Globovisión, Gladys Rodríguez y Román Lozinski, conductores de los noticieros de la noche, y María Elena Lavaud, Ana Karina Villalba y María Isabel Párraga, presentadoras de programas de revista y análisis, anunciaron sus renuncias en un comunicado y sus cuentas en Twitter. “Progresivamente hemos visto cambios y condiciones inaceptables para el libre ejercicio de nuestra profesión: la promesa básica del equilibrio, que por cierto siempre hemos intentado tener, se ha convertido en censura a noticias y programas”, escribieron los seis en una carta pública.
Las renuncias ocurrieron luego de que el pasado viernes lo hiciera el reconocido periodista Leopoldo Castillo y del cierre de su programa Aló Ciudadano, que abiertamente confrontaba al Gobierno. Sectores opositores y algunos analistas han señalado que los nuevos propietarios estarían ligados al Gobierno y de ahí el cambio en la línea editorial del canal, última gran trinchera mediática de la oposición.
Sin embargo, Vladimir Villegas, exchavista que ocupó altos cargos y hermano del periodista Ernesto Villegas, lamentó las renuncias, pero advirtió en una carta que existe una doble moral a la hora de juzgar las decisiones de los propietarios del canal. “No voy a prestarme al juego de quienes tienen una campaña destinada a acabar con la ventana que dicen defender (...). El momento actual de Venezuela reclama cambios en los medios tanto públicos como privados. El equilibrio, la presencia de todos los sectores y de todos los puntos de vista son imprescindibles”, escribió Villegas en un artículo en el diario El Nacional.
Nada es claro. Como tampoco lo es, para un grupo de la oposición, el origen del presidente Maduro. El secretario general de Democracia Renovadora, José García Urquiola, y el exsindicalista y exdiputado Pablo Medina, miembro de la Junta Patriótica de Venezuela, denunciaron al presidente Juan Manuel Santos ante la OEA por “intromisión en asuntos internos de la política venezolana”. Según explicó Medina, “Santos oculta una partida de nacimiento colombiana del gobernante venezolano, Nicolás Maduro”, quien, según él, habría nacido en Cúcuta y no en el estado de Táchira como se ha dicho.
“El presidente Santos se niega a entregar esa partida porque tiene negociaciones oscuras con su paisano, porque Venezuela depende en el tema de alimentos de Colombia y, además, Santos sabe que en Puerto Ayacucho, en donde se reunió recientemente con Maduro, hay 4.300 miembros de las Farc”, aseguró Medina.
Según el opositor, “hay un complot contra Venezuela”, una jugada internacional para mantener a Maduro en el poder. Y anunció: “Si la OEA no toma en serio la demanda vamos a organizar una rebelión, pues no tenemos que pedirle a nadie un permiso para defendernos”. Jerónimo Ríos, analista internacional y profesor de la Universidad Santo Tomás, explica que “la situación es muestra de la desacertada y obstinada estrategia de desacreditación que parte de la oposición viene llevando a cabo desde el mes de abril, una vez que Maduro se impuso con un ajustado margen de victoria”. El analista aclara que la demanda no trascenderá en la OEA: “Estamos ante una nueva muestra de cuestionamiento a la figura del presidente venezolano, más bien sintomática de una tendencia que, muy previsiblemente, va a continuar en este año, hasta que se celebren los comicios municipales del mes de diciembre, que será cuando se pueda medir el grado de aceptación sobre el sucesor de Chávez”.