En la investidura de Obama la distancia al presidente se mide en dólares

La ceremonia pública será algo más modesta que la de hace cuatro años.

Agencia EFE
21 de enero de 2013 - 11:08 a. m.
Varias personas se reúnen en el National Mall horas antes del discurso inaugural del presidente estadounidense, Barack Obama, en Washington.
Varias personas se reúnen en el National Mall horas antes del discurso inaugural del presidente estadounidense, Barack Obama, en Washington.

La ceremonia pública de investidura de Barack Obama será algo más modesta que la de hace cuatro años, aunque las donaciones, esta vez también las de grandes corporaciones, determinarán quién saluda o baila junto al presidente de Estados Unidos.

Se espera que el coste de este acontecimiento esté ligeramente por debajo de los 53 millones de hace cuatro años, que marcaron un récord histórico de gasto y asistencia.

Aunque la organización no ha revelado estimaciones de gasto, se ha marcado el objetivo de recaudar unos 50 millones de dólares.

La factura de las fiestas se cubrirá con las aportaciones de simpatizantes del presidente, estadounidenses que quieren ser testigos de un momento histórico y, por primera vez, también, el dinero de grandes corporaciones.

Los festejos, que comenzaron el sábado, concluyen hoy, con el juramento público de Obama y su discurso de investidura, tras el que se desplazará desde el Capitolio a la Casa Blanca en presencia de unas 800.000 personas, por debajo de los 1,8 millones del 2009.

Para no traicionar la austeridad que predica el Gobierno, el Comité para la Investidura Presidencial (PIC) reducirá los bailes oficiales de los 10 organizados en 2009 a tan solo dos.

Los mejores puestos en estas celebraciones de gala estarán reservados a aquellos que estén dispuestos a pagar más de 250.000 dólares o a los representantes de corporaciones que donen más de un millón de dólares para financiar los gastos.

Según el Washington Post, aquellas compañías que donen entre los 10.000 dólares y el millón de dólares recibirán dos entradas a los exclusivos bailes oficiales, otros pases irán a donantes de la campaña presidencial y a voluntarios y trabajadores de la campaña.

Obama ha ignorado este año uno de sus principios, la prohibición de que grandes empresas cedan dinero al comité que gestiona la investidura. En esta ocasión no existirán esos escrúpulos y se eliminará el límite de 50.000 dólares a las donaciones individuales.

No obstante, Obama mantiene fuera del juego de donaciones y contrapartidas a los llamados Comités de Acción Política, que recaudan fondos para lanzar campañas a favor de políticos o reformas legales, y de los grupos de interés que plagan Washington.

La relajación de las limitaciones, que Obama se había impuesto desde 2008, ha levantado las suspicacias de algunas organizaciones como Public Citizen, que vigila los "flirteos" de dinero y poder en Estados Unidos.

En declaraciones a Efe, el presidente de Public Citizen, Robert Weissman, criticó la "pobre" decisión del equipo de Obama de aceptar dinero de corporaciones, ya que esas empresas no lo "hacen por orgullo cívico, sino porque quieren algo a cambio".

La portavoz del PIC, Addie Whisenant, indicó en un comunicado que "el objetivo es conseguir recaudar el dinero requerido para una ceremonia civil después de la campaña más cara de la historia".

Como recuerda el comité organizador, con las donaciones se pagarán los costes de personal (excluida la seguridad del presidente), servicios portátiles o pantallas gigantes y altavoces, que permitirán que la gente reunida en el "National Mall", un parque de más de dos kilómetros que se extiende desde el Capitolio hasta el monumento de Abraham Lincoln, vea y escuche hoy el discurso de Obama.

Pese a que las donaciones para estos festejos deben ser comunicadas a la Comisión Federal Electoral (FEC), la Fundación Sunlight cree que parte del dinero que no se gaste en este evento servirá para poner los cimientos de la biblioteca presidencial de Obama.

La ley no exige detallar a la FEC cómo se gastan los fondos para organizar la investidura y no impone restricciones para la utilización del dinero que hipotéticamente sobre de esta gran fiesta.

Según la Fundación SunLight, la biblioteca presidencial de Obama, que se disputan Chicago y Hawai, podría costar unos 500 millones de dólares.

Por Agencia EFE

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